viernes, marzo 29, 2024
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Pedro “Ramayá” Beltrán, sinónimo de folclor caribe

Wilfrido Jiménez Díaz

El folclor caribe y, de manera especial, la música, tiene sin duda una alta influencia étnica de rasgos negroides, que sobresalen a simple vista: la emotiva percusión, la alegría desbordada, la picardía en el canto y la espontaneidad en la letra; lineamientos de comportamiento que han sido heredados de generación en generación. Dignos exponentes de este legado, les encontramos desapercibidos, en cualquier pueblo del litoral Atlántico.

Pedro “Ramayá” Beltrán.
Pedro “Ramayá” Beltrán.

Pedro Beltrán, quien naciera en Patico, corregimiento en ese entonces de Mompox (Bolívar), pero que ahora, con la nueva división territorial, pasó a hacer parte del municipio de Talaigua La Nueva, es uno de esos juglares, que desde su niñez comprendió que su vida no estaba ligada a los quehaceres agrícolas o pecuarios, por lo duro quizás del trabajo, sino que lo suyo era la música, algo más suave, como confiesa él, de manera descaradamente jocosa.

Aprendió a tocar la dulzaina y, con ella, acompañando danzas y comparsas en los carnavales, ganando sus primeros centavos como músico. Luego con un grupo de parranderos, conformó la banda La Bombo Asao, bautizada así por los seguidores, porque a media noche los cueros de la tambora se destemplaban y tocaba ponerla al lado de un fogón, para nuevamente atezarla.

Lo musical no lo recogió del suelo. Su padre, en su calidad de agricultor, también fue gaitero, compositor y cantante y, con mucha humildad, Pedro reconoce como su maestro a Gregorio Polo, otro trovador de esta música caribe, casi que anónimo para las nuevas generaciones.

Estudió su primaria en el vecino municipio de Santana (Magdalena), porque en su pueblo no había, ni hay, escuelas ni puestos de salud. De allí se voló para Barranquilla y, pasando necesidades y trabajo duro, ingresó al Ejército, en donde, más que a manejar las armas, aprendió a tocar la guitarra (ironías de la vida). Es para no creerlo, el maestro “Ramayá” Beltrán es pensionado del Ejército en el grado de vicesargento primero.

Regresa nuevamente a Barranquilla y en esta oportunidad conoce a Efraín Mejía, director de La Cumbia Soledeña y, con la exquisita interpretación que Pedro hace en la flauta y en la gaita, entra a hacer parte de esta agrupación musical y desde entonces ha grabado más de 200 canciones, entre otras “La Rebuscona”, “El Mico Ojón Pelú”, “La Clavada”, “La Sabrosura”, La Cabullita”, “La Burra Mocha”, que hacen parte del repertorio musical del folclor caribe colombiano.

El apellido “Ramayá”, se lo dio el pueblo, cuando en una atrevida grabación hace una magistral interpretación, a lo folclórico, del tema africano del mismo nombre. Es que su versatilidad como músico le da para lo que se le ocurre, así que no nos sorprendamos cuando dentro de pocos días,se nos venga con unos temas en ritmo lento, pausado y romántico, acompañados de su alcahueta guitarra.

Merecido fue el nombramiento en años pasados como Rey Momo del Carnaval de Barranquilla y el sinnúmero de reconocimientos que le han hecho entidades oficiales y privadas por su aporte al folclor colombiano.

El maestro Pedro “Ramayá” Beltrán, un hombre sencillamente humilde, con muchas ganas de vivir para seguir alegrándonos con sus canciones, tiene las puertas de su casa y su corazón abiertas a las nuevas generaciones que quieran seguir haciendo de nuestro folclor, una de las tarjetas de presentación de la cultura caribe, y los exhorta a que no se dejen deslumbrar por los sofismas alucinantes y distractivos de la bagatela del vil capitalismo.

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