jueves, abril 25, 2024
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La voz de las víctimas: “Sé que va a haber justicia”

VOZ entrevistó al señor Alfonso Mora, padre de una de las víctimas de la masacre de Mondoñedo, cometida por miembros de la Dijin de la Policía Nacional en 1996

Kikyō

Muchas son las víctimas de crímenes de estado que hay en Colombia, parte de ellas son familiares de quienes sufrieron la violencia estatal. Como los muertos no hablan, VOZ quiso escuchar el testimonio del señor Alfonso Mora, padre de Jenner Alfonso Mora Moncaleano, quien fue secuestrado, torturado y asesinado por miembros del Grupo Contra Ilegales Armados de la Dijin (Policía judicial) en 1996.

Hay que recordar a los lectores que el juicio contra el mayor de la Policía Héctor Édisson Castro Corredor por la masacre de Mondoñedo se encuentra en la fase final programada para el 23 de abril.

Alfonso Mora, padre de Jenner Alfonso Mora Moncaleano. Foto Kikyo.
Alfonso Mora, padre de Jenner Alfonso Mora Moncaleano. Foto Kikyo.

– ¿Quién era su hijo?

– Jenner Alfonso era el menor de mis hijos, tenía 26 años cuando eso ocurrió. Estudiaba una licenciatura en física en la Universidad Distrital, y ya se había matriculado en la Universidad Nacional para hacer una ingeniería. El año en que él es asesinado, terminaba la licenciatura.

– Han pasado 17 años. ¿Usted qué piensa cuando recuerda a su hijo?

– Como todo padre de familia, uno quiere que los hijos lo entierren, y resulta que en el caso mío no se dio. Lo crié en mi familia creyendo que en mis años de vejez iba a tener un apoyo, aun cuando fuera presencial. Hoy no lo tengo.

– ¿Cómo fueron esos primeros años luego de la muerte de su hijo?

– Pues fueron catastróficos, porque ese muchacho para mí era una promesa. Era un buen estudiante, era un buen ciudadano, era mi todo. Mi esperanza, mi orgullo, yo sentía orgullo por él como ciudadano y como estudiante. Acabaron con mis esperanzas, porque delincuentes sin ningún escrúpulo terminaron con su vida. Uno se siente muy mal, derrotado.

– Es difícil superar la muerte de un hijo, casi imposible y más en esas circunstancias. ¿Cómo ha hecho para sobrellevar esa pérdida?

– El hecho no lo he superado. Desde luego que entiendo que hay que buscar fortalezas, y las he encontrado en otras víctimas que han sufrido como yo esta tragedia, y al ver su ejemplo me han dado fuerzas para superar la tremenda tristeza y todo lo que ocurre después de la muerte de un ser querido.

Sueño muchas veces con él. No tengo un nieto, no tengo nada que él me hubiera dejado, y eso al mismo tiempo que me da alegría, me da tristeza. Alegría porque otras criaturas no quedaron sufriendo por esta tragedia, pero también tristeza al no tener algo tangible que lo represente.

Mi esposa sufre en silencio la desaparición de su hijo. Pero más hemos sufrido al ver que crímenes de esa naturaleza, donde hay secuestro, donde hay torturas físicas y morales, no hayan sido calificados como crímenes de lesa humanidad.

– ¿Cree que no ha habido igualdad en el caso de las víctimas de esta masacre en comparación con otros casos?

– Hemos venido luchando para que se haga una recalificación de esas conductas, porque efectivamente, si el asesinato del doctor Galán, que fue un homicidio allá en Soacha, es grave, no tiene las connotaciones de gravedad de una desaparición forzada y de las torturas que sufrieron las víctimas de la masacre de Mondoñedo. El crimen de Galán fue calificado por la Fiscalía como crimen de lesa humanidad. Entonces no se entiende por qué este crimen no ha recibido igual calificación. En dónde está la vigencia del artículo 13 constitucional que establece la igualdad ante la ley.

Personalmente me satisfago de que la muerte del doctor Galán haya sido calificada como de lesa humanidad porque fue un gran hombre, por el cual yo voté. Pero eso no quiere decir que esté por encima de otras personas, que también son dignas de recibir igual trato.

– ¿Qué espera del próximo juicio que se realizará en abril contra el mayor Castro Corredor?

– No tengo elementos para desconfiar de la jueza que lleva el caso, por lo tanto aspiro a que haya imparcialidad, que haya decisiones justas, no espero que se condene a inocentes, pero que tampoco se absuelva a los culpables. Espero que haya una justicia real, recta, sin tapujos de ninguna clase y que todos los culpables, si los hay, paguen sus penas. Y que las víctimas creamos que realmente se hizo justicia.

– ¿Cree en Dios?

– Desde luego que yo creo en Dios. Y sé que gracias a la existencia de un Dios en el que yo creo, las cosas se han venido dando, poco a poco, y ahora después de 16 largos años, va a haber justicia. Sé que va a haber justicia. Creo que el cartel de los testigos, que ahora funciona para conseguir que aquellos que han declarado en contra de los criminales se retracten, no va a funcionar.

Precisamente hace poco una denuncia penal que formulé por los presuntos delitos de prevaricato contra un fiscal de primera instancia y una fiscal de segunda instancia está prosperando. Esos delitos también se van a investigar y también recibirán el digno castigo, porque no es posible que se dicten providencias contrarias a la ley, como lo fue una resolución inhibitoria que dictó un fiscal, por la cual hoy se encuentran libres y andando por las calles del país criminales como el capitán Carlos Alberto Niño Flórez y otros compinches, a favor de quienes se dictó esa resolución.

Afortunadamente la Corte Suprema de Justicia, en su labor de justicia revocó y ordenó reabrir la investigación. Si esa investigación de hace respetando el debido proceso, recibirán el merecido castigo. Y todo eso sé que ha sido ayuda de Dios.

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