jueves, marzo 28, 2024
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Palabra itinerante: Marchando

La Marcha del 74 no puede olvidarse. Como no olvidaremos a Blanca Villamil y Alejandro Gómez que formaron parte fundamental de aquellas experiencias maravillosas.

Así informó la revista Alternativa
Así informó la revista Alternativa

Jaime Cedano Roldán

En el olvido se cumplieron los 40 años de la marcha organizada por el movimiento juvenil colombiano en solidaridad con el pueblo chileno con motivo del primer aniversario del golpe fascista contra Allende y que recorrió 200 kilómetros entre Ibagué y Bogotá. Esto fue en el mes de septiembre de 1974. El golpe lo fue también contra los sueños de toda una generación que recién iniciaba la militancia política y recibía así la categórica advertencia de que no estaban permitidas las ilusiones y que estas serían aplastadas a sangre y fuego.

Confundidos entre la abigarrada multitud que llenaba la Plaza de Bolívar en el mitin internacional que recibió la marcha escuchamos una frase milenaria de boca del delegado vietnamita que fue titular de Voz Proletaria: “Siembra vientos y recogerás tormentas”. Nadie llegó a imaginarse que sería profética.

El imperio iniciaba en la región la brutal aplicación de las políticas neoliberales. Sembraba muerte, hambre y miseria pero también las semillas de los alzamientos populares que 30 años después permitirían empezar a socavar su dominio en el rebelado patio trasero. Hoy día Allende y las miles de víctimas del pinochetismo han de sentirse reparadas por la historia. Las grandes alamedas se están abriendo por toda América Latina. Por ellas transitan la indigenada por siglos pisoteada, el campesinado sin tierra, los niños mineros, la obreriada desdentada y las ilusiones aplastadas.

En el mismo Chile empieza de a poco el desmontaje del sistema electoral y las leyes de impunidad que el tirano dejara para la perpetuación de un régimen caracterizado por una inmensa masa de excluidos y un selecto grupo de privilegiados. Con ellos se está gobernando en buena parte de la región en gobiernos liderados por quienes ayer fueron perseguidos, encarcelados y torturados. La historia es nuestra y la hacen los pueblos. Dijo Allende en su discurso de despedida, lleno de dignidad y de serenidad, en medio de las bombas y los tiroteos.

Y en Colombia la paz fuerza por entrar en las alamedas transformadoras empujada por la fuerza ética y política de las víctimas y la lucha del movimiento popular.

La Marcha del 74 no puede olvidarse. Como no olvidaremos a Blanca Villamil y Alejandro Gómez que formaron parte fundamental de aquellas experiencias maravillosas.

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