miércoles, abril 24, 2024
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Los Grundisse: el método

En los Grundisse, se puede encontrar la mano de la gran lógica de Hegel, que es la obra más abstracta de la filosofía occidental.

Ilustracion Teoria

Rubiel Vargas Quintero

En los Grundisse, se puede encontrar la mano de la gran lógica de Hegel, que es la obra más abstracta de la filosofía occidental. Empieza a escribir el texto sobre la producción en general, con reflexiones donde dice Marx “que la producción, distribución, cambio y consumo forman así un silogismo con todas las reglas: la producción es el término universal; la distribución y el cambio son los términos particulares; y el consumo es el término singular con el cual el todo se completa”.

Esas identidades remiten a la proposición de Spinoza: toda determinación es negación. Una determinación hace que una cosa sea lo que es. Toda determinación es negación de todas las otras posibilidades. Marx de lo que va a hablar es de las determinaciones del capital.

El método de la economía política

La cuestión de la abstracción atraviesa toda la reflexión de Marx sobre el método, “parece justo comenzar por lo real y lo concreto, por el supuesto efectivo; así por ejemplo, en la economía, por la población que es la base y el sujeto del acto social de la producción en su conjunto”. El punto de partida es lo real y concreto, lo supuesto en toda investigación de ese concreto real es obtener una representación plena, caótica, confusa, que se sitúa en el mundo conceptuado. Para Marx lo conocido no puede confundirse con lo real.

La razón es capaz de analizar, de abstraer y de criticar el análisis y de superar la abstracción. Este es el aspecto positivo del pensamiento. Al negarlo por medio de la investigación, lo inmediato lo destruimos para alcanzar y descubrir la complejidad oculta y volver nuevamente a él.

Lo inmediato-mediado

Lo inmediato es todo conocimiento que no se obtiene por un proceso, por un procedimiento que pasa por etapas intermedias. Lo mediato es la percepción de la aproximación a una cosa, pero separado por una tercera, por ejemplo; el amo y el esclavo son mediatos, porque el trabajo está de por medio y esto hace que no sea una acción inmediata que resulta de una actividad práctica y de un trabajo del entendimiento que supera las sensaciones, en su lugar las racionaliza. Entre lo inmediato y lo mediato no existe una separación, operaciones distintas, se toma como un todo. Es decir: lo mediato, a su vez, se convierte en inmediato.

La mediación no queda destruida simplemente al ser negada. El nuevo inmediato se encuentra en un beneficio en el desarrollo, para llegar a un nivel superior y profundizado (Lógica formal, lógica dialéctica: Henri Lefebvre). El movimiento de la razón concreta es el movimiento del contenido, en su conjunto y en su unidad.

Y esta razón conquistada por el hombre se convierte en inmediato por el hombre cultivado. Produce lo universal y comprende en él lo particular, y lo singular. La dialéctica es el pensamiento crítico que se esfuerza para comprender la “cosa misma” ordenando sistemáticamente el camino para llegar a la realidad.

Primer momento teórico de Marx. El estudio de las determinaciones por análisis

Marx dice: “el capital, por ejemplo, no es nada sin el trabajo asalariado, sin valor, dinero, precio, etc. Si comenzara por la población, tendría una representación caótica del conjunto y, precisando cada vez más, llegaría analíticamente a conceptos cada vez más simples: de lo concreto representado llegaría a abstracciones cada vez más sutiles hasta alcanzar las determinaciones más simples.

Marx dice “Lo concreto es concreto porque es la síntesis de múltiples determinaciones, por lo tanto unidad de lo diverso”. Lo concreto aparece en el proceso del pensamiento como la síntesis, como resultado y no como punto de partida. Lo concreto no se encuentra en lo sensible, inmediato. Lo sensible es una primera abstracción.

La abstracción es una acción analítica, que va separando de la “representación plena” uno a uno sus multiplex contenidos, de ese momento de la realidad de la cosa misma, separa una parte del todo y la considera como todo. Y la abstracción produce una “determinación abstracta”.

La determinación es un momento inmediato real de la cosa, pero cuando se abstrae se convierte en un concepto que “reproduce” lo real de la cosa. En tanto ese inmediato se abstrae ese concepto se reproduce en lo real concreto. La abstracción no se separa de la determinación, sino de la representación ya conocida. Por ello lo inmediato es anterior a la abstracción y es el punto de partida de la representación abstracta. Como representación plena desaparece, porque es negada en sus partes por el momento analítico que la descompone.

Segundo momento. El ascenso de lo abstracto a lo concreto

Este surgir parte de lo abstracto y construye la totalidad de lo concreto. El método dialéctico no parte de la abstracción representada, sino de la abstracción determinada. Lo concreto es concreto porque es la síntesis de múltiples determinaciones, por lo tanto la unidad de lo diverso. Con esto cierra la parte de sus reflexiones en el capítulo de la producción en los Grundisse, “una producción determinada, por lo tanto, determina un consumo, una distribución, un intercambio, y las relaciones recíprocas determinadas de estos diferentes momentos”. Esto constituye la articulación de una totalidad, diferenciaciones dentro de una unidad.

Desde el punto de vista del trabajo, su actividad en el proceso de producción se presenta de esta manera: el trabajo aparta de sí mismo su realización en condiciones objetivas, como realidad ajena, y al mismo tiempo y por consiguiente, se pone a sí mismo como capacidad de trabajo privada de sustancia, provista meramente de necesidades y enfrentada a esa su realidad enajenada, que no le pertenece a ella sino a otro; el trabajo no pone a su propia realidad como ser para sí, sino como mero ser para otro, y por lo tanto también como ser-de-otro-modo o ser del otro, opuesto a él mismo (Grundisse p.414).

El trabajo se pone objetivamente, pero pone esta objetividad como su propio no-ser o como el ser de su no-ser: del capital. Es decir, el ser en economía clásica significa que el capital es fundamento, el fundamento es el valor y el despliegue del valor es el plusvalor.

Para la dialéctica de Marx, comienza con el no-ser, el trabajo vivo, como actividad generadora que se da antes de la existencia del capital. El dinero se transforma en capital, cuando el trabajo vivo se pone a producir plusvalor.

La dialéctica de la totalidad obedece a un doble movimiento de la teoría de la realidad y de su conocimiento de ella. Por una parte maneja las determinaciones pensadas, y las relaciona mutuamente entre sí. Produciendo la unidad entre determinaciones. En un segundo movimiento, se constituye sintéticamente una nueva totalidad que adquiere autonomía. Es la articulación de múltiples determinaciones. Llegando a un nuevo estadio de lo concreto, que antes aparecían como opuestos (producción y consumo), ahora conforman una teoría como totalidad concreta.

La totalidad concreta es lo complejo. Lo simple es la determinación pensada, como el trabajo, la división del trabajo, la necesidad, el valor de cambio. Con todas ellas se asciende a la totalidad tales como “el Estado, el intercambio entre naciones, y el mercado mundial” y llegado a este punto dice Marx, habría que reemprender el viaje de retorno, hasta dar de nuevo con la población, pero esta vez no tendrá una representación caótica de un conjunto, sino una rica totalidad con múltiples determinaciones y relaciones.

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