El primer encuentro de la dirección nacional de la UP después de elecciones sirvió para elegir a Aida Avella como presidenta y ratificar la vocación de poder de esa colectividad
Hernán Camacho
Con la participación de un centenar de delegados e invitados de todo el país se llevó a cabo el pleno de la dirección nacional de la Unión Patriótica el pasado 26 de junio. La elección de la nueva presidenta de la colectividad, el balance de la pasada contienda electoral, la perspectiva del Frente Amplio y la valoración política de cara a convertirse en alternativa de poder, fueron los temas abordados por la colectividad upeísta.
La jornada arrancó con una valoración profunda de los comicios electorales en los que la UP ratificó el respaldo al proceso de paz entre la insurgencia de las FARC-EP y el gobierno nacional, y lo materializó anunciando su voto por el reelegido presidente Juan Manuel Santos, aclarando seguirán en la orilla de la oposición cuando se trate de temas económicos, sociales o reformas que lesionen el bolsillo y los derechos de los colombianos.
La UP subrayó que jamás estará en la Unidad Nacional del jefe de gobierno y que solo la paz y las reformas sustanciales que sirvan de garantía para los eventuales acuerdos con las insurgencias ligarán a esa colectividad con el oficialismo santista. No obstante, la UP anunció que le exigirá al gobierno nacional hacer visible su voluntad de paz mediante el cese al fuego bilateral con las FARC-EP y el inicio formal de negociaciones con el ELN.
A la izquierda
La evaluación electoral no se desligó del significado del Frente Amplio por la paz, en que la UP coincide con quienes consideran que el Frente Amplio debe girar a la izquierda y convertirse en un vehículo de unidad. “Debemos ser alternativa de poder y en eso es necesario juntar las rebeldías del campo popular y social en torno a un Frente Amplio que satisfaga los cambios democráticos para el país. El Frente Amplio le debe abrir camino a un nuevo gobierno y a un nuevo bloque de poder democrático y alternativo”, le dijo a VOZ Gabriel Becerra, miembro del Comité Ejecutivo de la UP.
El pleno de la UP mostró una sintonía con la movilización social y popular que se ha venido gestado en favor de las reformas y que tienen en el sector campesino un ejemplo de perseverancia después de un paro nacional estar sentados en la Mesa de Interlocución y Acuerdo con el gobierno nacional debatiendo un pliego único de peticiones: “La UP quiere contribuir para potenciar los factores de lucha popular exigiendo reformas al gobierno. La UP tiene su base social en la calle exigiendo reivindicaciones sociales y territoriales. A eso nos dedicamos buena parte de la campaña y lo seguiremos haciendo”, recalcó Becerra.
En las regiones
La tarea de la UP es contribuir con la construcción de Frente Amplio en lo nacional y en lo regional. Así lo dijo Octavio Collazos Calderón, miembro de la Junta Patriótica y delegado del departamento del Caquetá. “Estamos adelantando contacto con otras fuerzas del departamento con las que tenemos coincidencia política como los Progresistas, las bases del Polo Democrático Alternativo y Marcha Patriótica, pero también con sectores liberales, conservadores e independientes que consideran que el Frente Amplio es posible no solo para la paz sino como una perspectiva política interesante”, explicó.
Por su parte, Jaime Caycedo manifestó la necesidad de enrolarse en un Frente Amplio con iniciativa política de izquierda: “Estamos en un momento de decantación y de formulación del Frente Amplio, construido desde la base popular descartando ser el patio trasero del gobierno Santos. El Frente Amplio es un proceso que se opone al modelo social y político predominante y que plantea una alternativa diferente cuyo eje es la paz con justicia social”, dijo Caycedo, quien agregó la importancia de los cambios políticos y sociales para allanar el camino de la paz.
“Por eso la UP asume esa tarea del lado de la movilización y con la expectativa de un gran debate político nacional para señalar cuál es la estructura de sociedad y de Estado, y de intervención popular que garantice lo que la derecha llama el posconflicto pero que nosotros denominamos la posguerra. Esa estructura será la que soporte la paz estable y duradera, y allí debe asumir su papel histórico un frente amplio de unidad y de izquierda”.
Otra de las decisiones del plenario de la UP fue la participación en el Foro de Víctimas convocado por la mesa de La Habana y organizado por Naciones Unidas y el Centro de Pensamiento y Seguimiento al Diálogo de Paz de la Universidad Nacional, a realizarse los próximos 4 y 5 de julio en Villavicencio. Allí la UP expondrá no solo la necesidad de una reparación integral a las víctimas y sobrevivientes del genocidio sino también una reparación política para resarcir el daño causado a esa colectividad tras ser acribillada a manos del Estado.
Aída, presidenta de la UP
Por último, la Junta Patriótica Nacional designó a Aída Avella como presidenta de la UP. Una cerrada ovación sirvió para entregarle la dirección política de esa colectividad a quien ostentaba esa calidad hace 16 años cuando fue víctima de un atentado a su vida. “La devolución de la personería jurídica no fue una cosa casual. Fue algo muy trabajado por todos los sobrevivientes de la Unión Patriótica, con su lucha, con su tenacidad, pero también gracias a haber mantenido la historia y la memoria de los compañeros que nos arrancaron”, señaló la nueva presidenta.
Llamado a la reconciliación
“Después de los dos millones de votos nos miran con más respeto, pero ese respeto nos lo hemos ganado todos los sobrevivientes y toda la gente militante de la Unión Patriótica; eso lo constatamos a lo largo de dos giras que hemos hecho por el país. Dirigentes sindicales que no veíamos hace muchos años aparecieron en el Quindío, en Risaralda, en Nariño, en Arauca, en el Meta y en muchos partes más, porque tienen una visión de país. Entonces, compañeros, les agradezco a todos ustedes el trabajo, pero, sobre todo, su tenacidad”, dijo Avella.
Finalmente, la presidenta de la UP hizo también un llamado a la unidad, a la reconciliación del país y a trabajar por la paz con justicia social:
“Muchos de los que están aquí han sido víctimas directas e indirectas y todos, tal vez, todo este país, ha sido víctima, porque lo que se ha cometido contra nosotros es un crimen que ofende a toda la humanidad”.
”Ahora nos corresponde ayudar no solamente al proceso de paz, sino a construir un país donde los odios no existan, donde la heridas de la guerra se borren y también donde la tolerancia y el respeto hacia el otro sean uno de nuestros valores y no esos antivalores que han creado esos ochos años de fascismo que se vivieron en Colombia y por eso, compañeros, el haber votado por el proceso y la solución política tiene que traer sus resultados para todo el país, porque aquí en Colombia van a tener que suceder muchas cosas positivas para los 46 millones de colombianos”.
