Los docentes de la capital del país estudian un petitorio para presentar al gobierno de la ciudad. Aunque respaldan al alcalde Gustavo Petro, hay puntos en las políticas educativas que quieren discutir porque aseguran hacen parte del recetario neoliberal que favorece al sector privado
Juan Carlos Hurtado F.
En 2014, las condiciones para la negociación colectiva varían gracias el decreto 160 del gobierno nacional expedido el presente mes, porque el petitorio se debe presentar en los primeros tres meses del año. Por este motivo, la Asociación Distrital de Educadores, ADE, está estudiando la posibilidad de radicar un pliego de peticiones antes del 28 de febrero.
Pero el presidente de la ADE, William Agudelo, explica que eso va en contravía de la negociación colectiva ya que exige que los trabajadores de diversos sectores presenten un pliego unificado. Tampoco permite negociar algunos aspectos.
VOZ habló con él para conocer en qué puntos distan de las políticas educativas del actual gobierno distrital, al que dicen respaldar de manera unánime desde la junta directiva de la ADE, por lo que votarán “no” en la revocatoria.
Tres temas gruesos
–Aunque rechazan el decreto por considerarlo que restringe el derecho a la negociación colectiva, ¿están preparando peticiones?
–Ya estamos elaborando el pliego que tiene que ver con tres ejes: políticas educativas; situación laboral y dignificación de la profesión docente; y comunidad educativa y bienestar.
Sobre las políticas educativas hablamos de los convenios y las concesiones, donde le exigimos a la administración que en el marco de la defensa del patrimonio público, reverse de las concesiones ya que luego de 15 años se terminan este año. Que los colegios sean manejados por la Secretaría de Educación en las mismas condiciones en las que están; con jornada única y con los mismos docentes y estudiantes.
–En este punto, ¿qué tiene planeado hacer la Secretaría?
–Ellos dicen que van a hacer un estudio para decidir si siguen o no. Nosotros decimos que se debe aplicar lo planteado en los contratos, que fueron a 15 años y luego se revertían a la Secretaría. El Distrito deben manejarlos y los docentes deben estar en las mismas condiciones laborales que nosotros, ya que allí no se les paga el salario de acuerdo con el escalafón. La inversión en recursos que hace la Secretaría es igual, porque las construcciones y todo es del distrito excepto los docentes, y por cada maestro les pagan un millón quinientos mil. Además, podrían ahorrar dinero.
Alternativas a convenios
–¿Qué exigen con respecto a los convenios?
–Estos son la educación que se contrata entre la Secretaría y un colegio privado adonde se llevan estudiantes del sector público y por los que paga entre un millón y un millón y medio por estudiante. En este momento hay entre 55 mil y 60 mil estudiantes en colegios de convenio; en años anteriores había 140 mil. A pesar de que la administración ha venido disminuyéndolos, exigimos que se acaben.
–Pero, ¿el Distrito tiene cómo cubrir toda la demanda?
–Lo pedimos solo para zonas donde no sean necesarios. Hay unas donde no hay la capacidad educativa como Bosa, Suba y la parte baja de Kennedy. Lo que puede hacer la Secretaría es transportar a los estudiantes de una localidad a otra donde haya colegios con cupos.
–¿Qué otros puntos discutirán?
–La jornada de 40 horas laborales que no compartimos porque ha sido tercerización, la manera como se han hecho contratos. Estamos de acuerdo en que los estudiantes tengan música, danza, teatro, la parte lúdica, pero eso no puede estar ligado a los contratos sino a que la Secretaria de Educación nombre maestros para esas modalidades. Hay experiencias importantes, pero como en el caso de la Sinfónica que va a los colegios eso debe estar articulado a los Proyectos Educativos Institucionales. Los contratistas van y hacen sus presentaciones de danzas, pero de ahí para allá no se avanza.
Mejorar calidad
–¿Qué plantean ustedes con respecto a jornada única y qué otros temas discutirán?
–Planteamos que sea con maestros contratados en la jornada contraria y que se les permita a los estudiantes tener la garantía de un restaurante escolar, no un refrigerio reforzado, porque así no puede estar un estudiante en la institución desde las siete de la mañana.
También hablaremos del respeto a la jornada laboral de 22 horas, de 60 minutos incluido el descanso. Que se disminuya el número de estudiantes por curso, pues en este momento son 20 estudiantes de preescolar, 25 de primaria y 28 de bachillerato.
Actualmente hay 30 de preescolar, 40 de primaria, 50 de secundaria, generando un hacinamiento que desgasta y enferma al maestro. Hay aulas que no tienen las condiciones técnicas para tantos estudiantes, pero así los meten. Según estudios internacionales, entre menos estudiantes la educación es de mejor calidad, entonces, si quieren mejorar eso deben reducir el número de estudiantes.
Se requiere el nombramiento de más orientadores. Más cámaras no resuelven el problema al interior de los colegios. Y el fortalecimiento de la educación nocturna, la educación de adultos; algo que se ha ido perdiendo. El respeto al gobierno escolar y dar garantías a la asociación sindical.
–Pero, ¿acaso ese respeto a la organización sindical del que habla no lo hay actualmente?
–Sí hay garantías, tenemos los permisos sindicales pero en algunos colegios a los profesores -sobre todo a los del 1278-, los han venido amedrentando. Les hacen saber que si participan en las movilizaciones el rector los va a calificar mal. Es una persecución contra los docentes que van a las movilizaciones; el Ministerio de Educación constantemente manda comunicaciones diciendo que no podemos ir a las movilizaciones, o que participemos sin afectar la parte académica.
