viernes, marzo 29, 2024
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Pobreza: una brecha sin cerrar

De profundizar la vía militar en un conflicto que no ha encontrado la salida durante más de cinco décadas, continuará con la destrucción de posibilidades de desarrollo nacional durante las siguientes décadas para el país.

Casucha en sector deprimido.
Casucha en sector deprimido.

Gerardo Esteban Vargas*

El país tiene una alternativa de generar un cambio pacífico en la dinámica de guerra y confrontación actual en que está sumergida por problemas sociales y de lucha de intereses de clase dominante en el poder. Para ello, debe ampliar sustancialmente la participación popular en procesos distributivos de los factores de producción. De profundizar la vía militar en un conflicto que no ha encontrado la salida durante más de cinco décadas, continuará con la destrucción de posibilidades de desarrollo nacional durante las siguientes décadas para el país.

Desigualdad limita la democracia

Existe evidencia académica y estudios que han demostrado cómo inciden negativamente dentro del constructo social la inequidad y la alta concentración de la riqueza. Como lo formuló en enero del año 2012 la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal), en la conferencia “Violencia y desigualdad limitan la democracia y son causa de pobreza y subdesarrollo”.

En este sentido, y tal como fue señalado en el documento “La hora de la igualdad. Brechas por cerrar, caminos por abrir”, que la Cepal presentó, en el ámbito de la democracia, el Estado debe generar los espacios para la participación de los sectores excluidos. “Sólo será posible mejorar la situación de seguridad de nuestros países con más y mejor Estado, con más y mejor política, con más y mejor gestión”.

Alicia Bárcena, secretaria ejecutiva de la Cepal, señaló que los países con mayores inequidades de ingresos son más proclives a ser afectados por delitos violentos que las sociedades más igualitarias. Por otra parte, el crecimiento con una mejor distribución del ingreso y mayor transparencia contribuyen a evitar la violencia, agregó. La titular de la Cepal advirtió el costo de la violencia en términos de desarrollo y recurrió al ejemplo de Centroamérica, donde éste alcanzó un 7,7% del PIB en 2006 con pérdidas en los sectores de salud, seguridad pública, justicia e infraestructura, entre otros.

Colombia, tercer puesto en desigualdad en 193 países

La desigualdad económica dada por la distribución de los factores de producción entre la población se relaciona con la igualdad de oportunidades que tienen los mismos. Ello se refleja en su alta participación democrática, o por el contrario la desigualdad es dada por la presión desde escenarios como la manipulación mediática hasta la coerción militar, pasando por esferas como la política, educación y religión, entre otros. Donde operan por múltiples frentes dirigidos por uno o varios grupos de poder para obtener sus ganancias excesivas en detrimento de la población explotada y alienada.

Esta desigualdad de oportunidades conlleva unas consecuencias sociales, como lo demostró el estudio de Wilkinson y Pickett[1. Wilkinson, R y Pickett, K. (2009), “Desigualdad. Un análisis de la (in)felicidad colectiva”. Turner, Madrid.] basado en la comparación de más de 150 artículos científicos. En el cual definen que los países con mayores desigualdades económicas tienen mayores problemas de salud mental y drogas, menores niveles en salud física y menor esperanza de vida, peores rendimientos académicos, y mayores índices de embarazos juveniles no deseados, entre otros. En el estudio se comprobó que no es el nivel de renta sino la desigualdad económica el factor principal que explica estos fenómenos sociales.

Consecuencias de la desigualdad económica en Colombia

La problemática de la desigualdad económica es mucho más profunda, si se tiene en cuenta que el país cuenta con más de 111.444 internos en 149 cárceles, según los datos del Instituto Nacional Penitenciario y Carcelario (Inpec), de los cuales 102.751 son hombres y 8.693 son mujeres. De ellos casi 9.500 internos corresponden a prisioneros políticos, con un 8,5% de los internos. Los demás están por delitos comunes. El estudio social conllevaría un análisis mucho más profundo, en el que se tengan en cuenta hurtos en el país, homicidios, suicidios, violencia intrafamiliar y demás problemas sociales y delitos causados por la falta de oportunidades generadas a la población en general.

Ello ha logrado que se comience a generar una conciencia en diversos sectores sobre la necesidad de pensar como constructo social colectivo organizado, y no solo como individuos particulares con afán de poder y acumulación meramente de riqueza.

* Economista Investigador del Centro de Estudios e Investigaciones Sociales (CEIS).

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