martes, abril 23, 2024
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Los jóvenes y la disputa por la paz para Colombia: el caso de Bogotá

Los jóvenes en Bogotá como normalidad están llevados a soportar complejas situaciones

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Sebastián Cristancho

A propósito de los diálogos en la habana, y la actual disputa social y política por el tipo de paz que se debe edificar en el país, es necesario que quede claro en la opinión pública que desde los diferentes sectores políticos se vienen impulsando tres tipos de propuestas dentro de las cuales es imperioso como colombianos distinguir y tomar partido:

1. La paz de Santos que implica cese de la guerra y continuación del modelo neoliberal privatizador y del régimen antidemocrático existente; 2. La paz de los uribistas que implica el mismo neoliberalismo pero desde un acento terrateniente, adicionando una profundización del régimen represivo que no solo exige la rendición de la insurgencia (y en su versión más recalcitrante, la victoria militar del Estado) sino que le da trato de terrorismo a toda manifestación que desde el campo democrático se haga en contravía del orden imperante; y 3. La del campo democrático y popular que implica cese de la violencia acorde a una apertura a la participación de los sectores excluidos históricamente para que se incluyan en las definiciones y conducción del país, además de un régimen de justicia social que rompa con la segregación y desigualdad que existen en Colombia evidenciadas en la gran concentración de la riqueza por una parte y una masiva pobreza por la otra.

Ubicando las dos primeras propuestas de paz como las de la derecha y ultraderecha respectivamente, nosotros desde la izquierda hemos afirmado que no puede haber paz en el país si al tiempo no hay democracia y justicia social, estas dos como causas estructurales que debido a su ausencia han provocado la guerra y su permanencia en el tiempo. Es así que para hablar de democracia y justicia social, en medio de la disputa política en mención, se hace a su vez necesario comprender y explicar detalladamente a la población en su totalidad qué significa esto para los diferentes sectores sociales que componen el campo democrático y popular acorde a la configuración social de Colombia.

Desde el sector de los jóvenes en el país, y siendo Bogotá la capital económica y administrativa de Colombia, quisiéramos hacer un ejercicio de diagnóstico y propuesta al respecto, teniendo como base lo presentado por el Gobierno Distrital como los resultados de la encuesta de percepción en el Estudio de Juventud 2014, y de esta manera contribuir al debate que se viene dando en la capital en el seno del sector indicado desde diversas propuestas de movilización social, con miras incluso a la contienda electoral que se avecina.

Situación económica de los jóvenes en Bogotá

Debemos partir exponiendo que los jóvenes (14 a 28 años de edad) en Bogotá representan el 24,9% del total de la población, es decir que son 1.956.042 de los 7.776.845 de habitantes que tiene Bogotá. La dura situación económica que enfrentan indica que el 51,3% de esos jóvenes viven en estratos 1, 2 y 3 (sólo el 13,5% en estratos 5 y 6), y que el 41,7% del total dependen económicamente de sí mismos para vivir. Así las cosas, tenemos que actualmente el 32.3% de los jóvenes se encuentra solamente estudiando, y el 46,7% de jóvenes está trabajando, recibiendo de estos últimos, indignamente en un 44%, menos de un salario mínimo. Se adiciona que de estos jóvenes que están laborando, alrededor del 83% trabajan 5, 6 o 7 días a la semana.

Es decir que aparte de que una de las posibilidades mayoritarias para que nuestros jóvenes desarrollen su vida es la de vincularse productivamente a la sociedad desde muy temprano, estos, además de que se encuentran indignamente remunerados golpeando con ello la calidad de vida que pueden garantizarse, cuentan con poco tiempo semanalmente para realizar otro tipo de actividades más allá de su trabajo.

Situación educativa de los jóvenes en Bogotá

Pese a que alrededor del 55% de los jóvenes creen que van a obtener (y les gustaría obtener) un nivel educativo universitario y de especialización, la desafortunada realidad es que, aunque el 49,7% están actualmente vinculados a la educación formal y el 49,9% no lo están; solo el 16,9% llegan a la universidad y el 15,2% a un nivel técnico o tecnológico. Pero aunque logran ingresar a la educación superior, del total de los jóvenes apenas se gradúan el 9.8% en el nivel técnico, el 5.4% en el tecnológico, el 5.0% en el universitario y el 0.8% en el de especialización. Siendo el máximo nivel educativo alcanzado por la mayoría de los jóvenes bogotanos (61,3%) el de básica secundaria y media.

La principal razón de la vergonzosa situación educativa referida, y por la que los jóvenes no estudian o no siguen estudiando, se debe principalmente a los costos educativos elevados o la falta de dinero en un 25.7%, a que necesitan trabajar o están buscando trabajo en un 18.1%, o a que faltan cupos en un 4.6%. Se puede concluir así, que la falta de educación se debe a la vez en gran parte a la falta de recursos y garantías para que nuestros jóvenes puedan estudiar, oponiéndose radicalmente esta materialidad a los deseos expresados por ellos sobre este asunto.

Situación en salud de los jóvenes en Bogotá

En materia de salud tenemos que los jóvenes en su gran mayoría (88.4%) se encuentran afiliados a alguna entidad de seguridad social en salud y un 11.6% no lo está, perteneciendo el 24,2% de los jóvenes en total al régimen subsidiado. La principal razón por la cual dichos jóvenes no están cubiertos por una entidad de seguridad social en salud es la falta de dinero (21.4%) y el no estar vinculados laboralmente (15.3%).

Las duras condiciones laborales que incluyen la flexibilidad laboral y el desempleo, hacen que cuando los jóvenes llegan a los 25 años, varios en términos de salud expresen un limbo que los hace vulnerables también en esta materia, sumándose a la lista de derechos que no se garantizan y hacen difícil el ser joven en un país como Colombia.

Libertades políticas y civiles de los jóvenes en Bogotá

Los jóvenes en Bogotá en su gran mayoría sienten que son libres (vestirse como quieren, ser padres de familia, entre otras) a nivel general, aunque no para expresar sus opiniones políticas (67,7%) y elegir su trabajo (74,2%). Si bien no consideran que se restrinja su libertad, la principal amenaza hacia esta que identifican proviene de las instituciones como la policía y el ejército especialmente.

Se adiciona que “la mayoría de jóvenes creen que por su condición de juventud tienen mayores dificultades para acceder a varios espacios, siendo el acceso a créditos bancarios (69,5%), a una vivienda (68,2%) y a cargos de elección popular (64,1%) los primeros en la lista. Sin embargo, el 88% no se ha sentido discriminado en el último año”.

Subjetividad en los jóvenes de Bogotá

Correspondiente con tan ambiguo entendimiento y percepción de la libertad por parte de los jóvenes, la dura situación objetiva descrita y las dificultades para el ejercicio de libertades civiles y políticas mencionadas, no causan inconformismo, por el contrario, más allá de que no se sientan discriminados, los jóvenes en un 83% perciben que no les han vulnerado alguno de sus derecho. Aunque obviamente por la situación descrita presentan un alto nivel de estrés o angustia, a la vez, contradictoriamente, tienen un alto nivel de satisfacción cotidiana.

De este modo, no obstante de que los jóvenes ostentan una percepción con tendencia positiva frente a su hábitat barrial, sienten que los espacios públicos son más peligrosos que los privados, siendo el transporte público (54,7%) y el barrio (40,8%) los primeros en el tema. Por esta misma vía, el 67,4% considera que su derecho a la vida está desprotegido o muy desprotegido, y además señalan que los robos, atracos y otros delitos son las situaciones que más los ponen en riesgo en sus barrios.

De resaltar que aunque la subjetividad de los jóvenes no se corresponde en gran medida con las difíciles condiciones objetivas señaladas, e incluso tiende a ser contradictoria con respecto a la realidad existente, de todas formas hay rasgos progresistas en las ideas de la juventud bogotana reflejados en el 66,3% que rechaza de diversas maneras el servicio militar obligatorio, y en el 62,7% que en diversas formas opina que debe habilitarse el aborto.

Situación organizativa de los jóvenes en Bogotá

Debemos empezar afirmando que la percepción que los jóvenes tienen sobre la incidencia de las organizaciones sociales, políticas o juveniles en la política pública es afirmativa en un 37.9% y negativa en un 33.2%. Relacionado con ello, las y los jóvenes no se sienten identificados ni hacen parte de tribus o culturas juveniles específicas, y el 94% de jóvenes no hace parte de organizaciones sociales.

De todas formas cuando sus aspiraciones entran en conflicto con las de otros, o buscan espacios para desarrollar sus propuestas (38,8%) o tratan de concertar (26,8%). Aunque afirman que hay poco apoyo a sus iniciativas, nunca por parte de los servidores públicos (56,8%) ni nunca por parte de las autoridades (55,5%), ven en los otros jóvenes, en un 56,2%, un par dispuesto para la materialización de las mismas.

Podríamos afirmar que debido al poco tiempo disponible en la mayoría de los jóvenes, los cuales se encuentran ganando indignamente su subsistencia precarizada, acorde a su percepción conformista de la realidad y su alta satisfacción cotidiana, no hay una masiva organización de este sector para mejorar sus condiciones de vida y exigir derechos, a pesar de ello, en alguna medida sienten la presencia de las organizaciones sociales, ven factible desarrollar iniciativas para hacer viables sus intereses y ven en los otros jóvenes personas que los pueden apoyar en dicha empresa.

Sobre el cesamiento de la guerra y los diálogos de paz

En este aspecto existe una posición democrática por parte de los jóvenes en cuanto a que en un 59,7% opinan que hay que dar solución negociada al conflicto armado, que para conseguir una paz duradera el factor principal necesario a tratar son las condiciones materiales (56,1%), y que dicha negociación se debe realizar con un alto al fuego entre las partes (50.9%). Opinión resaltable en la medida que el 90% de los jóvenes no se siente víctima del conflicto armado, y en relación con la situación general subjetiva expuesta.

Del anterior diagnostico podemos afirmar que los jóvenes en Bogotá como normalidad están llevados a soportar complejas situaciones, que tiene que ver con que ser joven en la capital del país implica en su gran mayoría vincularse tempranamente a la actividad laboral como la única forma de garantizarse la subsistencia, trabajo precarizado para una vida indigna y sin tiempo, ser un secundarita con aspiraciones de lograr estudios superiores pero no conseguirlos en la medida que no se cuenta con los recursos para garantizar lo que debería ser un derecho, tener una ambigua situación en salud después de los 25 años por no poseer un contrato laboral o el dinero suficiente para garantizarse lo que también debería ser un derecho, ver en su condición de jóvenes una dificultad para garantizar a cabalidad libertades políticas y civiles, y ser preso de la inseguridad de la ciudad.

Es este amargo contexto económico y social el que hace de nuestras jóvenes presa fácil de las violencias, la delincuencia y el pandillismo, y ha sido el exterminio físico de las fuerzas políticas que se han opuesto a esta realidad y buscado alternativas, lo que a nivel histórico ha causado y hecho perdurable la guerra en Colombia. Luego, es la falta de justicia social y democracia lo que ha causado y causa la violencia en el país, por lo tanto, no es posible hablar de paz, desde nuestro modo de ver, si al tiempo de la cesación de la guerra no se lleva a cabo una apertura democrática y se inaugura un nuevo orden social de justicia, que en el sector de los jóvenes implica un conjunto de políticas que cambien la realidad expuesta, y por el contrario, haga de la educación en todos sus nivele, el trabajo digno, la salud y el ejercicio pleno de libertades políticas y civiles, derechos de todos y no el privilegio de pocos.

También queda claro en este orden de ideas, que ni la derecha ni la ultraderecha van a hacer viable una propuesta de paz democrática con justicia social para Colombia, mucho menos que afecte y cambie positivamente para la gran mayoría la condición de ser joven en Bogotá, ellos han sido los que han gobernado a este país desde que se hizo República, han dirigido apoyados en la violencia estatal y paraestatal la creación del orden existente, y en este momento aspiran a terminar la guerra para que no se sigan afectando por medio de ella sus negocios y los negocios e intereses de los grandes capitales extranjeros.
Por lo tanto, es tarea de la izquierda y del sector democrático, enarbolar bajo este momento político nacional la necesidad y posibilidad de construir un nuevo país, una nueva Bogotá, ese debe ser su papel en la contienda electoral y en el conjunto de la movilización. Y en ese sentido, entendiendo la unidad de fuerzas y el juntar rebeldías como un factor determinante para lograr la contundencia que demanda nuestro objetivo, explotando al máximo los rasgos progresistas evidenciados en la mentalidad de los jóvenes para elevar sus hasta ahora precarios niveles de organización social y política, es en el que se debe trabajar en el Encuentro de Unidad Juvenil que vienen convocando para el 2 de agosto del presente año en Bogotá varios procesos sociales y políticos. Solo la unidad nos hará lo suficientemente fuertes para vencer la guerra y construir por fin la paz que anhela y necesita nuestro pueblo.

Notas:

*http://estudioj14.co/descargas/09122014_Presentacion_Encuesta_Estudioj14.pdf. Consultado el 7 de Julio del 2015.
*Para obtener más información sobre el Encuentro de Unidad Juvenil escribir al correo: eencuentrodeunidadjuvenil@gmail.com.

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