miércoles, abril 17, 2024
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Militares y conflicto

La cúpula militar, la anterior y la actual no han demostrado entusiasmo ni interés para respaldar los diálogos con las guerrillas. Los militares, por concepción, no son amigos de la paz dialogada. Prefieren la victoria en el campo de batalla, que no la han logrado en 60 años de guerra interna.

Foto: Policía Nacional de los colombianos via photopin cc
Foto: Policía Nacional de los colombianos via photopin cc

Editorial del Semanario VOZ

Antes de la reunión en La Habana de la Mesa de Conversaciones con la subcomisión técnica de miembros activos de la Fuerza Pública colombiana, integrada por un general del Ejército y cuatro oficiales de la Armada, la Aviación, el Ejército y la Policía con el rango de coroneles, el presidente Juan Manuel Santos y el ministro de Defensa Juan Carlos Pinzón ratificaron a la cúpula militar y de la Policía Nacional. Sobre esta hay muchas dudas por el comportamiento de las Fuerzas Armadas y de Policía en la campaña presidencial, porque se notó su desafecto por la reelección.

Sin embargo, hubo el cambio de los subcomandantes sin que se diera ninguna explicación al respecto. El mandatario señaló que al ratificar la cúpula los militares se preparaban para el posconflicto, sin explicar los cambios en los segundos al mando como si estos fueran un peligro para la implementación de los acuerdos de paz. A nadie le quedó claro por qué esos cambios. Algo inexplicable en apariencia.

Lo cierto es que la cúpula militar, la anterior y la actual no han demostrado entusiasmo ni interés para respaldar los diálogos con las guerrillas. Los militares, por concepción, no son amigos de la paz dialogada. Prefieren la victoria en el campo de batalla, que no la han logrado en 60 años de guerra interna. Casi todos los mandos fueron educados en las escuelas norteamericanas en los rigores de la guerra fría y del anticomunismo. Esa ideología reaccionaria es la que siempre sale a relucir cuando se habla de salida política y diálogos con la insurgencia.

Los mandos militares y las instituciones castrenses están bajo la influencia del uribismo y atienden más al ex presidente que a su actual jefe el presidente Santos. Hubo bastantes ejemplos en la campaña electoral reciente. Mandos militares altos y medios, como soldados y policías, de forma abierta le hicieron campaña en las redes sociales a Óscar Iván Zuluaga con fuertes epítetos y descalificaciones al candidato presidente. Y no hubo castigo en la realidad, apenas unos pocos que a la hora de la verdad fueron chivos expiatorios.

Santos no tiene de su lado a los militares y mucho menos con el ministro Juan Carlos Pinzón, que parece un incendiario y no funcionario de un gobierno que dice tener entre sus planes el logro de la paz estable y duradera por la vía del diálogo y el acuerdo político, a pesar de ser la prioridad según aseguran en la Casa de Nariño.

Sin embargo, es muy importante el viaje a Cuba de la comisión técnica militar, encabezada por el general Javier Flórez, jefe del Estado Mayor Conjunto. Aunque salen a flote las torpes explicaciones del lado gubernamental. Mientras Santos y De la Calle justifican el viaje a La Habana de los altos oficiales porque van a contribuir en la hoja de ruta hacia el cese de fuegos bilateral e indefinido, el ministro de la guerra, Juan Carlos Pinzón, les da la misión que no tienen de “planificar la entrega de las armas y a trazar el camino de la desmovilización” y a “evitar que las FARC hagan trampa”. La primera es una explicación ingenua y tonta y la de Pinzón es mentirosa y provocadora.

En realidad la subcomisión técnica va a participar de manera muy activa en la función que acordaron las dos partes y que está plasmada en el Comunicado Conjunto No. 42: “El día de hoy (agosto 22) pusimos en marcha la subcomisión técnica del punto 3 –Fin del Conflicto– que iniciará su trabajo sobre los subpuntos del cese al fuego y de hostilidades bilateral y definitivo y la dejación de armas, para lo cual estudiará, entre otras cosas, modelos nacionales e internacionales. Lo anterior en el marco de lo establecido en el Acuerdo General de La Habana”.

Es evidente que la negociación sobre los temas la hace la Mesa de La Habana con la presencia de las delegaciones de paz del Gobierno Nacional y de las FARC-EP, pero la subcomisión técnica contribuirá con sus recomendaciones y puntos de vista para que se concrete el punto 3 sobre Fin del conflicto.

Es muy importante que los militares participen de manera activa en el fin del conflicto por la vía del diálogo y del acuerdo. Es la primera vez que se sientan cara a cara con la guerrilla a la que siempre han combatido. Sin embargo, debe haber mayor compromiso de la cúpula militar. No es positivo que algunos oficiales a los que se les propuso hacer parte de la subcomisión técnica no lo hayan aceptado. Es reflejo de que sigue la conspiración en los cuarteles. Obliga a colocar de nuevo el tema de la depuración de las Fuerzas Militares y del retiro del ministrico provocador.

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