martes, abril 23, 2024
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Plebiscito por la paz

El único capital político para que Santos pudiera ser reelegido fue el proceso de paz de La Habana. La paz es ahora un mandato nacional

Hernán Camacho

Con siete millones de votos los colombianos le dieron un espaldarazo a la búsqueda de una solución política al conflicto, un respaldo a las conversaciones con las FARC-EP, y reeligieron al presidente Juan Manuel Santos para el periodo 2014-2018. Dos horas después de cerradas las urnas se conocía que el candidato presidente alcanzaba 7’816.986 para un 50,9% de los votantes que sobrepasaron los 15 millones de votos dejando la abstención en su comportamiento histórico.

El candidato del Centro Democrático, Óscar Iván Zuluaga, conquistó 6’901.080 sufragios para un 45,02% de la votación nacional. Las tesis de la perpetuidad de la guerra y la paz de los sepulcros fueron derrotadas, así como la intentona por deslegitimar el proceso de conversaciones que se lleva a cabo en La Habana y la naciente fase exploratoria para un proceso similar con el Ejército de Liberación Nacional. Desde las toldas del candidato perdedor se reconoció la victoria de Juan Manuel Santos, en un discurso propio del uribismo recalcitrante: oposición al proceso de paz, exigiendo la cárcel y la rendición de las FARC como única garantía para apoyar las conversaciones en curso.

Respuesta del uribismo

Como hecho particular, el ex presidente Álvaro Uribe y un considerable número de cuadros del Centro Democrático no acompañaron el discurso de Óscar Iván Zuluaga y por el contrario el hoy senador emitió un comunicado donde no reconoce la victoria de Juan Manuel Santos y arremete contra la paz. Uribe señala una serie de conductas delictivas cometidas por la campaña reeleccionista.

“En el nombre de la paz el Gobierno impulsó la mayor corrupción de la historia (…) Abuso de poder, entrega de sumas de dinero a parlamentarios para compra de votos, oferta de dineros del Gobierno a alcaldes y gobernadores para forzarlos a intervenir ilegalmente en la campaña en favor del presidente candidato, compra de votos, violación de la ley de garantías, propaganda ilegal con dineros del Estado, presiones del Ejecutivo para intervenciones políticas de la Justicia y amenazas de masacres e intimidación por parte de grupos terroristas como las FARC-EP y las bandas criminales a los electores de Zuluaga”.

La izquierda cumple

Por su parte, voces de la izquierda reconocieron en la victoria de Juan Manuel Santos un mandato para llevar el proceso de paz a buen término e iniciar una etapa de reconciliación nacional con reformas estructurales surgidas de la agenda para la terminación del conflicto y las movilizaciones sociales que en Colombia exigen transcendentales cambios. “Triunfó la paz y el aporte de la izquierda democrática al proceso de las FARC-EP y el ELN. Recorrimos el país y celebramos hoy que entramos a una etapa de reconciliación y paz. Nuestro aporte fue crucial para la paz. Sin él no le hubiera alcanzado para la reelección al presidente Santos”, expresó Clara López Obregón. Y fue correspondido el agradecimiento.

Por su parte, la ex candidata vicepresidencial de la izquierda Aída Avella ratificaba su oposición al modelo económico que representa Santos. “Ahora que tenemos los resultados podemos estar seguros de la continuidad de los procesos de diálogo, en especial el de La Habana, y estaremos atentos a lo que viene después de los eventuales acuerdos porque esa no es la paz. La paz se construye con reformas y como somos oposición nos tocará llenar muchas veces las plazas y calles del país exigiéndolas. La paz es necesaria para alcanzar las conquistas sociales”, explicó Avella.

Retos del frente amplio

El frente amplio por la paz está llamado a ser el motor que impulse decisiones políticas de paz como el cese bilateral de fuegos. Para ello se vislumbra la necesidad de fortalecer la unidad de la izquierda y con ella aglutinar una fuerza considerable que sirva de bastión para los procesos de paz con las insurgencias y sirva de muro de contención de los amigos de la guerra.

De igual manera el frente amplio por la paz hará las veces de veeduría por la conducción del proceso de paz y por los retos de los siguientes puntos en consideración: víctimas e implementación de los acuerdos. Por ello, desde ya se exige que el plan de desarrollo del próximo cuatrienio santista no puede ser ajeno a las reformas ligadas a los puntos ya conversados como el desarrollo agrario integral y la participación política. En eso voceros de la izquierda que acompañaron la reelección hacen un llamado para que se haga realidad un estatuto de oposición que vaya sintonizado con el nuevo momento político de Colombia, considerado histórico.

Retos sociales

Otro de los retos de Juan Manuel Santos será el de seguir atendiendo las demandas sociales de todo tipo que están a la orden del día; el movimiento campesino representado en la Cumbre Agraria y hoy sentado en una mesa de concertación es prueba de ello. Un reto importante, pues el tratamiento militar que le dio a la protesta social desconociendo por completo la solución de sus peticiones contribuyó a que en primera vuelta no obtuviera los resultados esperados. La inolvidable frase de “el tal paro no existe” le costó al presidente Santos popularidad y puntos en las encuestas.

Ya en segunda vuelta el acento cambió y fue el discurso de paz su columna vertebral. Esos compromisos por las reformas y el cumplimiento de los eventuales acuerdos con la insurgencia hicieron que la izquierda lo acompañara. Por ello el Polo Democrático y la Unión Patriótica señalaron que estarán vigilantes frente a los compromisos que adquirió Juan Manuel Santos en temas como educación pública superior gratuita, extensión progresiva del mínimo vital de agua potable, la reforma al sistema de salud que incluirá el criterio de la salud como derecho y no como negocio, y el reconocimiento de la oposición de izquierda y de la movilización social.

Tranquilidad internacional

La derrota del uribismo lo es también para la derecha continental que pretendía convertir al país en un laboratorio de agitación violenta contra los procesos políticos de Venezuela y Ecuador principalmente. Presidentes de todo el continente saludaron a Santos y lo felicitaron por la victoria.

Nicolás Maduro, presidente de la República Bolivariana de Venezuela dijo desde Santa Cruz de la Sierra (Bolivia) en la Cumbre del G77+China, que en Colombia triunfó la paz: “Se dio un debate entre la paz y la no paz y parece que el pueblo colombiano ha tomado claramente el camino de la paz”. Y agrega el mandatario venezolano: “Hay que decirlo, en Colombia se pretendió utilizar a un candidato presidencial y una campaña anti-venezolana, anti-ALBA y pro-guerreristas. Y han sido derrotados quienes asumieron nuevamente las campañas antichavistas”.

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