viernes, marzo 29, 2024
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Los abusos de Mercedes

Una finca de producción de flores en Facatativá, Cundinamarca, ha dicho que prefiere cerrar antes que negociar un pliego de peticiones. Persecución sindical a la orden del día

Algunos sindicalizados fueron aislados para evitar que conversen con sus compañeros.
Algunos sindicalizados fueron aislados para evitar que conversen con sus compañeros.

Juan Carlos Hurtado Fonseca
@aurelianolatino

“Llevo más de 20 años trabajando en esta empresa, entregué mi juventud, mis mejores años, mi salud, mis sueños y deseos quedaron en eso, sueños y deseos; no pude estudiar, con mi trabajo a lo largo de estos años me hice a mi casita, tuve mis hijos. Hoy que estoy enferma de mis manos y de mi hombro, la empresa sin dársele nada me dice que no sirvo, que estoy muy lenta y está buscando una excusa para sacarme”, dice una de las trabajadoras de la empresa de flores Mercedes S.A., quien ante los atropellos decidió organizarse en el sindicato.

Pero no fue solo ella, desde hace más de un año un pequeño grupo de trabajadoras de esta empresa, ubicada en la vereda La Selva del municipio de Facatativá, en Cundinamarca, decidió buscar a la Organización Nacional de los Obreros Trabajadores de la Floricultura Colombiana, ONOF, para afiliarse.

Uno de los atropellos se da porque en la mayoría de estas empresas de flores existen pactos colectivos, que según la ONOF, son para mantener amarrados a los trabajadores y que no se organizasen. También dicen que de manera repentina aparecen pactos colectivos en los que los trabajadores no participan, no los conocen, no saben quiénes son sus representantes y que por miedo a que los echen prefieren firmarlos.

De esta manera sucedió con los trabajadores de las empresas Mercedes y Rosas Colombianas, donde en hojas en blanco recogieron las firmas de los trabajadores y cuando algunos preguntaron para qué eran, los supervisores contestaron que para el pacto. Luego, en el mes de septiembre de 2015, la empresa Mercedes depositó un nuevo pacto colectivo en el Ministerio del Trabajo, pero no entregó copia del mismo a sus trabajadores, quienes en la actualidad siguen metidos en sus labores cotidianas, cortando y desyerbando, sin conocer lo que firmaron.

En palabras de ONOF, varios de los puntos del pacto son derechos que otorga la ley, como: la empresa seguirá suministrando de acuerdo a la ley un overol y un par de zapatos, la empresa implementará el programa de salud ocupacional, el salario mínimo que regirá en la empresa será el estipulado por el Gobierno nacional, la empresa incrementará el salario según el Índice de Precios al Consumidor, IPC, la empresa pagará quincenalmente, entre otros.

Sobrecarga laboral

La sobrecarga laboral se evidencia en que anteriormente el número de camas de clavel estándar y miniatura en pico, para una trabajadora era de 12 o 15; ahora les entregan en promedio 25 y se ahorran un trabajador en la poscosecha gracias a trabajadoras en el cultivo, quienes tienen que cortar, clasificar, armar los ramos y empacar. Esta cantidad de trabajo no les permite alcanzar a entregar las demás labores, lo que ha hecho que muchas reciban llamados de atención.

Desde el momento en que la empresa se enteró que los trabajadores estaban afiliándose a ONOF, han decidido perseguirlos, situaciones que han sido denunciadas ante la Inspección de Trabajo de Facatativá.

Según el sindicato, los mandos medios no han desaprovechado oportunidad para cuestionar a los trabajadores frente a la decisión tomada. En mayo pasado, los mandos altos y medios buscaron a los principales miembros del sindicato para presionarlos con preguntas y cuestionamientos sobre los temas del pliego de peticiones.

Algunos sindicalizados fueron trasladados de sus puestos de trabajo para aislarlos de sus compañeros y los mantienen con permanente vigilancia por parte de las supervisoras para impedir que puedan hablar con sus compañeros. Les dicen que todo es consecuencia de estar en tanta reunión con el sindicato.

Otra de las actitudes de la empresa es decirles que lo que han hecho es gravísimo, que si no tienen cargo de conciencia por el daño que le están haciendo a la empresa y al dueño, que si ahora se la van a pasar de permiso en permiso, que el dueño prefiere cerrar la empresa antes que aceptar un pliego de peticiones. También atacan a las trabajadoras diciéndoles que por estar en el sindicato y en las reuniones van descuidar el hogar, sus hijos y que muy seguramente perderán a sus maridos.

El gerente de la empresa ha estado reuniendo a los trabajadores por grupos en las diferentes áreas, para decirles que si se quieren meter al sindicato lo pueden hacer pero que él no piensa negociar ningún pliego porque no tiene plata.

Y aunque la persecución no surtió efecto, el gerente ha cumplido, pues en abril pasado se presentó el petitorio y en mayo se cerró la etapa de arreglo directo sin acuerdos, por lo que en junio los trabajadores decidieron ir a un tribunal de arbitramento para solucionar el conflicto, en espera de adquirir condiciones dignas de trabajo.

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