martes, abril 23, 2024
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Los actores en conflicto

Estos artistas, trabajadores y creadores buscan el reconocimiento de su profesión y la dignificación de sus relaciones laborales. Cuestionan los contenidos de la televisión y piden participación donde se diseñan las políticas

Juan Carlos Hurtado F.
@aurelianolatino

Con la representación teatral “Mentiras conocidas y verdades por conocer”, en audiencia en el Congreso de la República, actores de teatro y televisión le explicaron al país y a representantes del Estado la situación que padecen. La obra consistió en desvelar la realidad de su cotidianidad laboral y evidenciar que sus vidas distan mucho de lo que vende la prensa de farándula.

Entre los numerosos problemas que los afectan está la transformación que en las últimas dos décadas ha sufrido la televisión colombiana, porque les reduce pagos, estabilidad y fuentes de trabajo; pues solo hay dos canales como los principales espacios para laborar. En segundo lugar, están las productoras que generalmente realizan para RCN y Caracol, lo que los convierte en los únicos empleadores de esa industria.

Otra de las dificultades que recalcan es que su labor, al ser considerada como oficio, abre la posibilidad a que “cualquiera de un momento a otro funja como actor”, ampliando así la oferta.

En su intervención, Julio Correal, secretario de asuntos laborales de la Asociación Colombiana de Actores (ACA), organización con 927 actores de teatro y televisión afiliados, cuestionó temas que atañen a las empresas, la labor del Estado y la de los actores. Reclamó por la falta de producción desde el Estado: “No se entiende cómo es que al ser los dramatizados una gran oportunidad de educar, los hayan dejado en manos de los particulares”.

La competencia de las productoras para vender a los canales privados se hace con la reducción de costos que afecta la calidad, la labor del artista y el pago: “Eso implica incluir en los espacios triple A formatos como los realities que no generan identidad, sino por el contrario muestran lo peor de los seres humanos”, dijo en la audiencia Ernesto Benjumea, vicepresidente de ACA.

La situación fue ejemplificada con la exposición de la actriz Consuelo Luzardo, quien hizo un rápido paneo por la historia de la producción de dramatizados en el país, mostró las diferencias en el desempeño de su trabajo y cuestionó en lo que se han convertido las actuales producciones. Comentó que por la baja calidad de los contenidos casi no ve televisión colombiana.

Libre comercio

Otra de las causas de la problemática son las nuevas relaciones comerciales en el marco de la apertura económica, pues convierten a las productoras en intermediarias de productoras internacionales que llegan a trabajar en Colombia aprovechando las capacidades técnicas, la alta calidad de los actores, los paisajes, pero sobre todo los bajos costos laborales y las exenciones de impuestos gracias a la Ley de Cine.

“Vienen porque aquí no hay reglas y aquí se trabaja barato. Nos estamos convirtiendo en una horrible maquila que provee el talento más barato y mejor capacitado del continente. Alguien que estuvo trabajando en la serie de los mineros me contó que Antonio Banderas estaba aterrado de ver cómo ellos -los protagonistas- comían como estrellas en lugares maravillosos, mientras los otros, los actores de soporte, los colombianos comían como mineros”, comentó Julio Correal.

Según ACA, en 1980 la ONU clasificó a los actores con condiciones especiales por la intermitencia laboral y la variabilidad del ingreso, por lo que no pueden ser tratados como empresarios a quienes les imponen altos gravámenes.

“La situación es tan ridícula que cuando alguien consigue un buen contrato debe estar a toda hora pensando ‘mierda, ¿ahora de dónde me levanto el billete pa pagar la EPS?’, porque el modelo es tan perverso que no se paga sobre lo que recibiste sino lo que recibirás. Y con la retención en la fuente es peor porque están reteniendo el 11, 14, 18 y hasta el 28 por ciento”, expuso el secretario de asuntos laborales de ACA.

El fenómeno de trabajadores y actores de otros países ha agudizado la situación: “Hasta los mismos colegas extranjeros que están desde antes, hoy son desplazados por otros extranjeros”. Pero el hecho que agudizó la crisis es la presencia de novelas foráneas en el horario prime time. “Aunque esto tiene algo positivo porque la Avenida Brasil fue la autopista que pavimentaron para que nosotros pudiéramos echar a andar el carro del sindicato”, anotó con ironía Julio Correal.

Los actores y las actrices de ACA saben de la autonomía de los canales para producir y emitir, pero manifestaron su temor por la posibilidad de que después de esa producción lleguen al país más telenovelas.

Intermediarios

Si la situación es grave para los trabajadores que tienen un contrato mensual, la de quienes trabajan por capítulo es peor. A estos les pagan a destajo y cuando por alguna circunstancia no se puede grabar, el artista pierde el tiempo y no recibe remuneración.

Los intermediarios como los agentes y mánager desempeñan un papel que el sindicato cuestiona: Los primeros proveen personal pero se aprovechan de los nuevos actores a quienes llaman cuando un canal requiere un personaje para quien tiene destinado un millón de pesos, lo contratan y le pagan 200 o 300 mil, quedándose con el resto. “Vamos a pasar una lista de quiénes son porque en este caso no hay qué negociar, a esta peste hay que erradicarla de esta industria”.

Según ellos la figura del mánager ha adquirido una importancia mayor a la que debe tener, pues se dan casos en los que algunos le tienen cláusula de permanencia a los actores, aparte de que les cobran el 20 por ciento de lo ganado. Pidieron regulación sobre el tema.

Lo que viene

Entre los retos de ACA está sacar adelante una ley del actor y entablar conversaciones con las empresas audiovisuales para mejorar las relaciones laborales. Al ser conscientes de que con su trabajo llegan a gran parte de la población, invitaron a hacer -junto con el Estado- una revisión profunda de los contenidos por ser la televisión generadora de cultura e identidad. Asimismo, a tener participación en los espacios donde se diseñan las políticas.

Exigieron la apertura de más espacios de trabajo en el espectro electromagnético, ver la posibilidad de un tercer canal y dramatizados en los canales públicos pero con productoras colombianas.

ACA ya ha sido presentada ante las empresas y las instituciones del Estado y los empresarios son conscientes de lo que hay por arreglar, lo que augura entendimiento entre las partes. Luis Eduardo Garzón, ministro de Trabajo, adquirió el compromiso de mejorar la situación con el aumento del trabajo decente, por lo que expresó la necesidad de sensibilizar dentro del gobierno y sentarse a hablar directamente con los canales de televisión.

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