jueves, marzo 28, 2024
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La tumba de Antígona. La paz debe ser diversa

Reconocer la diversidad cultural implica ajustar la normatividad para que la visibilización de los grupos étnicos y sus reivindicaciones sea una realidad.

Afro_Colombianos_by_Maria_Claudia

Renata Cabrales

A comienzos del siglo XX, las mujeres latinoamericanas de clase media luchaban por los derechos laborales, mientras las mujeres afrodescendientes cargaban siglos de esclavitud y explotación, víctimas de trabajos inhumanos.

En 1851, Sojourner Truth estadounidense, abolicionista y precursora del movimiento contra la desigualdad, asistió a una conferencia de mujeres en Ohio, para enunciar su discurso: “¿Acaso no soy una mujer?”, donde cuestiona la homogeneidad de la identidad de género, cree inseparables las categorías de género-etnia en el caso de mujeres afrodescendientes, y exige el reconocimiento de la diversidad de las experiencias de las mujeres: “Pero a mí nadie nunca me ha ayudado a subir a las carretas o a saltar charcos de lodo o me ha dado el mejor puesto! y ¿Acaso no soy una mujer? ¡Mírenme! ¡Miren mis brazos! ¡He arado y sembrado, y trabajado en los establos y ningún hombre lo hizo nunca mejor que yo! Y ¿Acaso no soy una mujer?”.

El feminismo afro busca evidenciar las relaciones existentes entre raza y las categorías de sexo y género y cómo el patriarcado actúa de forma diferenciada en las mujeres cuando están presentes dichas categorías.

Las condiciones de las mujeres afrodescendientes no han cambiado mucho, pues hay un gran porcentaje de esta población hoy en día en Bogotá, debido al fenómeno del desplazamiento; según el DANE, hay cerca de 100 mil afrodescendientes en la capital que hacen parte de las diferentes prácticas sociales y culturales. Mujeres y hombres que realizan actividades en diferentes espacios, contribuyendo a un nuevo orden social, enriqueciendo la diversidad cultural: desde vendedores de frutas hasta cantaoras y bailarines(as). Personas que obligadas a abandonar sus tierras, debido a la violencia, buscan sobrevivir a través de diferentes ocupaciones; las mujeres, en su mayoría, como empleadas del servicio doméstico. El aumento de esta población en Bogotá, ha hecho evidentes manifestaciones de racismo.

Hay una percepción diferente de las mujeres negras en varios aspectos debido a estereotipos relacionados con su supuesta hipersexualidad, que las hace más vulnerables y victimas del acoso sexual en las esferas laboral y pública.

También los hombres afro son victimizados. Es conocido el caso de Carlos Angulo, quien se indigna con dos policías que le piden papeles y “una requisa, negro”, cuando se dirigía a su trabajo. Esto lo hizo reaccionar y con argumentos evidenció las injusticias que padecen a diario los afrodescendientes, debido al racismo exacerbado en la ciudad.

Reconocer la diversidad cultural implica ajustar la normatividad para que la visibilización de los grupos étnicos y sus reivindicaciones sea una realidad, pues la paz debe ser diversa.

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