jueves, abril 18, 2024
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Poesía y narrativa en “Ibagué en flor”: El mundo mágico y surrealista de la palabra

Nelson Lombana Silva

Durante siete días la ciudad musical de Colombia, fue escenario del octavo encuentro nacional de poesía y narrativa “Ibagué en flor”. Del 30 de septiembre al 6 de octubre se inundó como por encanto la ciudad de poesía y narrativa gracias al entusiasmo de un puñado de Quijotes del arte, la poesía y la narrativa que con tenacidad lograron organizar 58 actos en distintos sitios de la capital del Tolima e incluso, en el municipio de Prado. La palabra se paseó oronda y libre en medio del mundo sombrío de un pueblo acosado por la miseria, el desempleo y la injusticia social de un régimen inhumano y salvaje como es el capitalismo en su ocaso.

Trueque de Libros en la plaza Bolívar de Ibagué
Trueque de Libros en la plaza Bolívar de Ibagué

Este evento se ha venido posesionando como el más importante en el Tolima y uno de los mejores a nivel nacional y latinoamericano, gracias al interés del movimiento cultural y político que se desarrolla en esta sección del país cada vez con más amplitud, coherencia y proyección, enarbolando valores venidos a menos en este régimen como el humanismo y la paz con justicia social. Es un encuentro encaminado a recuperar la capacidad de asombro, la dignidad humana, la soberanía nacional, la autonomía y la rebeldía contra la “basura hecha cultura colonizada” por el régimen imperialista norteamericano de la palabra única y de la imagen única como bien lo señala el maestro Eduardo Galeano.

En esta oportunidad el encuentro estuvo engalanado con la presencia de escritores de talla internacional, Méjico exactamente, y cultores de las letras del resorte nacional y regional. Un verdadero desfile de escritores y poetas por Ibagué, Tolima, pasaron durante siete días, bajo el silencio sepulcral de los medios masivos de comunicación y de los “borregos” que nos gobiernan. Qué interesante eslogan: “Ibagué en flor: compromiso ético y estético por el patrimonio cultural y ambiental del Tolima, semilla de paz”. La carrera tercera, de la calle 11 a la 19, fue sembrada de poemas, de vida y de esperanza durante esta semana que se esfuma como por encanto.

Conferencias, talleres, lanzamientos de libros, concursos, recitales, identidad, música y canto llenaron los distintos sitios de esta ciudad como una trompeta llamando a la esperanza, a la unidad y al cambio. Una lluvia de vida inundó una vez más la ciudad musical de Colombia por obra y gracia de la palabra, donde se destacó la juventud de los colegios y las universidades, lo mismo los hacedores de cultura que se niegan a continuar en el submundo de la muerte en la que nos ha metido ésta sucia y rancia oligarquía.

Javier Martínez Parra, Izquierda y José Antonio Vergel, derecha. Dos poetas. Foto Nelosi
Javier Martínez Parra, Izquierda y José Antonio Vergel, derecha. Dos poetas. Foto Nelosi

Entre esa pléyade de poetas encontramos en la plaza “Simón Bolívar” uno de la ciudad de Bogotá, se trata de Javier Martínez Parra. Joven y descomplicado, autor de cuatro libros y dos más en conjunto con otros poetas. En medio del ajetreo del bello ejercicio del trueque de libros y acompañados del maestro José Antonio Vergel, conversamos amenamente sobre distintos tópicos, relacionados con la literatura y el magno evento que llega a su final. La conversación es la siguiente:

– Maestro Javier Martínez Parra, ¿Qué impresión particular tiene usted de este evento “Ibagué en flor”?

La impresión muy buena de que el evento tenga gente tan importante e invitada en este momento de otros países, de aquí mismo, de otras ciudades del país. Contento por la respuesta que la gente ha dado a la mayoría de los eventos que he asistido y ha habido buena concurrencia de público.

– ¿Qué es lo que más le ha llamado la atención de este octavo encuentro de poesía “Ibagué en Flor”?

La organización primero que todo, porque organizar un tipo de evento de estos no es tan fácil. Y la labor que ellos tienen, me imagino todo el año, no sé cuánto tiempo organizando esto para que se dé así de bonito. Eso me sorprende porque la mayoría de estos eventos carecen de recursos por parte del Estado, prácticamente, como que se tapan los ojos y dicen: a nosotros no nos toca eso. Veo como ellos están trabajando para buscar los recursos para trabajar y hacer este evento.

– ¿Qué ha sentido caminar por las calles de Ibagué, Tolima, leyendo poesía en distintos escenarios sobre todo en escenarios jóvenes?

Pues uno siente felicidad, la felicidad de saber que uno puede transmitirles a los muchachos otras formas de mirar la vida. El problema que tenemos en estos momentos es que estamos invadidos de cantidad de información sobre todo en los medios de comunicación, en las redes sociales, el internet, el celular, todo esto que nos está quitando prácticamente la vida; no está acabando el tiempo. Un muchacho en la casa si lo dejan él puede durar cuatro horas por la mañana en internet, ir a estudiar, volver y por la noche durar otras cuatro horas mirando televisión y mirando estupideces que es lo único que muestran en RCN y Caracol y ahí va pasando su vida. Uno llegar a los colegios, a las universidades y decirle a la gente que hay otras formas de vivir, que hay otras formas de aprovechar lo más valioso que tenemos en la vida que es el tiempo, el tiempo para nosotros.

Mostrarle a los muchachos que leer es lo más divertido que existe, después que un muchacho descubra que en un libro de cuentos hay más diversión que en 20 mil vídeos de yotube, entonces empieza de pronto a reemplazar ese gusto que tiene por las tecnologías y llevar a su vida el gusto por la lectura, el gusto sobre todo a la literatura, porque a mí no me interesa que lea derecho, ni que lean otras cosas, ni la constitución política, nada, ni los catecismos, ni ninguna cosa de esas, me gusta es que lean literatura, que se diviertan, que encuentren que en la literatura hay una forma de vida más satisfactoria que en las redes y en los medios de comunicación.

– ¿Qué significa la poesía en el siglo XXI?

Eso significa lo mismo que en el siglo XXII. La poesía es el alma de la vida; sin la poesía no podríamos vivir, la poesía está en todo lo que hacemos. No es que los poetas sean dueños de la poesía, es la parte bella del ser humano. Esa es la poesía, se manifiesta en escrita, en escritos, en pinturas, se manifiesta en todas las artes, en la música. Sin poesía la vida sería muy aburridora, no habría música, no habría pintura…sería horrible.

– ¿Cómo descubrió la vocación hacia la poesía?

Sí, la palabra está bien, es como una vocación, sí como cuando uno quiere ser cura. El problema es que cuando uno quiere ser cura quiere hacerlo porque va a ganar mucho dinero; ésta es una vocación al contrario, quiero hacer poesía para morirme de hambre, más o menos. ¿Cómo la descubrí? No, esto es una inquietud que tiene mucha gente de denunciar problemas que tenemos todos los días en las calles, en las ciudades, en los campos; de denunciar y meterse a fondo a hacer esa denuncia, pero de una forma bella, desde una forma artística, como es el poema.

– ¿Qué sabores y que sinsabores le ha deparado la poesía?

Más los sinsabores que los sabores. Las partes bonitas, las partes agradables de la poesía es cuando uno termina de publicar su libro y se lo entrega a sus amigos, lo vende, comparte los poemas, o como en este momento en “Ibagué en Flor”, entonces leemos, nos abrazamos, nos encontramos con otros seres bellos, pero la mayoría del tiempo del poeta es solitario, es triste, es de sufrimiento de ver cómo los demás y él mismo de pronto en situaciones críticas, es toda la tragedia que le sucede a toda la humanidad le llega al poeta como si él fuera el único que tuviera que vivirla y contarla.

– ¿Cómo escribe usted?

¿Cómo escribo? De recorrido. No le entiendo bien la pregunta.

– ¿Cuál es su estilo, su momento, qué lo inspira, en qué instante plasma una idea, algún momento que lo impactó?

Como hay varios géneros como la poesía, el cuento, la novela, entonces es cómo plasmar de pronto un sentimiento si en un cuento o en un poema o en una novela. Son diferentes formas de escribir. ¿Cómo lo hago? De pronto si estoy escribiendo un cuento, entonces busco un termito como con varios tintos y varios cigarrillos y me siento a escribirlo hasta que termino.

Un poema puede ser de un momento a otro que se completa una idea porque no es que el poema salga de un momento a otro, sino que ya se viene pensando puede haber sido hace años, hace tiempo, hace meses, unos quince días, bueno en fin, lo viene uno pensando, pensando cuando al fin algo, algo se aparece como el detonante que le dice a uno: escríbalo. Ahí está la palabra que necesitaba, ahí está la imagen que necesitaba, ahí está el momento que necesitaba, entonces por eso le dicen a uno: Ese es loco, porque uno se aparte y dice: Lo voy a apuntar porque se me va la paloma.

– ¿Cuál es su legado literario y poético hasta este momento?

Tengo publicado cuatro libros y dos en coautoría, uno que publicó la universidad Nacional, fuimos 18 escritores y otro que publicó la alcaldía de Bogotá, donde fuimos unos diez, tal vez; entonces son seis libros ya publicados con estos dos que le estoy diciendo y hasta ahora estoy empezando a escribir de verdad, o sea, hasta ahora tiene que empezar a salir mi trabajo. Es decir, mi trabajo está por verse, mejor dicho, está por escribirse lo que yo pienso dejarle al mundo o por lo menos a mis familiares más cercanos.

– ¿Qué impacto ha tenido en su producción literaria poetas premios Nobel de literatura?

¿Qué me hayan impactado a mí? Pues en verdad ya a uno no lo impacta nada, le da a uno es alegría más bien de saber que alguien se ganó un premio, que alguien sacó un nuevo libro, a veces lo que sí me impacta es por ejemplo que propongan un Nobel de Paz a un tipo que está matando gente. Gente que no es de paz sino de guerra. Eso sí me impacta. Que hagan tantas cosas como tan chistosas como proponer Nobeles de Paz a un tipo que promueve la guerra. Eso sí es impactante.

– ¿Quiere decir que usted no estuvo de acuerdo con que le hubiesen dado el premio Nobel de Paz al presidente de los Estados Unidos, Barack Obama?

Pues claro que no. No sé, un premio de Paz se lo merece una persona que esté trabajando desde la humildad, desde abajo, no un presidente porque él tiene todos los aparatos ya para decir: Allá, colóqueme como premio de Paz y tal. Eso es una mentira del mundo.

– Volviendo al tema de la poesía. ¿Qué piensa de la poesía que se viene generando en América Latina en las últimas décadas?

Pues, muy bueno. O sea, lo bueno que la gente esté escribiendo; cada día encontramos más y más y más escritores, más gente escribiendo, más poetas en diferentes estilos, en diferentes formas, pero sí se está haciendo un buen trabajo en ese sentido, en todas partes donde uno va hay gente trabajando.

– ¿Tiene futuro entonces este bello arte de la poesía?

Es que toda la vida, durante la existencia del ser humano, desde que aprendimos a comunicarnos con las pinturas inicialmente y luego con el lenguaje, la poesía ha estado presente y seguirá presente así los hombres se quieran matar unos con otros y acabarse a plomo, los poetas siempre estarán. En la antigüedad los llamaban profetas, tenían la visión; el poeta tiene la visión de mirar más adelante sobre qué va a pasar o qué está pasando.

– ¿Qué relación tiene la poesía con el humanismo, por ejemplo?

Son dos cosas que se complementan, que son fundamentales, o sea, hace parte total del humanismo el poeta y el humanismo es uno solo.

– Finalmente, ¿Satisfecho de estar en la ciudad musical de Colombia?

Por supuesto, claro. Contento de estar con tanta gente entregada a la cultura y entregada a sus niños, a promoverles el talento, el gusto por la música, por la pintura, por el teatro, por la poesía. Contento por eso, hermano.

Carrera tercera de ibagué, engalanada de poemas. Foto Nelosi.
Carrera tercera de ibagué, engalanada de poemas. Foto Nelosi.
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