Nelson Lombana Silva
La agresividad del régimen capitalista que lidera el presidente Juan Manuel Santos Calderón, contra la izquierda es cada vez más violenta en Colombia. Hay todo un plan integral para intentar evitar la construcción de una nueva sociedad digna regida por verdaderos valores éticos, pero sobre todo por la justicia social, que es precisamente lo que plantea con fuerza la izquierda consecuente y radical en esta parte de América Latina.
Sin sonrojarse monta show mediáticos para despistar incautos. Por ejemplo, el foro que se realiza hoy en Ibagué sobre la ética de lo público. Con qué sapiencia un ciudadano del común definió el evento: “Son los inmorales públicos hablando de moralidad pública”. No es para menos, pues estaba invitado entre otros, el “flamante” procurador general de la nación, Alejandro Ordóñez Maldonado. Un personaje de esta calaña, ¿Qué puede enseñar de ética pública? Solo para colocar un ejemplo.
Es decir, y es lo que queremos significar, el gobierno usa todas las artimañas para que todo siga como está y el despistado pueblo vote por los mismos. Había que mirar cómo los jefecillos liberales se frotaban las manos de contentos al ver llegar gente al supuesto foro. Sin embargo, el gobernador no tiene empacho en decir algo así como que esto es apolítico y por supuesto, los medios que reciben la jugosa pauta publicitaria salen a transmitir ese mensaje con alharaca y diciendo que en cada noticia brillan la imparcialidad y la objetividad.
Cuando la realidad es otra bien distinta. Se viene asesinando a la oposición en Colombia. La corajuda liberal, Piedad Córdoba, ha denunciado que en dos años han sido asesinados 29 miembros de Marcha Patriótica. En ese sentido, el candidato al senado por Alianza Verde, 38 en el tarjetón, Carlos Arturo Lozano Guillén, ha ratificado con su autoridad y franqueza que le caracteriza que en este país no hay garantías para el debate electoral.
En los medios solo hay una versión y esa versión es la oficial. Se abre camino la estrategia de dividir o polarizar la opinión pública entre lo mismo y lo mismo. Hacernos creer que hay diferencias sustanciales entre Santos y Uribe no deja de ser una infamia más de este régimen y de esta caricatura mal hecha de democracia virtual que nos cobija. Santos y Uribe son dos caras de una de misma moneda. A nivel departamental es lo mismo: Oscar Barreto y Luis Carlos Delgado Peñón, también son dos caras de una misma moneda.
La izquierda debe tener clara la estrategia de la derecha para seguir en el poder y lograr elegir al parlamento colombiano a los mismos con las mismas. El árbol no puede ocultar el bosque. Por eso, el deber de todo revolucionario y demócrata son defender a capa y espada la lista unitaria de la Unión Patriótica. En eso no puede haber vacilaciones. Es la mejor lista, la que más se aproxima sinceramente a los genuinos anhelos del pueblo anónimo que camina por caminos, carreteras y avenidas.
El reverdecimiento de las tesis de la Up que fueron sacadas del escenario político nacional a sangre y fuego, vuelve a ser hoy una realidad y recae sobre nuestras espaldas el gran desafío de no ser inferior a ese reto. Este no es un compromiso de personas, es un compromiso de pueblo, con la historia y con la lucha de fortalecer el acumulado que nos permita crear las condiciones objetivas y subjetivas para cambios realmente de fondo. La Up no es un capricho personal es un capricho colectivo.
Todo revolucionario consecuente está sujeto a tomar decisiones más con la razón que con la emoción. La Up es un fenómeno político oceánico que late en la conciencia del pueblo y cada vez se hace carne, hasta en las zonas más deprimidas y distantes de nuestro bello departamento y lindo país. Con ética y compromiso revolucionario, avancemos.
