jueves, abril 18, 2024
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México: Tragedia de Guerrero no empezó con Ayotzinapa

Entrevista a Marco Vinicio Dávila, dirigente del Partido Comunista de México. “Hay varias constantes del crimen organizado actuando como brazo ejecutor del gobierno, que en el caso de Iguala es muy evidente”.

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Hugo Morales Alejo / Caña Amarga

“Los hechos ocurridos durante la noche del 26 de septiembre y madrugada del 27 no son el inicio de los problemas de Guerrero y nacional, más bien es la culminación dramática que ya se venía advirtiendo desde antes, de la organización política nuestra, agraviados por víctimas que tenemos en Guerrero y advertido por otras organizaciones de derechos humanos”.

Lo anterior es denunciado por Marco Vinicio Dávila, miembro del Buró Político del Partido Comunista de México (PCM) y del Frente de Izquierda Revolucionaria (FIR).

El entrevistado señala que “la situación de Guerrero tampoco inicia con el sexenio de Ángel Heladio Aguirre Rivero. Se remonta a la época reciente de la guerra sucia de los 60 y 70. Sin embargo, a partir de la alternancia de partidos en Guerrero, cuando se cree que el hecho de que el PRD, con alianzas de partidos que se llaman de izquierda, iba a mejorar la situación, lo que se evidenció fue lo que advertíamos también desde el inicio, que no es un problema de partidos, sino un problema del sistema, donde todos los partidos electorales son funcionales a los intereses de los monopolios.

La situación se agrava en el sexenio de Heladio Aguirre, porque es evidentemente y a tiempo documentado por organizaciones civiles y defensores de derechos humanos. Se hacen llamados de alerta de que están infiltrados por el narco, no en balde se vincula a Heladio Aguirre con el Cártel de Acapulco, que inclusive es su primo hermano el capo del Cártel de Acapulco”.

Los asesinatos previos del normalista Raymundo Velázquez y dos más

En el caso del Partido Comunista de México y del Frente de Izquierda Revolucionaria, el año pasado justamente, la madrugada del 5 de agosto, son emboscados, capturados, torturados y asesinados con el tiro de gracia, tres compañeros nuestros del FIR y PCM, el compañero secretario general del PC y responsable del trabajo del FIR en Guerrero, Raymundo Velázquez, y dos compañeros más, Miguel Solano y Samuel Vargas, que se encontraban precisamente haciendo gestiones con el gobierno del estado, a quienes ya se les había autorizado un presupuesto para darle respuesta a sus gestiones.

Curiosamente (y por eso vinculamos pues de esos hechos al Gobierno del estado de que los grupos del crimen organizado actúan en general como grupos paramilitares con el gobierno en el estado de Guerrero), les autorizan un presupuesto, les dan el cheque y “coincidentemente”, se les aparece un grupo de la división de La Familia Michoacana, en la Costa Grande, que le llaman “La Maña”, y les piden no un porcentaje, les piden el cheque completo. Acá viene la pregunta: ¿cómo se enteran ellos que tenían los compañeros un presupuesto autorizado? Esa es la primera parte de nuestra investigación.

La segunda parte tiene que ver con que los compañeros que no sabían aún de la muerte de Raymundo Velázquez, van el día lunes con el proveedor, que iba a darles las láminas que iban a llevar a las comunidades. Y el proveedor les dice “nos hablaron esta mañana del Gobierno del Estado que se cancelaba ese pedido, porque Raymundo Velázquez ya no vive”. El cuerpo de Raymundo es encontrado varias horas después de que el Gobierno había dicho de su muerte al proveedor.

Esas dos situaciones nos dan cuenta de que hay complicidad entre el crimen organizado y el gobierno del estado.

El portafolios de Raymundo desapareció, sus teléfonos celulares y demás no aparecieron por ningún lado.

Cuando hablamos con el procurador Iñaki Blanco Cabrera y el secretario de Gobierno de Guerrero, ellos cínicamente se lavan las manos, de que ellos no tienen nada que ver, que fueron los sicarios de La Maña los que los mataron. Cuando nosotros les decimos de esas investigaciones, ellos las minimizan y nos batean vulgarmente”.

Los asesinatos del líder comunitario Luis Olivares y su esposa Ana Lilia Gatica

“Pero ahí no acaba la cosa, justamente el día 10 de noviembre próximo, se cumple un año del asesinato de nuestro compañero Luis Olivares y de su esposa Ana Lilia Gatica. Luis era dirigente de la Organización de Productores de la Costa Grande de Guerrero (Opcgg). El compañero había sido amenazado semanas antes, inclusive Luis había solicitado una audiencia con el gobernador Aguirre, nadie le hace caso, vamos entonces, me toca ir a acompañarlo, a la “Casa del Gobierno de Guerrero” en la Ciudad de México, solicitamos ser escuchados o atendidos por alguna autoridad, tampoco nos permiten siquiera la entrada.

Lo más que logramos fue hacer una conferencia de prensa, ahí, afuera de la Casa Guerrero, donde Luis Olivares denuncia las amenazas de muerte que firma “La Maña”, pero que él tiene los elementos y los aporta, de que en realidad hay una relación de “La Maña” con el Gobierno del Estado.

Esta conferencia de prensa fue a finales de octubre y para el día domingo 10 de noviembre amanecen muertos, asesinados a balazos, Luis Olivares y su esposa, Ana Lilia Gatica, en su casa de Coyuca de Benítez.

Misma situación con el Gobierno del Estado, vamos a reclamar, vamos a pedir justicia y nos dicen que fue “La Maña”, “fue el crimen organizado, nosotros son tenemos nada que ver”.

El año pasado nosotros pagamos una cuota de sangre de cinco dirigentes muertos en Guerrero, de un trabajo que no empezó ni el año pasado, ni en el sexenio de Aguirre.

La Larsez (Liga Agraria Revolucionaria Emiliano Zapata), de que era dirigente Raymundo Velázquez, se refundó en 1994, como la experiencia organizativa de obreros y campesinos que fundara en 1969 en el Ticuic Genro Vázquez, Larsez había quedado muy desgastada a la muerte de Genaro.

Raymundo Velázquez era profesor y egresado de la Normal de Atyozinapa, a donde iba cada año a dar conferencias, los compañeros lo recuerdan y reivindican inclusive.

Justamente un par de meses antes de fueran asesinados Raymundo Velázquez y Luis Olivares, en los periódicos locales de Guerrero los acusan como miembros del EPR (Ejército Popular Revolucionario), como el caso de Rocío Mesinos, de la Organización Campesina de la Sierra del Sur (OCSS), quien meses antes de asesinarla, es acusada de pertenecer a un grupo insurgente.

Hay varias constantes del crimen organizado actuando como brazo ejecutor del gobierno, que en el caso de Iguala es muy evidente. Con nosotros se lavaron las manos, se hicieron a un lado los gobernantes, pero hoy fue evidente.

La otra constante preocupante es que todos ellos fueron acusados previamente de ser insurgentes, antes de ser asesinados, como para generar matrices de opinión que predispusieran la opinión pública en contra de ellos y de sus organizaciones.

La preocupación del FIR en estos momentos es que este famoso documento infiltrado del 15 de octubre, que manejan en (la revista) Proceso. Es justamente eso, que empiezan a querer vincular a dirigentes sociales, como la Ceteg de Guerrero, el FIR de Guerrero y Oaxaca, la FulApo, en Oaxaca, los empiezan a querer vincular con grupos insurgentes. Cada vez que la lucha social sube de tono, eso ocurre. Empiezan a salir esos famosos documentos infiltrados de luchadores sociales, con grupos insurgentes.

Inclusive tratan de vincular a los luchadores con el crimen organizado. A los compañeros desaparecidos de Ayotzinapa están tratando de vincularlos con el Cártel de los Rojos de Iguala y hacer creer que fue un enfrentamiento entre cárteles lo de esa noche del 26 de septiembre. No contaba el gobierno de que esto iba a tomar las proporciones que ha tomado. Pensaron “decimos que fue un enfrentamiento entre cárteles y no pasó nada, total, el año pasado matamos dirigentes y no pasó nada”. Pero se destapó una cloaca.

Ahora sabemos, por informes que la propia CIA ha rendido a Barack Obama, que la región de Iguala es la capital mundial de la goma de opio, que produce la heroína. Está probado con cifras, que desde la Tierra caliente hasta el estado de México, en Tlataya, donde fueron masacrados 22 jóvenes por el ejército, se da esto. Tierra Caliente, el Sur de Guerrero y parte del Estado de México hacen que las condiciones climatológicas sean ideales para el cultivo de amapola.

Los desplazados en Guerrero

-Platícanos de los desplazados, Marco

-“Mira, esto es para mostrar la complejidad de lo que ocurre en Guerrero, que no es algo nuevo, algo que el gobierno le ocultaba a la ciudadanía. Un ejemplo que yo conozco, el de Coyuca de Catalán, en la sierra norte de Guerrero, en la Tierra Caliente.

Resulta pues que en Coyuca de Catalán, los sicarios del crimen organizado obligan a las familias completas, adultos y niños, a trabajar en la siembra de amapola, obligados, con armas, a trabajar en ello.

Las familias que se niegan a ello salen huyendo de noche de sus comunidades para bajar de la sierra, a Coyuca de Benítez.

Nosotros contábamos 300 familias desplazadas de Coyuca de Catalán a Coyuca de Benítez. 300 familias generan muchas situaciones que hacen evidente su presencia. Sin embargo, el Gobierno del Estado permaneció impávido ante ello.

Una de las cuestiones en que estaban trabajando Raymundo y Luis era la creación de la Policía Comunitaria, para dar protección a esas familias comunitarias y los vecinos de comunidades que las aceptaban.

Mira, la gente baja de la sierra, sin tener dónde vivir y la solidaridad de los que no tienen nada es compartir lo poquito que puedan. Y la gente de Coyuca de Benítez recibe en sus patios, en sus casas, a los desplazados, que son mujeres, que son niños, que son ancianos, bebés, mujeres embarazadas, hombres que logran llegar, porque muchos son muertos en la sierra.

Y eso genera que la famosa “Maña”, ramificación de la Familia Michoacana, localice a esas familias y las amenace de muerte.

Justamente Luis Olivares tenía una colonia de desplazados, que era donde se pretendía formar la Policía Comunitaria.

Hay que aceptarlo, los compañeros cometieron un error, anunciaron la Policía Comunitaria antes de formarla y eso también los puso en el ojo de la tormenta con la “Maña”.

Es muy complejo el estado de Guerrero. Por ejemplo, los monopolios de la minería en la montaña amenazan con desplazar también a las familias, pero allí es donde la Policía Comunitaria ha detenido el avance de los monopolios.

Ahí existen tradiciones antiquísimas de rondas tradicionales. La minería que se pretende entrar en la montaña son concesionarias canadienses. Ya están concesionadas, pero la Policía Comunitaria no les ha dejado instalarse.

Como te puedes dar cuenta, la situación de Iguala, de los seis muertos -tres estudiantes, tres civiles- y 43 desparecidos, no es el inicio de la crisis o problemática social en Guerrero, más bien es la culminación, pero trae un nuevo elemento, el surgimiento de una fuerza organizada que ya se había manifestado a través de los maestros con la oposición a la Reforma Educativa, pero ahora involucra a fuerzas nuevas, a los estudiantes.

Ayotzinapa ha sido por años, por décadas, perseguida, satanizada, difamada, vilipendiada, por el Gobierno, pero ahora Ayotzinapa se ha convertido en la autoridad política y moral de un gran movimiento, no solamente nacional ni guerrerense y que nosotros creemos va a ir en ascenso todavía un tiempo más, mientras no aparezcan los 43 muchachos desparecidos.

-¿Hay la posibilidad de que ocurra como en la guerra sucia de que los arrojaban al mar?

-Mira, lo que los padres de familia dicen es que esa búsqueda en las fosas clandestinas no corresponde a la visión de ellos y los estudiantes, de dónde buscar a los desaparecidos.

Más bien las demandas de los padres y la Normal –que hacemos nuestra también las organizaciones sociales- es que se les busque en donde pueden estar con vida.

¿En dónde pueden estar con vida? En las cárceles militares, en casas de seguridad, en manicomios inclusive, como lo hacían en la guerra sucia, Porque si alguien tiene experiencia en desaparecer personas en Guerrero es el Ejército. Por eso es la demanda de presentación con vida. No estamos aceptando la posibilidad de que estén muertos, porque tenemos indicios de que se encuentran con vida. Porque hay instituciones que tienen la experiencia y la infraestructura para esconder o guardar, encerrar por años, por décadas incluso, a personas.

-¿Ha ocurrido eso?

-En la guerra sucia, recordemos lo que le dijo Fernando Gutiérrez Barrios (ex director de Seguridad Nacional, ex secretario de Gobernación) a las madres del Comité Eureka (presidido por Rosario Ibarra de Piedra, a quien le desparecieron a su hijo, Jesús Piedra Ibarra), “búsquenlos en los manicomios del país, que por ahí deben estar”. Sí, hay experiencias de ese tipo, pero claro, eso es hablando de lo que históricamente tenemos como experiencia, pero ahora nosotros creemos que los muchachos pueden estar vivos, que deben estar en algún lugar donde la infraestructura dé para ello y quien puede tener esa infraestructura es el Ejército, la Policía Federal, la Gendarmería Nacional inclusive. Por ahí tenemos que buscarle.

-¿Qué hay sobre la puerta incendiada este miércoles en el Palacio de Gobierno, luego de una protesta?

-Sí, la infiltración no es algo nuevo en la lucha social. Basta con que se reúnan seis personas para que haya un infiltrado, según los manuales de operación contrainsurgente del Ejército.

Es el hecho de que donde hay manifestaciones, que si no son pacíficas totalmente, pero tampoco son de confrontación con el Estado, aparezcan personas que incluso se cubren el rostro para actuar de manera imprudente y que pongan en entredicho en dos niveles al movimiento, en el nivel de la opinión pública al hacer creer, a través de los servicios de opinión que se generan en los medios afines al gobierno, que es el movimiento el que está generando toda esa situación.

Y en el otro nivel es en el de la seguridad, de la provocación, lo que genera la reacción del gobierno con choques policiacos, con persecución, ayer mismo, en la Ciudad de México, con la quema del Metrobús, la Policía Federal entró a la UNAM, violó la autonomía universitaria y fue a capturar a un grupo de jóvenes que no estaban vinculados con la quema del metrobús. Lo mismo ocurrió en Oaxaca, nosotros lo denunciamos públicamente que esas prácticas provocadoras no corresponden a las formas del pueblo trabajador. Hay que deslindarnos. Históricamente esos grupos son armados, preparados por el Gobierno, para desprestigiar el movimiento y generar la reacción.

LaNigua

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