jueves, marzo 28, 2024
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La subjetividad en el ¿Qué hacer? (I)

Rubiel Vargas

A menudo se señala que el título ¿Qué Hacer? de Lenin remite a la novela de Nikolái Chernishevski, que se publicó en 1863. Lenin estaba preocupado por la pregunta de cómo se puede producir una revolución de una manera en la que Marx no lo estuvo.

V.I. Lenin, ¿Qué Hacer? Edición: El Cierzo Rojo y Templando el Acero
V.I. Lenin, ¿Qué Hacer? Edición: El Cierzo Rojo y Templando el Acero

Este libro de Lenin, el ¿Qué Hacer? es la esencia del concepto de un nuevo tipo de partido, de organización partidaria y de su necesidad histórica. Fue escrito a finales de 1901 y comienzos de 1902, en la etapa de formación del partido marxista en Rusia. Para la abreviatura en adelante QH.

El libro aparece en un periodo de amplias luchas de masas, muchas de ellas producidas en forma espontánea. Eran grandes huelgas económicas con algunos rasgos políticos. El descontento contra el gobierno zarista había ganado a muchos grupos de la pequeña y mediana burguesía, y a intelectuales que simpatizaban con el marxismo.

¿Cuál era el concepto de partido? Desde las visiones críticas a Lenin. Concebía un partido formado principalmente por “intelectuales”, sobre la base de la teoría de que los trabajadores no pueden desarrollar por sí mismos una conciencia socialista. La idea socialista es siempre e inevitablemente por la burguesía intelectual.

Sostenía que el partido era simplemente un grupo de “revolucionarios profesionales” y no el partido del conjunto de la clase obrera. Repudió todo elemento de espontaneidad o movimiento espontáneo, y sólo respaldó una revolución dirigida. Planteó que el partido no debía estar organizado de manera democrática, sino burocráticamente o como jerarquía semimilitar.

Estos planteamientos se oponen a la concepción de Lenin que en muchas ocasiones explicó él mismo en el QH. Lenin protesta en más de una ocasión por las distorsiones mal interpretadas por sus adversarios. A continuación se tomarán algunos aspectos centrales del debate que se encuentran a lo largo de los cinco capítulos.

Conciencia socialista e intelectual

La concepción de que los trabajadores no pueden llegar a las ideas socialistas por sí mismos. Y que solo los intelectuales burgueses son los portadores de dicha ideología. Esto fue elaborado por Karl Kautsky en un órgano teórico marxista del movimiento internacional Neue Zeit. Que se incorpora en el QH. Que Lenin miraba para entonces como el maestro, el padre político de la teoría socialista.

“La conciencia socialista moderna sólo puede surgir de los profundos conocimientos científicos. Pues el portador de la ciencia no es el proletariado, sino la intelectualidad burguesa. De modo que la conciencia socialista es algo introducido desde fuera en la lucha de clases del proletariado y no algo que ha surgido espontáneamente dentro de ella”.

Esto es retomado por la nueva ala reformista, revisionismo bernsteiniano, planteaba que lo único que se necesitaba era un movimiento obrero en marcha, no teoría; que la espontánea actividad de clases, los movimientos sindicales eran suficientes. “El movimiento es todo, el objetivo es nada”, era el lema de Bernstein. Buscaban de esta manera separarse de las consideraciones teóricas para concentrarse exclusivamente en las actividades cotidianas. La reforma era lo importante, lo estratégico para después. “La socialdemocracia debe dejar de ser el partido de la revolución social para transformarse en un partido democrático de reformas sociales”.

Lenin replantea lo dicho por Kautsky y Bernstein. “Esto no quiere decir que los obreros no participen en esa elaboración”, participan no como trabajadores, sino como teóricos del socialismo en la medida en que logren dominar la ciencia de su siglo y logren hacerla avanzar. La fuerza que la nueva tendencia “crítica” surgida en el socialismo no es sino una nueva variedad de oportunismo. La libertad de hacer de la socialdemocracia un partido de reformas.

La importancia de la lucha teórica

Han pasado más de cien años desde que fue escrito el QH, su primera formulación importante de una teoría y práctica de la organización revolucionaria. Sin teoría revolucionaria tampoco puede haber movimiento revolucionario. Lenin nos recuerda que la importancia de la teoría es mayor aun, debido a tres circunstancias:

I) Considerar inoportunas o superfluas las discusiones fraccionales y la delimitación rigurosa de los matices. De la consolidación de tal o cual “matiz” puede depender el porvenir de la socialdemocracia rusa durante muchísimos años.

II) El movimiento socialdemócrata es internacional por naturaleza. Tener en cuenta la experiencia de otros países, sabiendo enfocar de manera crítica la experiencia y comprobarla uno mismo. Sobre la base de la experiencia, ahora contamos con una mejor comprensión de qué no se debe hacer.

III) Solo un partido dirigido por una teoría de vanguardia puede cumplir la misión de combatiente de vanguardia. De haber carecido los obreros de sentido teórico, este socialismo científico nunca hubiera sido, la indiferencia por toda teoría no permite el avance del movimiento obrero.

En La guerra campesina de Alemania, en 1874, Engels reconoce tres formas de lucha: la política, la económica y la lucha ideológica. Fidel Castro, en julio de 1999 en Brasil recuerda que la tarea número uno de los revolucionarios es sembrar ideas, sembrar conciencia. El papel de todo revolucionario es transformar la conciencia “en sí” en conciencia “para sí”.

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