viernes, marzo 29, 2024
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La Primera Guerra Mundial: Causas y consecuencias

“La guerra de 1914-1918 ha sido, de ambos lados beligerantes, una guerra imperialista (esto es, una guerra de conquista, de bandidaje y de robo), una guerra por el reparto del mundo, por la partición y el nuevo reparto de las colonias, de las ‘esferas de influencia’ del capital financiero, etc.”.

José Ramón Llanos

Dado el gran despliegue informativo sobre la Primera Guerra Mundial dedicado por la prensa nacional e internacional, hemos considerado más importante referirnos principalmente a las causas y las consecuencias de ese acontecimiento.

Algunos intelectuales europeos afirman, igual que el historiador Eric Hobsbawm, que el siglo XX se había iniciado en 1914, o sea a partir de la llamada Gran Guerra o Primera Guerra Mundial. Tal vez porque efectivamente fue a partir de ese evento militar que se produjeron drásticos cambios en relación con la vida social, en el mapa político de Europa, en la técnica y la ciencia. También, por supuesto, en la economía, en el comercio internacional y en el mundo colonial. Además, el fascismo y el nazismo fueron las bárbaras y nefastas secuelas de esa contienda.

Como todo proceso histórico, la guerra no solo tuvo secuelas negativas, también produjo efectos positivos. Uno de ellos, la primera revolución socialista de la historia. Lenin, consecuente con el rol que debían desarrollar los partidos socialistas en caso de guerras, esto es: oponerse a ellas y, de no poder impedirlas, tratar de transformarlas en contiendas clasistas contra la burguesía y la nobleza en el poder, conduciendo a los bolcheviques, estimuló la acción de los trabajadores, quienes paralizaron las empresas y se tomaron plazas y calles de Rusia.

También se sumaron los soldados cansados de la guerra y obligaron a los oficiales a exigirle al Zar su dimisión, a la cual accedió. En esa forma, por primera vez en el siglo XX, la acción de los obreros conducidos por los bolcheviques lograba su primera victoria y el paso que conduciría finalmente a lo que John Reed denominó Los diez días que estremecieron el mundo: la toma del poder por parte de asalariados urbanos y campesinos.

Las remotas causas de la guerra

Si analizamos con una visión amplia, desde el punto de vista cronológico, caeremos en la cuenta que la forma como se desarrolló la llamada revolución industrial influyó en la conformación de los acontecimientos que crearon las condiciones que necesariamente producirían una gran contienda entre los bloques imperialistas existentes al inicio del siglo XX en Europa.

Dos fueron las causas del desigual reparto del mundo entre los colonialistas: el inicio de la revolución industrial en Gran Bretaña y subsiguientemente en Francia, y el acceso tardío a las innovaciones técnicas y científicas de Alemania. También tuvo incidencia la tardía formación del estado unitario germano, el cual apenas se consolidó en los años 70 del siglo XIX. Cuando el estado teutón daba a conocer sus primeros aportes al desarrollo de la química, la metalurgia y la física, Gran Bretaña, Francia y otros países del Viejo Continente ya iniciaban el acelerado asalto a los recursos y territorios de África y Asia.

Según Ian Westwell -Primera Guerra Mundial, día a día-, en 1914 un 85% del territorio del mundo estaba bajo el dominio de las potencias europeas. La mayor parte de estos territorios eran colonias de Gran Bretaña y Francia. Mientras estos dos países tenían 84 colonias, Alemania solo tenía a Togo, Camerún, dos pequeñas colonias al suroriente y occidente de África y algunas islas de Asia.

Porcentaje de territorio perteneciente a las potencias coloniales europeas y a los Estados Unidos

1876

1900

Aumento

En África

Polinesia

Asia

Australia

América

10,8%

56,8%

51,5%

100%

27,5%

90,4%

98,9%

56,6%

100%

27,2%

+79.6%

+42.1%

+5,1%

0%

-0,3%

La naturaleza de la guerra

Vale la pena aclarar que la muerte del archiduque Francisco Fernando el 28 de junio de 1914 a manos de un nacionalista bosnio, Gavrilo Princip, no fue la causa de la Primera Guerra Mundial, sino apenas un pretexto. La verdadera causa fueron las contradicciones económicas interimperialistas que, según los intereses de cada potencia europea, solo se podían resolver con un nuevo reparto del mundo. Lógicamente, si ya el mundo en 1914 estaba repartido, las aspiraciones de Alemania, del Imperio Austro-Húngaro y aun de Serbia de ampliar sus territorios en detrimento de otras potencias, necesariamente implicaban una guerra entre los imperios para lograr sus propósitos expansionistas. Acertadamente Lenin caracterizó la guerra:

“En esta obra, El imperialismo fase superior del capitalismo, hemos probado que la guerra de 1914-1918 ha sido, de ambos lados beligerantes, una guerra imperialista (esto es, una guerra de conquista, de bandidaje y de robo), una guerra por el reparto del mundo, por la partición y el nuevo reparto de las colonias, de las ‘esferas de influencia’ del capital financiero, etc.”.

No olvidemos que terminada la Guerra Franco-Prusiana, ya Alemania había preparado el Plan Schliefen, para atacar a Francia o en caso de que este país lo atacara, plan que fue modificado antes del conflicto y tomó el nombre de Schliefen-Moltke. Además, se había propuesto nivelar su poderío naval con el Reino Unido, construyendo el doble de navíos que anualmente construyera esta potencia.

Por otra parte, Inglaterra en el año 1904 integró la Entente Cordiale con Francia; en 1907 la amplió con Rusia y se denominó la Triple Entente. Alemania y el Imperio de Austria-Hungría constituían la Triple Alianza. Ahí estaban los rivales y el escenario, solo faltaba el pretexto y en Sarajevo se presentó.

Lo demás ya es conocido, triunfó la Triple Entente, a pesar de que Rusia socialista se marginó de la carnicería europea. Pero el ingreso de los Estados Unidos inclinó la balanza a favor de los vencedores.

Las consecuencias de la conflagración

Una serie de tratados puso fin a la guerra. El principal se denominó Versalles, mediante el cual se pusieron condiciones onerosas a Alemania y se reconfiguraba el mapa de Europa. Además se firmaron los tratados de Neuilly, el de Saint Germain y el de Sevres.

Según Renouvin -La Primera Guerra Mundial-, murieron 8’500.000 hombres, Francia perdió el 20% de su población activa, Rusia y Alemania le siguieron en el número de bajas, muertos y heridos; un alto porcentaje de inválidos y enfermos mentales deambulaban por todo el continente.

Se reformó drásticamente el mapa político del viejo mundo, desaparecieron el imperio de Austria- Hungría y el imperio de Rusia; la región balcánica se transformó y apareció Yugoslavia. Se independizó Hungría. Se instauró el socialismo en Rusia, la cual posteriormente se convertiría en la URSS. Rumania ganó algunos territorios.

Los Estados Unidos salieron fortalecidos económica y políticamente y aprovecharon la destrucción del aparato industrial y la agricultura europea y financieramente se posicionaron ventajosamente en el mundo: en 1920, fabricaban el 85% de los automóviles de todo el mundo; extraían el 65% del petróleo; el 60% del cobre y aluminio; el 52% del carbón. En términos monetarios la producción industrial de los Estados Unidos pasó de 23.900 millones de dólares en 1914 a 62 mil millones en 1920.

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