miércoles, abril 17, 2024
InicioPaísPazPedagogía para la paz y la unidad del pueblo colombiano

Pedagogía para la paz y la unidad del pueblo colombiano

Conferencia pronunciada en Líbano (Tolima) el domingo 10 de julio de 2016 ante miembros del Partido Comunista, la Unión Patriótica, Alianza Verde y ambientalistas

Vista parcial reunión unitaria en Líbano, Tolima. Foto Nelosi.
Vista parcial reunión unitaria en Líbano, Tolima. Foto Nelosi.

Nelson Lombana Silva

Compañeras y compañeros:

Fraternal saludo de parte del Partido Comunista y de parte de las distintas organizaciones metidas en este proceso que hoy estamos viviendo, como la Unión Patriótica, como Marcha Patriótica y demás organizaciones ambientales.

Realmente, siento dos sentimientos encontrados llegar hoy al Líbano: Uno, es la ausencia física del camarada Primitivo Sierra Hernández, un hombre valiente que escribió páginas de lucha y resistencia en esta zona; y dos, la inmensa satisfacción de que este hombre muere a sus 99 años, sin renunciar a los principios comunistas y a los principios revolucionarios.

Cuando, a raíz de la desintegración de la Unión Soviética en los 90, muchos salieron en estampida y muchos regresaron a los brazos del capitalismo sin ton, ni son. Primitivo, al lado de un puñado de hombres y mujeres en el norte del Tolima y en el mismo departamento en su conjunto, se mantuvo firme y consecuente.

Yo quisiera pedirles a ustedes que le regaláramos un minuto de aplausos a la obra de Primitivo Sierra. (Aplausos de los asistentes en pie). A la memoria de él, hoy encontramos compañeros jóvenes que siguen ese camino tan duro, que es el camino de la búsqueda de la justicia, de la paz y de los cambios.

En estos momentos saludo al joven compañero Jorge Iván Sierra, al compañero José Daniel Triana, al compañero Julio Adrián Páez, ex candidato a la alcaldía, a los ambientalistas y a todos ustedes, hombres y mujeres, que persisten en la búsqueda de un mundo mucho más justo y mucho más humano.

En este proceso hay que decir que estamos viviendo un momento estelar, un momento histórico, que para muchos era imposible, pero que se han dado los procesos y es que la lucha que en 1964, iniciaron 48 campesinos descalzos en el sur del Tolima, con la dirección del inolvidable comandante, Manuel Marulanda Vélez, hoy está a punto de hacerse realidad en Colombia.

Y es la búsqueda de una paz con justicia social, como decía la compañera Lily Ipus Medina. Este es el momento más especial que hoy tenemos que dimensionar, que hoy tenemos que entender para poder ser protagonista de esto que hoy está a punto de concretarse en la Habana y que debemos exigirle al gobierno nacional, que este mismo proceso se concrete con el Ejército de Liberación Nacional. En vez de estar montando inmensos, costosos y brutales operativos para detener a los combatientes del Ejército de Liberación Nacional, lo que tiene que hacer el gobierno es crear las condiciones para iniciar un proceso de diálogo que permita realmente cristalizar el sueño del pueblo colombiano.

En ese proceso tan estelar que estamos viviendo y como decía aquí una compañera, el Líbano ha sido protagonista en la historia revolucionaria y siempre tocará que tomarse esta región como referente al momento de hacer un análisis pausado y sereno de lo que ha sucedido históricamente en Colombia. Porque aquí estuvo asiento el surgimiento del movimiento de los Bolcheviques, aquí fueron protagonistas todas estas iniciativas campesinas, hombres y mujeres, por la transformación de la sociedad descompuesta por este régimen cada vez más inhumana e incapaz de resolver los problemas sociales, económicos, urgentes que exige la comunidad.

Fruto de todos esos esfuerzos, de todos esos caídos, de todos esos mártires, es que hoy está o estamos – mejor – ad portas de una firma de paz con las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia, Ejército del Pueblo (FARC – EP). O sea, que la primera conclusión que podemos hacer de esto, es que este proceso de paz no es una dádiva de la oligarquía, ni una dádiva del gobierno de Santos. Es la fuerza tesonera que desde 1964, se inició en el sur del departamento del Tolima y que al lado de organizaciones distintas, han podido sentar de tú a tú en la mesa de la Habana al gobierno, a esta oligarquía arrogante a hablar sobre procesos.

¿Qué sigue ahora en adelante? ¿Para qué este proceso de paz? Porque a veces suena como algo lejos, distante de nosotros. Hoy queremos decir, compañeros y compañeras, que este evento, esta manifestación que hoy están haciendo ustedes aquí, de encontrarse los compañeros de la Unión Patriótica, de Alianza Verde, el Partido Comunista, del comité ambiental, de obreros, campesinos, estudiantes, hombres y mujeres, es la mejor expresión de la responsabilidad que tenemos de hoy en adelante en hacer realidad eso que se está acordando en la Habana.

Por lo tanto, la segunda gran conclusión compañeros, es que hay que fortalecer esta vez, esta mesa de unidad donde nosotros vengamos, discutamos, coloquemos nuestras iniciativas, planteemos y lleguemos a conclusiones que nos permitan avanzar. En ese sentido, creemos que la primera y fundamental tarea ahora, es lo que se suele llamar: La pedagogía por la paz o la pedagogía de la paz.

¿En qué consiste? En coger lo que se ha venido acordando en la Habana y traducirlo con nuestras palabras, con nuestros hechos, con nuestra propia forma de ser y hacerlo llegar a todos los campesinos, campesinas, a las amas de casa, a los estudiantes, a los intelectuales, a las iglesias, para que entiendan que ahí están reflejados ellos y que ahí tienen verdaderamente intereses de clase que hay que exigir para que sea realmente una paz real y concreta.

Mientras no actuemos de esta manera será muy difícil materializar la paz que nosotros como pueblo añoramos. Aquí alguien dijo, si no nos organizamos los que hemos sido víctimas de este sistema, pues entonces los que ayer hablaban de guerra, hoy se van a vestir de paz para tratar de coger (robarse) los recursos que vienen del orden nacional e internacional para sus intereses de clase.

Ese es el gran desafío que hoy estamos abocados nosotros a asumir con grandeza. Desde esa perspectiva, es que nosotros saludamos espacios de esta naturaleza. Porque si nosotros no cogemos esos acuerdos, los estudiamos, los analizamos y les damos contenido político, va a ser muy difícil materializarlos en la praxis.

Por ejemplo, si uno coge el primer punto del sector agrario que discutió y se aprobó allí, el tema de la tierra, que es tema fundamental de discusión, si no sabemos que hay un fondo común de tierras para los que no tienen tierra o para los que teniendo tierra en pequeña cantidad, tienen capacidad de hacerla producir más, si no tenemos claro eso, pues, qué carajo vamos nosotros a exigir su cumplimiento. Qué carajo vamos a exigir.

En tercer aspecto, ha sido una política del movimiento insurgente la reforma agraria integral, que no es simplemente el gobierno entregar tierra y sálvese usted como pueda. No, debe ser con asistencia técnica, con maquinaria, con proyectos productivos, con la garantía de la comercialización de los productos producidos.

Sé que todo esto suena a utopía. Pero, eso fue lo que se acordó en la Habana y la guerrilla de las FARC – EP ha dicho: Jamás traicionaremos al pueblo. Si esos acuerdos no se cumplen como se ha acordado, volveremos a empuñar las armas.

Entonces, estamos ante ese reto, compañeros. Y eso no podemos esperar que esto nos lo resuelva el presidente Santos, sus ministros, sus ministras, esto lo resolvemos somos nosotros y nosotras, como dicen ustedes: Uniéndonos.

Por eso, me llama poderosamente el nombre que ustedes le han dado a este taller: Taller de Unidad. Qué bonito compañeros pensar en esa dimensión, qué bonito ver aquí líderes jugándose la vida a diario en defensa del medio ambiente, en defensa de los animales, en defensa de la naturaleza, en defensa de los ríos, en defensa de la vida. Pues eso es lo que tenemos que hacer para poder salir de este laberinto en el cual nos ha sumergido este régimen. Y entender claramente, compañeras y compañeros, otro gran aspecto que nos parece fundamental: Y es que este proceso de paz, está cruzado por la lucha de clases.

Es decir, la paz que tiene en la cabeza el presidente Santos, no es la misma paz que piensa el campesino, que quiere el estudiante, que quiere el joven, por cuanto la paz que entiende Santos, es la de simplemente el silenciamiento de los fusiles y vasta con eso. Y nosotros decimos, que eso es importante pero eso no es suficiente. Porque cómo podríamos hablar de paz cuando la gente se está muriendo de hambre; pero cómo podríamos hablar de paz cuando estamos ante un verdadero atentado criminal contra el medio ambiente con la política santista de las locomotoras minero – energéticas.

Miremos: Hay que entender el esfuerzo que viene haciendo el comité ambiental departamental, los esfuerzos que se vienen haciendo en las regiones por llamar la atención de esto, pero, yo diría hoy, o diríamos, mejor, que es más aberrante lo que viene. Es algo totalmente inverosímil, lo que se ciñe contra estos pueblos mal llamados tercermundistas o subdesarrollados como nos tildan los Estados Unidos.

Es más aterrador todavía, compañeros. Es que cómo es posible que para sacar un gramito de oro, un gramito de oro, haya la necesidad de destruir o mover más de 80 toneladas de roca. Eso es monstruoso. Un granito de oro para colgarlo en un anillo o en una cintilla o pulsera o algo así por el estilo, al precio de acabar con el agua, con la fauna, con la flora, con todos los recursos naturales. Eso es monstruoso, compañeros y compañeras.

Entonces, yo creo que todas esas fuerzas, todas esas fuerzas es necesario canalizarlas en una mesa unitaria, en donde el compañero ambientalista tome una iniciativa importante y todos vayamos hacia allá, aunque sea a hacer presencia, o aunque sea a gritar o aunque sea a levantar una pancarta. Pero también, compañeros, cuando nos toque defender a los campesinos, también el movimiento ambiental debe estar al frente ayudando a los campesinos. Cuando se vengan arremetidas del Estado, tenemos que estar unidos y crear verdaderos lasos de amistad y solidaridad.

A Juan de la Cruz Varela, campesino del Sumapaz, que en ese momento no sabía ni leer ni escribir, una vez le dejaron la tarea de explicar ante más de 700 u 800 personas, para qué era la unidad, cuál era el valor de la unidad. Y él, todo un campesino en ese entonces, se le ocurrió coger varios pedazos de bejuco y le dijo a la gente: Mire, yo cojo este bejuco solo y lo reviento fácil, cojo dos, hago un esfuerzo mayor pero los rompo, pero si cojo todos estos, por más fuerza que haga, no los puedo romper. Esa es la importancia de la unidad, de estar unidos.

Un pueblo unido, un pueblo organizado, difícilmente es derrotado. Pero un pueblo desunido, resulta fácil manipularlo, explotarlo y humillarlo. Por eso, yo me sumo a la preocupación del compañero Pedro Nel Hurtado en el sentido de que la política del Estado es dividir: Organícese usted aparte, usted aparte y usted aparte. Esa es la política divisionista del Estado, porque un pueblo dividido es fácil de manipular.

Pero el día que el pueblo se pueda reunir así como estamos nosotros hoy, discutiendo la problemática y explorando fórmulas para salir adelante, el reinado burgués comenzará a temblar. Esto sí le tiene miedo la oligarquía, a esto sí le tiene temor, porque es que son aproximadamente cuarenta familias las que manejan este país y nosotros somos 47 millones de colombianos. Miren ustedes, en qué medida estamos nosotros de ser partícipes de este proceso que se viene desarrollando en la Habana (Cuba).

En cuarto lugar, hay los amigos de la guerra que persisten en ella, que quieren que el país siga desangrándose. Claro, como ellos no mandan ni a sus hijos, ni sus familiares a la guerra, ni ellos van, ni sus amigos de clase, sino que va es el pueblo, entonces ellos persisten porque tienen la guerra como un gran negocio. A esos agoreros, que se les va cerrando el espacio progresivamente y que poco a poco van yendo al cesto de la basura de la historia, hay que darle es un golpe certero y es precisamente defendiendo el proceso de paz que se desarrolla en la Habana.

Viene una etapa, porque recuerden ustedes que la consigna es que nada está acordado hasta que todo no esté acordado. Es decir, hemos avanzado mucho en este proceso de paz. La tenemos cerca. Pero no está todavía con nosotros. Entonces, es necesario estar atentos en la organización campesina, en la organización de los estudiantes, en los ambientalistas, en los políticos, etc. A ver cómo asumimos esta nueva etapa que quizá ninguno de nosotros los que estamos aquí hemos tenido la oportunidad de vivir un día en paz en este país. Siempre la zozobra, el miedo que ha tenido precisamente por estas políticas del régimen.

Entonces, hoy tenemos que cerrarle el paso a esos violentos que se van quedando a la vera del camino, que potencialmente todavía pueden hacer mucho daño y por eso se ha dicho reiterativamente en la mesa que no podrá haber paz, mientras que el Estado no desarticule la política paramilitar.

Porque es que la política paramilitar no son únicamente las personas contratadas para ir a matar a su hermano de clase por una plata, es toda una política diseñada por los Estados Unidos de guerra de baja intensidad, que comenzó más o menos en 1947 en Colombia, cuando los mismos Estados Unidos le ordenan al gobierno colombiano acabar con el servicio de inteligencia colombiano (SIC), y dar paso al DAS y miren ustedes en lo que terminó este organismo de seguridad, siendo un nido de delincuentes y criminales. Desde allí se planeaba no solamente las chuzadas, sino también salían los listados para los primos, los paramilitares, para que asesinaran campesinos y campesinos.

Entonces, debe haber un cambio en esa política. Ese es el pulso. Ese es el pulso. Y siguen los medios de comunicación atacando. Ayer salieron con el cuento que el frente primero ya no entraba al proceso de paz. Eso hace parte de la campaña de los amigos que dirige el innombrable para tratar de crear confusión entre la gente, por es él, ese personajillo sí entiende que en un proceso de paz serio como el que se viene dando, todas esas tierras mal habidas deben regresar a sus dueños originales.

Y por eso es que se opone a la paz. No es por terquedad o convicción, no es porque no entienda; es porque hay intereses de clase de por medio. Entonces, compañeros y compañeras, necesitamos desarrollar la pedagogía por la paz. Ojalá, que este sea un tema de estudio en esta mesa que hoy se ha constituido y que nosotros celebramos tanto.

En ese sentido, decía el filósofo comunista, Sergio de Zubiría Samper, miembro del comité central del Partido Comunista Colombiano y profesor universitario, que para hablar de pedagogía de paz habría que tenerse mínimo cuatro elementos básicos y a su vez fundamentales:

1. Conocer los acuerdos. No lo que nos cuente RCN y Caracol o El Tiempo o El Espectador o el Espacio. No, directamente ir a la fuente y conocer esos acuerdos. Leer detenidamente los acuerdos. Esa es la primera parte del proceso pedagógico;

2. Entender qué es pedagogía por la paz. Definir y comprender la palabra pedagogía. Diríamos arte de enseñar. Estudiar pedagogos de izquierda como Paulo Freire, por ejemplo;

3. Definir claramente el concepto de paz desde los territorios. Cada región tiene sus particulares. Hay que conocer esas particularidades, interpretarlas y dimensionarlas en relación con el concepto de paz con justicia social. Mirar la paz desde las regiones;

4. Hacer una lectura selectiva y práctica para entender colectivamente cómo le sirve al pueblo en su conjunto la paz desde los territorios. Mientras yo no entienda claramente cómo me afecta este proceso, difícilmente lo voy a defender y dimensionar creativamente.

Estas son como las etapas fundamentales que hay que saber en este proceso de la pedagogía por la paz. Renovar la fuerza del optimismo. Nosotros que hemos tenido un espíritu de izquierda siempre nos ha animado el optimismo. Analizamos el contexto político. Lo miramos. Lo discutimos. Pero, a pesar de sopesar las dificultades somos optimistas. Siempre tenemos el optimismo.

A la edad de 96 años, tuve la oportunidad de hacerle una entrevista al camarada Primitivo Sierra Hernández. Ahí, en su casita. Me hablaba como un muchacho revolucionario de 18, 20 años. Ese optimismo en el proceso, ese optimismo en los cambios, ese optimismo en la búsqueda de cambios estructurales. Tenía razón en cuanto a que los pueblos son eternos y los tiranos efímeros.

En eso, estamos compañeros y compañeras. Estamos a un paso importante de empezar a construir la paz sin la zozobra que por eso el régimen nos vaya a matar. Que este es otro elemento que quisiera dejar bien claro. Esta semana a través de una entrevista de prensa que concedió el comandante Timoleón Jiménez y que aparece en la página web: www.pacocol.org de unos 30 minutos, el hombre precisa y llama la atención de que el día que se firme el proceso de paz, no es propiamente la paz. La paz comienza de ahí hacia adelante a construirse, porque esos acuerdos se deben materializar en hechos concretos y se van a materializar si nosotros nos organizamos y nos movilizamos. Mientras no hagamos eso, difícilmente la paz será una realidad.

El otro aspecto, compañeros y compañeras, es el tema político. Yo sí, realmente, quiero felicitar a los compañeros que hicieron la campaña anterior, que aspiraron al concejo, que aspiraron a la alcaldía.

Es importante continuar con ese proceso. Esas alcaldías, esos concejos deben ser ocupados realmente por hijos del pueblo organizados y comprometidos con este proceso, y no simplemente los oportunistas de siempre. Por lo tanto, ese esfuerzo unitario, tenemos que persistir en él, agrandarlo en cantidad y calidad. Aquí, alguna compañera daba una idea muy importante y es ir de barrio en barrio, de vereda en vereda, explicando el proceso de paz y sus acuerdos, porque no nos podemos confiar en los medios masivos de comunicación.

Si ha tenido este proceso enemigos claros, además del innombrable, son precisamente los medios de comunicación. Todo lo cuenta al revés, lo tergiversa, verdades a medias, dudas. Eso es lo que siembran, en el marco de la nueva política imperialista trazada por los medios que se llama: “Guerra de cuarta generación”, que es la utilización de los medios para atacar.

Ustedes, seguramente han visto – por ejemplo – casi todas las noches en televisión RCN especiales contra Venezuela. Un espacio completo contra Venezuela. Eso hace parte de la guerra de cuarta generación, implementada por la CIA y por los Estados Unidos en busca de desestabilizar el proceso revolucionario que lidera hoy el pueblo venezolano con Nicolás Maduro a la cabeza, así como desestabilizaron el gobierno de Zelaya en Honduras, estimularon el triunfo electoral de Macri en Argentina, el revés de Dilma Rousseff en Brasil, ahora van contra Venezuela. El mismo libreto. A eso hay que salirle al paso. Y le salimos al paso, precisamente, utilizando los medios alternativos de comunicación o exigiendo la democratización de los medios masivos.

Aquí, ustedes decían también de la necesidad de que se tenga una emisora comunitaria. Hay que pelear eso. Hay que hacer causa común. Porque si nosotros no tenemos cómo expresarnos, realmente resulta muy complicado librar esta batalla ideológica y política cruzada por la lucha de clases en Colombia.

Y seguir difundiendo en las regiones el semanario VOZ La verdad del pueblo, las páginas web: www.pacocol.org y www.semanariovoz.com. El periódico se aproxima a cumplir 60 años de circulación ininterrumpida en Colombia; precisamente, creo que el año entrante se celebran los 60 años de estar circulando VOZ La verdad del pueblo.

A pesar de todas las trampas que le han puesto contra este periódico. Le han matado directores, le han matado periodistas, han dinamitado su sede, el actuar director, Carlos Arturo Lozano Guillén, es uno de los amenazados en Colombia hoy por hoy. A pesar de toda esa infamia de la oligarquía colombiana, se ha mantenido y se ha mantenido porque tiene un carácter revolucionario y progresista.

En ese ambiente, compañeros y compañeras, es necesario, digamos, plantear alternativas para fortalecer la lucha y la más importante es la unidad.

Ahora, volviendo al tema de paz, el tire y encoge como dice el comandante Timoleón Jiménez, se presentaron todos esos acuerdos, los cuales van a ser refrendados por el pueblo colombiano. Mientras la insurgencia fariana proponía una Asamblea Nacional Constituyente, el gobierno hablaba de Referendo o un plebiscito. A la final, se pusieron de acuerdo y determinaron que la decisión queda en manos de la Corte Constitucional.

Entonces, es muy posible que nos corresponda apostarle al plebiscito o es posible (especulación personal), una Asamblea Nacional Constituyente. Eso depende del pronunciamiento, el cual posiblemente sucederá en los próximos días.

Si es plebiscito o es Asamblea Nacional Constituyente, debemos prodigarnos a fondo, porque va a ver una fuerte disputa, en donde la derecha y la extrema derecha van a estar insistiendo en la necesidad de que este país continúe en la violencia, y nosotros vamos a luchar, porque haya una paz estable y duradera, una paz con reformas sociales y políticas.

Por eso, compañeros y compañeras, tenemos que abrirnos espacio. En Ibagué – por ejemplo – el Partido Comunista está liderando un proceso con las distintas fuerzas incluso de derecha: Partido liberal, Cambio Radical, el Partido de la U, etc, entorno a dos puntos fundamentales: Al tema de la paz y al tema ambiental. Porque estamos firmes en apoyar la consulta ambiental que viene impulsando el comité ambiental departamental y que apoya el alcalde Jaramillo, acerca de la consulta sobre la megaminería. Estamos unidos alrededor de estos dos puntos. Estamos intentando ayudar a unir todas esas fuerzas disímiles, sobre estos dos temas.

Yo aspiro, o aspiramos mejor, a que este proceso unitario tenemos que ganarlo para el proceso de paz y posiblemente el postacuerdo. Hay que hablar con las religiones, con las distintas religiones. Qué están pensando frente a este tema de la paz y cómo desde sus creencias pueden apostarle a la paz. Hay que hablar con la base liberal, conservadora, de derecha, de izquierda. Con ellos hay que hablar para entender, como decía Gaitán: Las necesidades económicas no tienen color político.

En ese orden de ideas, la disputa sigue en pie. Y la disputa por el poder, sigue firme, pero la única fórmula de nosotros adquirir o alcanzar el poder es a través de la unidad. No en vano dijo el comandante Ernesto Che Guevara: La unidad es táctica y es estrategia. En eso tenemos que trabajar sin vacilaciones de ninguna naturaleza, teniendo en cuenta, compañeros y compañeras, que los principios no se negocian, pero sí es necesario buscar canales de acercamiento. Qué nos une. Qué nos une.

Miren: Esto sobre lo ambiental es monstruoso. Hemos dicho en reiteradas oportunidades que más del 80 por ciento del territorio tolimense está concesionado en títulos mineros, unos concedidos y otros por conceder. Hay pueblos, en donde hasta el perímetro urbano está concesionado, caso del Líbano, Anzoátegui, Cajamarca. En Cajamarca más del ciento por ciento. Eso es monstruoso, compañeros y compañeras. Estamos enfrentando a un monstruo.

A la nueva configuración del capitalismo, que hoy ha perdido sus fronteras y se expresa a través de multinacionales y transnacionales y que el presidente Santos por supuesto, siguiendo la lógica del capitalismo, le ha abierto todas las fronteras nacionales, perdiéndose así la soberanía nacional. La transnacional Anglo Gold Ashanti – por ejemplo – no está haciendo atrocidades en esta fértil región del Tolima, porque equivocadamente se perdió del camino y vino a dar por acá. Pues no. Es el Estado, el Parlamento burgués, el que con sus leyes le abren la posibilidad de entrar a arrasar con la madre naturaleza.

Por eso, hemos dicho nosotros: No podemos separar la lucha reivindicativa de la lucha política. No podemos separar la lucha ambiental, de la lucha de género, de la lucha ideológica, de la lucha política, vuelvo y digo. Debemos discutir todos estos temas en comunión, siempre con espíritu unitario, no separadamente, simple y llanamente porque una tiene relación con la otra. Todas esas medidas ambientalistas que viene tomando el régimen son productos de decisiones políticas y son aprobadas en el Parlamento.

Uno hay veces se encuentra cosas paradójicas. Son por ejemplo ambientalistas convencidos, pero llegan las elecciones y van y votan por los senadores y representantes de la burguesía, de las multinacionales y transnacionales. Votan por sus verdugos. ¿Por qué se da este fenómeno? Porque hay analfabetismo político.

Esa es la tarea de nosotros, compañeros y compañeras: Tratar de politizar el pueblo, lo cual se concreta en la organización y en un pueblo crítico y analítico que no trague entero.

Por eso, compañeros y compañeras, para terminar, me parece que hay que persistir en estos temas. El desafío principal del municipio de Líbano en estos momentos está en manos de todos ustedes y creemos que no van a ser inferiores a esta gran lucha que nuestros mayores libraron, caso del camarada Primitivo Sierra Hernández, Roberto Gómez y muchos más. Muchos que murieron asesinados, pero murieron con la conciencia clara de la lucha revolucionaria y soñando con los cambios que realmente necesitaba la patria y el destino de Colombia. A todos ellos, honor y gloria. A esta generación de hoy: Salud, lucha, coraje y decisión. Vamos por el poder político para el pueblo colombiano. Sí se puede, claro que se puede.

Muchas gracias.

RELATED ARTICLES

Most Popular

Recent Comments