martes, abril 16, 2024
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Por las tejas de La Candelaria

Armando Orozco Tovar

Los habitantes de La Candelaria y turistas trashumantes observan desprevenidamente, al levantar la vista hacia el cielo, las figuras en vidrio y látex de Jorge Olave. El antiguo barrio es un sector bogotano, que en buena hora salvó Genoveva Carrasco de la furia demoledora de los urbanizadores, cuando era gerente de la Corporación La Candelaria, entidad encargada de proteger el amenazado patrimonio histórico y arquitectónico de la localidad.

Figura de Jorge Olave en la localidad La Candelaria de Bogotá.
Figura de Jorge Olave en la localidad La Candelaria de Bogotá.

Las figuras de Olave son toda clase de personajes típicos del sector, transformados en esculturas de tamaño natural, hechas por él entre 1995 y 1996. Al artista lo conocimos de cerca en la Casa de Poesía Silva, donde por la vecindad de su taller la visitaba con frecuencia, cuando en el centenario del poeta autor de El Nocturno, de quien dijera Miguel de Unamuno era un poema hito en la historia de la poesía en lengua castellana, Olave realizó “La sombra del poeta”, que fijó en todas las paredes y muros de la localidad.

Desde que se conmemoró y celebró con bombos y platillos en 1996 el centenario de la muerte del poeta nacional, estas siluetas son como “una sombra larga”, aunque muchas borradas ya por el paso del tiempo, lo mismo con algunos personajes situados por el escultor en alturas de las casas, azoteas, ventanas y balcones, de las cuales permanecen sólo algunas: El hombre del tejado, Melibea la lectora, del apartamento de María Mercedes Carranza, que habita Melibea Garavito, hija del periodista Fernando Garavito, antiuribista muerto extrañamente en el exilio.

Entre los más celebres se ve la del músico y actor Kike Vivaldi. Y en el Chorro de Quevedo, lugar que dicen se fundó en 1538 la capital colombiana por el conquistador español Gonzalo Jiménez de Quesada, está el Acróbata con sus malabares sobre los arcos del antiguo lugar.

Sus originales esculturas también aparecen en la Alcaldía Distrital y otras instituciones públicas del centro capitalino. Jorge Olave, según me contó en su taller alguna vez, tenía proyectadas muchas más, en espera de la aprobación de sus nuevos proyectos.

Con un largo currículo de artista en el país y el exterior desde 1970, el artista regresó al país después de realizar estudios, para contribuir con Genoveva Carrasco de Samper (también fallecida) en la recuperación de La Candelaria y el centro histórico de la ciudad.

El 30, último día de septiembre, Jorge Olave apareció, como una de sus figuras de vidrio y látex, muerto en su estudio.

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