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Orígenes y defensa del SENA

En el año de 1954 los trabajadores colombianos propusieron la creación de un instituto que capacitara a los trabajadores y a los hijos de los trabajadores, a lo cual el gobierno de turno y los empresarios se opusieron. La clase trabajadora, que había conquistado el subsidio familiar equivalente al 5 por ciento adicional del valor del salario, decide aportar un punto de ese subsidio para la creación de dicho instituto; es así como en el año de 1957, mediante negociación tripartita entre gobierno, gremios y trabajadores se crea el Servicio Nacional de Aprendizaje – SENA.

Los éxitos del SENA en la capacitación y la movilización posibilitaron el aumento del subsidio familiar del 5 por ciento al 6 por ciento, destinando el 4 por ciento para las cajas de compensación familiar y el 2 por ciento restante para la financiación del SENA, aumentando así el valor de los recursos parafiscales. Para los que no saben, los recursos parafiscales son los dineros que salen de las nóminas de cada uno de los trabajadores de instituciones públicas y privadas, los cuales financian entidades tan importantes como el SENA, el ICBF y las Cajas de Compensación Familiar; sin embargo, estos recursos parafiscales, a diferencia de los que piensan que son contribuciones del sector empresarial, son pagados por todos y cada uno de los colombianos al comprar algún producto o servicio, ya que ese porcentaje de la nómina que corresponde a los recursos parafiscales están incluidos en el precio de venta del producto final.

Participación y organización comunitaria

Desde el año de 1982 el SENA incursionó en las comunidades urbanas y rurales del país, con las metodologías de Capacitación para la Participación Campesina (Capaca) y Capacitación Integral para la Participación Urbana (Cipacu), llegando a más de 1080 municipios colombianos. Estos procesos de participación y organización comunitaria, permitieron a los funcionarios del SENA y sus familias adquirir planes colectivos de vivienda a nivel nacional.

A través de la Unidad Técnica, uno de los logros pedagógicos más importantes en la historia del SENA, se identificaron las necesidades de los sectores productivos, lo cual permitía la estructuración de la respuesta institucional, basada en las necesidades concretas del municipio, de la región y del país. Uno de los aportes más importantes de nuestra institución al desarrollo del país y a los institutos de capacitación latinoamericanos, fueron el Centro Nacional de Formación de Instructores y la investigación aplicada, contenidas en la Unidad Técnica.

Imposiciones de la banca mundial

Desde el año de 1989 la banca mundial, el Fondo Monetario Internacional y el Banco Interamericano de Desarrollo imponía a los institutos de formación profesional a nivel internacional la privatización de la capacitación, siendo el SENA de Colombia la única institución que se resistía a esta oleada privatizadora.

El presidente César Gaviria en su consigna de gobierno “Bienvenidos al Futuro” acabó mediante decretos a más de 60 instituciones gubernamentales que cumplían con sus servicios sociales a la población colombiana, en compañía de su escudero Rudolf Homes. La inocentada el 28 de diciembre para los trabajadores del SENA, fue el Decreto 2149 de 1992 que convertía nuestros centros de formación en corporaciones privadas.

Debido a lo anterior, diversos compañeros y compañeras de múltiples sectores y expresiones políticas y sociales, incluyendo al Partido Comunista Colombiano, participamos en la discusión nacional del momento sobre la situación del SENA y del país, lideramos la recolección de firmas contra el decreto 2149 y por la expedición de una Ley de Iniciativa Popular, e hicimos parte de la reglamentación de la Ley 119 de 1994, que salvó al SENA de su privatización manteniéndolo gratuito para las y los colombianos. Destacamos el valioso aporte en dicho proceso, de la camarada Aida Abella, candidata a la Presidencia de la República por la UP; Manuel Cepeda Vargas, senador de la UP asesinado por el Estado colombiano, Rubén Darío Maldonado, dirigente sindical del SENA en Bogotá y Cundinamarca y Alfredo Correa de Andreis, asesinado por los paramilitares en el año 2004; rendimos un sentido homenaje en su memoria.

Con más de 1.060.000 firmas se impulsó la primera ley de iniciativa popular, que por cerca de dos años llevó a comunidades urbanas y rurales, discutiendo y proponiendo la defensa del SENA y reafirmando la negociación entre gobierno, gremios y trabajadores. La Ley 119 es el reflejo del poder constituyente, es la materialización de la voluntad del pueblo hecha ley, para garantizar, en este caso, la gratuidad del SENA y su carácter estatal para el beneficio de todas y todos los colombianos.

La ley 119, en el marco de la equidad social redistributiva, rescata el tripartismo; la adscripción del SENA al ministerio del Trabajo; la autonomía administrativa; los recursos parafiscales; la formación profesional integral y gratuita; el aprendiz SENA y el contrato de aprendizaje; la planta de personal y la vinculación directa de funcionarios; la redistribución social de sectores económicos y entre regiones; la redistribución tecnológica; el respeto en las relaciones sociales a los trabajadores; la atención a todos los sectores productivos; capacitación para el empleo de los colombianos, entre otros.

En la implementación de la Ley 119, participaron la mayoría de los actores de la sociedad colombiana liderados por Sindesena, quien a partir del año de 1971 desarrolla un trabajo gremial y político, define la táctica y canaliza las tareas en la defensa integral del SENA. Sin embargo, la administración nacional del SENA arremetió contra los funcionarios que lideraron la defensa institucional y lograron destituir a cuatro de nuestros cuadros, golpeando así de manera certera a miembros de nuestro sindicato.

Las imposiciones continúan

A pesar de la victoria alcanzada con la Ley 119, la banca mundial no ha cesado en imponer a los gobiernos colombianos orientaciones que conduzcan a la privatización del SENA. Desde entonces han sido muchos los intentos, pero con la solidaridad del pueblo colombiano, hemos recorrido el país, exigiendo en cada oportunidad el respeto a la iniciativa de los trabajadores: el SENA.

En el año de 1996 imponen las competencias laborales en el marco del consenso de Washington y a la fecha no conocemos las bondades de dicha formación. Las mesas sectoriales, que deben encargarse de identificar las necesidades de los sectores productivos, para que con base en ellas el SENA estructure su respuesta en cursos de formación profesional, en gran parte de su accionar no tiene actualizados los lineamientos y orientaciones.

El manejo presupuestal de nuestra institución, entregado al gobierno nacional, ha causado la aparición de la corrupción, acompañada del nepotismo, desadministración, clientelismo, politiquería, entre otros, que desvirtúan el tripartismo y su responsabilidad social.

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