miércoles, abril 24, 2024
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Persecución a bordo

Auxiliares de vuelo denuncian antisindicalismo. Faltan muchas garantías laborales y sindicales para estas “profesionales de las nubes”, para quienes la mayor parte de sus vidas transcurre en terminales aéreos o dentro de aeronaves.

Auxiliar de vuelo de Aerolíneas de Antioquia, ADA. Foto J.C.H.
Auxiliar de vuelo de Aerolíneas de Antioquia, ADA. Foto J.C.H.

Juan Carlos Hurtado F.

Es difícil saber que detrás de esos rostros amables que siempre reciben y atienden con una sonrisa a los pasajeros de los aviones, se esconden historias de malos pagos, largas y extenuantes jornadas, y abusos laborales. Este es uno de los trabajos donde comúnmente se piensa que se pasa bien, todo el tiempo viajando y en lugares diferentes. La realidad es otra.

En Colombia, son alrededor de cinco mil aeromozas, azafatas o auxiliares de vuelo, que trabajan en las diversas aerolíneas nacionales o extranjeras que venden sus servicios en el país.

Su trabajo consiste en supervisar la seguridad de los pasajeros, aunque la parte más visible es la de trabajar atendiendo a sus clientes: sirviendo comidas y bebidas, y solucionando en la medida de lo posible sus necesidades.

Para defender sus derechos existe la Asociación Colombiana de Auxiliares de Vuelo (ACAV), a la que solo han podido afiliarse 1.050 de ellas, pertenecientes a empresas como Avianca, Copa, Satena y LAN. El 70% de estos trabajadores son mujeres.

Actualmente, hacen por mes 90 horas de vuelo y 200 o más de servicio. Las primeras son las contabilizadas desde que se cierra la puerta del avión y vuelve a abrirse en el arribo, y en las otras desempeñan labores como chequeo de la aeronave o el tiempo que invierten en los aeropuertos. Los pagos de estas jornadas varían en las diferentes empresas.

El mayor problema que reportan las auxiliares de vuelo en Avianca y Copa es la persecución sindical. En LAN destacan el respeto a la sindicalización aunque los salarios son muy bajos; y a Satena la señalan como la aerolínea que siendo del Estado no respeta la ley ni las normas aeronáuticas y ejerce persecución sindical.

Tutelas y demandas

VOZ habló con Cristina Cadavid, presidenta de ACAV, quien denuncia que en todas las empresas hay persecución sindical y algunas ni siquiera cumplen la ley: “Satena -que es estatal- por Aeronáutica Civil no puede tener tripulantes auxiliares de vuelo tercerizados y los tiene; Avianca también viola la ley porque tiene pactos colectivos en los que le paga más a los que están por fuera del sindicato. Ni Copa ni Avianca respetan las convenciones colectivas; Satena no quiso firmar convención por lo que estamos en tribunal de arbitramiento.”

Para desestimular la afiliación sindical Avianca da dos auxilios a quienes suscriben el pacto: el auxilio especial de salud y el de alimentación, que suman alrededor de 350 mil pesos mensuales, pero no los da a los afiliados al sindicato.

La organización ha interpuesto tutelas para que los nivelen en cuanto a garantías pero algunos jueces se niegan argumentando que deben pelear por la vía ordinaria. Ante el Ministerio de Trabajo presentaron una querella logrando un pronunciamiento que reconoce la persecución sindical, tema por el que han puesto una denuncia penal contra Avianca ante la Fiscalía General de la Nación.

Avianca no tiene auxiliares de vuelo contratados de manera tercerizada, pero sus contratos deben ser renovados cada año; gracias a la convención colectiva, después de ocho años de trabajo tienen estabilidad laboral. Figura que aprovecha para no renovar algunos aduciendo que no cumplen el perfil; los sacan sin mayores explicaciones: “A los nuevos no los dejan sindicalizarse por la plata del pacto colectivo y porque les dicen que no les renuevan el contrato”, explica Cristina Cadavid.

Sin jornada laboral

La presidenta de ACAV comenta el principal problema que tienen: “Los auxiliares de vuelo en el país no cuentan con una jornada laboral definida porque tenían tiempos de servicio para vuelos nacionales de 12 horas, para vuelos en América de 15 horas y para vuelos a Europa de 17 horas. Pero a raíz de un decreto de Álvaro Uribe quedamos volando… sin jornada laboral. No estamos dentro del Código Sustantivo del Trabajo ni tenemos una reglamentación por parte de la Aeronáutica Civil. La mayoría de las empresas nos ponen a trabajar con las horas que le dije, pero si nos pasan de ahí no hay quien lo prohíba”.

Por ejemplo, en un día vuelan de Bogotá a Medellín y regresan a Bogotá, van a Cali y regresan, luego a Santa Marta y vuelven; empiezan a las cinco de la mañana y terminan a las cinco de la tarde. Algunas veces no terminan su jornada en la ciudad donde residen; en estas ocasiones viatican.

Por estas labores, mensualmente algunas empresas pagan de básico el salario mínimo, otras como Avianca tienen 900 mil y algunas de las más antiguas auxiliares millón o millón doscientos mil, que complementan con prebendas según horas de vuelo. En esta empresa, de 1.700 auxiliares hay 500 sindicalizadas que no han querido negociar convención con la empresa con el argumento de que quieren quitarles los pocos derechos que han adquirido.

En el último año, en esta entidad se ha duplicado el número de afiliados a ACAV, quienes prefieren perder las prebendas ya que se han dado cuenta de las intenciones de la administración para restarles garantías laborales. Por ejemplo, les quieren quitar la habitación individual que tienen en los hoteles cuando deben pernoctar; a muchos ya los han puesto a compartir habitación.

“El principal problema que tenemos es no tener tiempos de servicio, no tener jornada laboral. Sobre el tema la Organización de Aviación Civil Internacional (OACI) dice que cada país debe regularse y Colombia se reguló pero la Aeronáutica Civil se extralimitó en sus funciones porque no puede legislar y lo hizo en 2004; lo que sacaron fue suspendido por el Consejo de Estado y al hacerlo el presidente de la República -que en ese momento era Álvaro Uribe-, sacó un decreto copiando lo que habían suspendido y nos dejó sin jornada laboral”, concluye Cristina Cadavid.

Origen del término

Según el portal de internet Wikipedia, la palabra azafata tiene, en castellano, una etimología curiosa. Las mujeres musulmanas del Al-Ándalus que pertenecían a las clases adineradas poseían esclavas a su servicio que denominaban “azafatas”, debido a que ellas eran las que custodiaban y ponían a servicio de su señora una especie de bandeja que contenía joyas. A dicha bandeja se le denominaba “Safats”. Las mujeres al servicio de las reinas de España eran denominadas azafatas y camaristas.

En los años 50, cuando se iniciaba la industria aeronáutica para el transporte de personas, se estuvo pensando en elegir un nombre adecuado para esta profesión y finalmente se decidió revitalizar este arabismo: azafata, que de ‘camarera de la reina’ se retomó en España para referirse a lo que en otros países llaman ‘aeromoza’.

@aurelianolatino

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