La virtud revolucionaria que acompañaba a Manuel Cepeda en su vida política fue la perseverancia por la paz. Nunca claudicó un centímetro por encontrarla. Homenaje a un formador.
Redacción política
Dos décadas después del asesinato del último senador del Partido Comunista Colombiano, la militancia se dio cita en su tumba para recordarlo y reafirmar que su legado por la paz y los cambios no se detiene.
Con un arreglo floral y un canto de guitarras se conmemoró un aniversario más de quien, sin riesgo a equívoco, estaría al frente de un nuevo intento de paz en Colombia y desafiando sin temor alguno a los enemigos del diálogo. Jaime Caycedo, secretario general del Partido Comunista, y Carlos Lozano, director del semanario VOZ, compartieron opiniones, al pie de su sepulcro, sobre el significado de los 20 años sin Manuel Cepeda Vargas.
Manuel y la paz
“Es significativa la coincidencia del 20 aniversario del crimen de Manuel Cepeda con el desarrollo de un proceso de paz y de una búsqueda de solución política por la cual él luchó toda su vida. Estamos trayéndole un parte de avance y desarrollo de un proceso por el cual él se la jugó”, dijo Caycedo.
Hablar del trabajo militante de Manuel es hablar de la paz con sustancia de cambio ante los grandes desequilibrios sociales que se han ido consolidando en Colombia en los últimos lustros. Este aniversario pone en vigencia el legado de Cepeda, el ejemplo de su militancia, la gallardía política que lo caracterizaba y su oficio como revolucionario.
Por su parte, Carlos Lozano recuerda al dirigente comunista como el hombre que siempre estuvo atento a ofrecer sus esfuerzos por encontrar un diálogo entre la insurgencia de las FARC-EP y el gobierno nacional: “Como miembro del Comité Central del Partido Comunista y miembro del Secretariado, que en esa época existía como estructura de dirección del Partido, Manuel Cepeda fue protagonista de Casa Verde, en el gobierno del presidente Betancur, muy activo en mostrar las bondades de la solución política. Alcanzar la paz por medio del diálogo fue un gran debate nacional en el que Cepeda y el periódico VOZ tuvieron mucha resonancia en la opinión pública de aquella época”.
No obstante, no fue el único proceso de paz en el que Manuel Cepeda empeñó sus esfuerzos para alcanzar la democratización real. “También en los diálogos de Caracas en 1991. Manuel conversaba mucho con los guerrilleros de las FARC y con los integrantes de la Coordinadora Guerrillera Simón Bolívar, siempre en primera línea de la paz”, afirmó Lozano.
El indoblegable
“El odio a la paz y el odio al proceso de diálogo, los intentos por boicotear el proceso, por revertir lo que se ha alcanzado, son muestras de que los actores sociales contra el avance del país siguen vivos. No en vano ha existido una confrontación social y política tan profunda como en los últimos treinta o cuarenta años”.
“Digamos que la guerra civil en el país ha tenido como telón de fondo la negativa de los sectores más poderosos económicamente, más vinculados al imperialismo, al privilegio, a la corrupción, a la imposición sobre los demás de no modificar nada y de permanecer en la idea de que solamente mediante la violencia es posible dominar y mantener sumisa a la población. Yo creo que eso está cambiando y tanto es así que la propia burguesía se vio obligada a sentarse en una mesa a dialogar y buscar una solución política. Ese es el resultado de no poder doblegar la rebeldía política e impedir que el pueblo y las movilizaciones populares siguieran abriendo un espacio democrático en la vida colombiana”.
Establecimiento mezquino
Los gobiernos de la época, en general, reconocían el importante papel de Manuel Cepeda en los procesos de paz. “Sin embargo, a él, como a todos los dirigentes del Partido Comunista que han trabajo en los temas de paz en el país, los estigmatizan. A Cepeda lo denominaban el artífice de la combinación de las formas de lucha, una grosera interpretación que hace la burguesía de la tesis de la lucha de clases. Pero esa estigmatización hizo que a Manuel lo pusieran en el foco de las miradas del militarismo como también al periódico VOZ. Pero muchos sectores democráticos siempre reconocieron la importancia de Manuel en el anhelo de paz y cambios”, comentó Lozano.
Sinónimo de unidad
El Manuel Cepeda político, desde sus primeros años, levantó las banderas de la unidad de la izquierda. A ese respecto Caycedo indicó que para la época era el representante de los comunistas en la Unión Patriótica: “Hoy en día estamos actuando y luchando con muchas banderas: la paz con cambios, la unidad de la izquierda y la construcción de un frente amplio con aspiraciones a ser gobierno y poder en Colombia”.
Y agrega Caycedo: “Como hace 20 años, tenemos solidaridad plena para con el pueblo de Palestina masacrado por el gobierno sionista de Israel, rechazamos la política exterior de guerra de los Estados Unidos, los intentos de desestabilización de Ucrania. Todo eso nos recuerda al Manuel Cepeda de hace 20 años. Ese mismo que fue formador de generaciones enteras de comunistas y un luchador por la paz de Colombia”.
