jueves, abril 25, 2024
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Mejorar la comunicación

Hay que asumir la confrontación en los dos terrenos simultáneamente, en el debate razonado y el terreno de los estados de ánimo e imaginarios.

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Álvaro Oviedo

Los resultados del plebiscito han puesto en primer plano, entre otros aspectos, la necesidad de una política comunicacional única y efectiva de parte nuestra, que involucre medios escritos, redes, y medios digitales. Actividad comunicacional con la suficiente flexibilidad y creatividad, para poder hacer frente a los monopolios de la comunicación.

Las declaraciones del gerente de la campaña del no, pusieron en evidencia lo que ya sabíamos: que no se asumía el debate con argumentos en torno a los acuerdos, sino con un arsenal de rumores y mentiras abiertas, que apuntaban a fomentar el temor, el sentimiento de inseguridad, de rencor, frente a la propuesta de los acuerdos de paz. Esas declaraciones contribuyeron a mostrar el talante de la campaña del no y de los pastores mentirosos que la acompañaron.

Ponerlo en evidencia contribuye a abrir paso a fórmulas que garanticen el respeto de los acuerdos y el itinerario seguro para el cumplimiento de los mismos, bajo el impulso de las manifestaciones y acuerdos políticos para llevarlos a feliz término. Y así abrir la posibilidad de construir una paz duradera mediante el establecimiento de la verdad sobre lo ocurrido en el conflicto, tan necesaria para la reparación de las víctimas y la no repetición.

En esta brega y en el escenario posterior para el respeto de los acuerdos es necesario avanzar en la formulación y articulación de la política comunicacional, que se plantea en el documento de tesis preparatorias del Congreso del Partido. Hay que asumir la confrontación en el plano de la comunicación en los dos terrenos simultáneamente, en el debate razonado y el terreno de los estados de ánimo e imaginarios.

Entendiendo que el lenguaje no es solo el escrito, el hablado, sino también, el de la imagen, la música, el artístico en toda su dimensión, que este no es un ambientador del discurso político, sino que tiene fuerza comunicativa en sí mismo.

Sobre la marcha vamos denunciado, debatiendo, “afinando”, creando nuevos textos con mejor capacidad comunicativa.

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