viernes, abril 19, 2024
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Lo que en verdad desean hombres y mujeres de las FARC

“Las y los guerrilleros de las FARC solo desean vivir en un país en paz”

Por: Renata Cabrales

“Soy guerrillera del bloque Comandante Jorge Briceño. Llego a las FARC por cuestión del paramilitarismo, mi familia es víctima del bloque Calima, bloque occidental, Valle del Cauca. Se nos llevaron a un tío, lo mataron a garrote, se lo comieron los perros y mi familia comenzó a ser perseguida. Entonces, llegamos al Caguán …A la edad de 14 años comienzo a hacer parte de la JUCO, luego incursiono en el Partido Comunista, y finalmente, termino siendo guerrillera de las FARC, de lo cual, hoy en día, me siento muy orgullosa…Llevo 10 años en la organización”.

Estas son las palabras de Paula, una guerrillera como muchas, que ingresó a las FARC por la necesidad de luchar por un país más justo, por un país con equidad, un país que no declare “enemigo interno” a las y los militantes comunistas, y por fin dejen de ser perseguidos y torturados, como su tío.

La vigilia transcurrió con alegría y fraternidad, entre guerrilleros e invitados.
La vigilia transcurrió con alegría y fraternidad, entre guerrilleros e invitados.

Como Paula, encontramos a Pilar, a Anderson, a Tatiana, quienes ahora, en lugar de un arma, llevan en sus manos una cámara para mostrar su verdad y no la que tergiversan los medios hegemónicos; o un montón de esperanzas, como Tatiana, que sueña con continuar sus estudios de enfermería apenas se implementen los acuerdos y pueda reintegrarse a la vida civil.

El lugar de la Vigilia por la paz

Llegamos a las Llanuras del Yarí con muchas expectativas. En algún momento se nos ocurrió que nos encontraríamos con insurgentes desesperados, derrotados, desesperanzados por culpa de una ultraderecha guerrerista que no tiene la paz dentro de su agenda, porque la población más vulnerable y vulnerada no está en su lista de prioridades, como sí lo está el hecho de robarles la tierra, o en el peor de los casos, devolvérsela, y esa es la parte de los acuerdos de paz, a la cual no pretenden someterse.

Pero no están derrotados ni desesperanzados, todo lo contrario. Están llenos de esperanzas y lo más importante, confían en ese pueblo que ha salido a las calles, en los últimos días, después del resultado del plebiscito, a defender la paz que le han secuestrado, a defender la paz, que no es solo del gobierno de Santos y de un grupo insurgente, a defender la paz que es de todas y todos los colombianos. La paz que no es la paz de las iglesias sectarias al servicio de la ultraderecha. La paz que llegaron a defender otras iglesias, un movimiento holístico de iglesias que sí ha sabido interpretar el ideal cristiano y por eso promovió las Vigilias por la paz en varias zonas del país donde están concentrados los insurgentes de las FARC, a la espera de la implementación de los acuerdos de paz.

A la Llanura del Yarí llegamos después de viajar durante un día entero por carretera y otras tantas horas en una incómoda chiva, tragándonos despacio, el reguero de polvo de las inconformidades que han dejado atrás, por décadas, los insurgentes, en cada rincón de esa distante zona de la geografía; lejana y casi desconocida para quienes ignoran o les es indiferente la verdadera realidad del país.

Un gran recibimiento

No es fácil llegar, como seguro no ha sido fácil sobrevivir debido a las altas temperaturas, a las largas distancias entre vereda y vereda y a la precariedad en cuanto a las formas de comunicación. Sin embargo, nos recibieron con una sonrisa en el rostro, a muchas personas de diferentes organizaciones, dispuestas a defender los acuerdos y a manifestarles que no están solos(as), que la paz es del pueblo y que no permitiremos que nos la vuelvan a arrebatar.

mensajes marianos durante la vigilia.
mensajes marianos durante la vigilia.

Y nunca los vimos descansar, como hormigas, trabajaron todo el tiempo en la organización de la vigilia, hombres y mujeres en la cocina, atentos de que no nos faltase agua ni comida, hombres y mujeres con las cámaras, en igualdad de condiciones, registrando la verdad de quienes sí deseamos la paz, de quienes vamos hasta las regiones porque son verdaderos escenarios de guerra y muerte, con el fin de recordarle al resto del país quienes son los que más anhelan la paz, quienes son los que han puesto los muertos durante casi seis décadas de guerra.

“La paz que no es la paz de las iglesias sectarias al servicio de la ultraderecha”

“Solo deseamos la paz”

Todo el evento giró en torno a los anhelos de paz. Se recitaron poemas de paz y esperanza, porque el arte tiene un compromiso con la paz y la memoria, como nos contó el maestro Lisandro Duque, quien estuvo presente en tan importante evento: “El artista es alguien cuya autenticidad depende de que acepte como una sentencia, este verso de Luis Vidales que lo obliga moralmente a contribuir en la construcción de la paz: “El amigo es como la sangre que acude a la herida sin que la llamen”…la herida es la paz y la paz está en peligro, se nos ha negado durante muchos años y hay que generar un anticuerpo social y cultural que nos permita vivir en paz, y el artista, cualquier artista de cualquier disciplina, tiene una tarea muy importante que cumplir en la búsqueda de ese logro”.

Se recogieron mensajes de hombres y mujeres de las FARC que, con mucha ilusión, escribieron sobre una gran tela blanca, dirigidos a sus compatriotas. “Solo deseamos la paz” era el común denominador de todos los mensajes. Las y los guerrilleros de las FARC, solo desean y así ha sido desde hace más de cincuenta años, vivir en un país en paz, con justicia social, donde los campesinos tengan derecho a trabajar el campo sin miedo a ser despojados y desplazados, donde las mujeres tengan derecho a la titularidad de la tierra,  acceso a una educación gratis y  vivir en un país donde nadie sea discriminado por condición de raza, sexo o género.

Hicimos mándalas y círculos de amor y paz: diagrama simbólico que en el budismo representa la evolución del universo respecto a un punto central, y ese punto central para las y los colombianos es la paz, la paz que necesitamos para evolucionar como verdaderos seres humanos. Y las iglesias que lideraron la vigilia, como la presbiteriana, encabezada por el reverendo Sanmiguel, oraron, encendieron velas y promovieron el amor y el respeto por el otro, dando un gran  ejemplo a las iglesias enemigas de la paz,  funcionales para seres fanáticos y oscurantistas como Alejandro Ordóñez, de seguir la verdadera ideología de Jesucristo: el amor por nuestro prójimo.

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