martes, abril 23, 2024
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La mayor batalla de Serbia

Serbia, Bosnia y Herzegovina, y Croacia sufren las mayores inundaciones en los últimos 120 años. Es imprescindible concienciar a otros países sobre la tragedia que ha ocurrido, ya que su ayuda y apoyo son imprescindibles.

Miljana Micovic

Durante la última semana, Serbia, Bosnia y Herzegovina, y Croacia están sufriendo las mayores inundaciones en los últimos 120 años.

Debido a las continuas y abundantes lluvias que empezaron el 13 de mayo -200 litros por metro cuadrado, lo que significa que en tres días ha caído la cantidad correspondiente a tres meses-, los ríos abandonaron sus cauces, provocando las peores inundaciones del último siglo. Es un desastre que ha obligado a miles de personas a abandonar sus casas, y muchas familias lo han perdido todo. Hasta el momento, se ha hablado de 45 víctimas mortales pero se teme que el número sea mucho más elevado, sin contar a las muchas personas que siguen desparecidas.

En Serbia, alrededor de 31 mil personas han sido evacuadas hasta el momento, alojadas en unos 140 centros de acogida en todo el país, mientras que en Bosnia han sido 950 mil personas quienes han tenido que ser desplazadas de sus hogares. En ambos países hay ciudades enteras que se han quedado bajo el agua. La situación catastrófica se hace aún más compleja porque, aparte de las inundaciones, en muchas áreas afectadas hay corrimientos de tierras que han provocado el derrumbamiento de casas y daños irreparables en las carreteras. Incluso las áreas que no han sido inundadas han sufrido unos 3,100 corrimientos de tierras en Bosnia y Serbia.

En Serbia, el caso más grave se ha producido en la ciudad de Obrenovac, a 30 Km de la capital, Belgrado. A las cinco de la tarde, las sirenas advirtieron el estado de alerta: el río Kolubara había salido de sus cauces y empezaba a inundar toda la ciudad, cubriendo con el agua el 90% de su superficie. Los equipos de rescate empezaron a evacuar a los ciudadanos, pero muchos de ellos -se hablaba de unas dos mil personas- quedaron atrapados en los pisos superiores de sus casas esperando ayuda o pidiéndola desde los tejados de sus casas. Cerca de 25 mil personas fueron evacuadas.

Al mismo tiempo, la mayor central eléctrica, “Nikola Tesla” -que produce electricidad para la mitad del país-, fue defendida de la inundación por parte de miles de soldados, policías y voluntarios que utilizaron muros construidos de sacos de arena. La central fue protegida, pero en este momento, en las zonas afectadas en los Balcanes, hay casi 30 mil casas sin luz. Muchas ciudades también carecen de agua potable, de comida o de medicamentos.

Además, existe otro peligro que hay que destacar: las minas restantes de la guerra civil de los 90 en el territorio de Bosnia. Si bien tras la guerra los campos de minas fueron señalizados, el agua se ha llevado tanto las minas como las señales que indicaban dónde se encontraban las zonas peligrosas. Las autoridades temen que, cuando se retire el agua, dicho peligro aumente.

Conmovedora solidaridad

No obstante, en medio de todo este caos hay una cosa que es cierta. La solidaridad y la ayuda extraordinaria que ofrecieron todos los voluntarios a los ciudadanos afectados es algo muy difícil de describir. Miles de historias conmovedoras, imágenes que dejan sin palabras; auténticos héroes salvando vidas de los demás, ofreciendo sus casas y alimentos, o llenando sacos de arena para defender las poblaciones en peligro… En definitiva, cada uno ayudando a su manera, pero ayudando todos. Y no solo a las personas, sino también a los animales, muchos de los cuales han podido ser rescatados.

La ayuda no solo ha venido de los ciudadanos de los países afectados, también de los países vecinos y amigos: montenegrinos, croatas, rusos, macedonios…, y, posteriormente, de muchos otros países europeos y no europeos que han ofrecido su ayuda. Asimismo, es importante destacar que los ciudadanos, independientemente de los órganos estatales, se han organizado solos. Las redes sociales están jugando un papel crucial en la situación: se afirma que unas 1.500 personas han sido salvadas gracias a los trinos enviados por los usuarios. En Facebook existen numerosas páginas que ofrecen información al momento y a través de las cuales los ciudadanos ofrecen ayuda a sus compatriotas que han sido víctimas de la catástrofe.

Así, puede verse cómo se coordinan los voluntarios entre sí, indicando dónde y cuándo se necesita la ayuda y en qué en concreto; cómo otros ofrecen sus casas a las familias con niños pequeños o acogen a los animales; en qué centros de acogida falta agua, medicamentos, comida, ropa, etc. También existen páginas de liveblog y muchas páginas web que informan todos los días sobre lo que está ocurriendo en diferentes idiomas. En definitiva, la solidaridad, la unión y la ayuda sin límites de los ciudadanos voluntarios son los protagonistas de esta lucha contra la terrible situación.

Preocupan las consecuencias

Pero los políticos también se están convirtiendo en protagonistas, aunque no por lo que están ayudando sino por la crítica que se les dirige. El juego de la responsabilidad abre un interrogante sobre si las consecuencias hubieran sido iguales si se hubiera invertido más en el sistema de prevención, pero aún queda por ver cuáles serán las consecuencias políticas de esta situación desastrosa.

Y hablando de las consecuencias, en este momento estas son la mayor preocupación de todos. La situación actual apunta a que el nivel del agua está bajando -si bien no se retira de momento-. En algunas zonas donde el agua empezó a retirarse, los ciudadanos están volviendo a sus casas; algunos de ellos simplemente para confirmar que lo han perdido todo o casi todo… Los servicios encargados de desinfectar y limpiar las zonas están cumpliendo con su trabajo, pero todavía en algunas ciudades, como Obrenovac, no se permite la vuelta a todas las partes de la ciudad.

Otras poblaciones todavía se están defendiendo, amontonando los sacos de arena en las orillas del río Sava. Sin embargo, cuando el agua se retire, lo peor de estas inundaciones no habrá acabado. Se afirma que los daños que han provocado las inundaciones en Bosnia superan a los que se produjeron en la guerra en los años 90 y que serán necesarios de cinco a diez años para la recuperación.

Por ello, es imprescindible concienciar a otros países sobre la tragedia que ha ocurrido en los Balcanes, ya que su ayuda y apoyo son imprescindibles. Al principio, los primeros días de la tragedia, la cobertura mediática internacional no existía, hasta que el tenista serbio Djokovic, en el Masters de Roma, atrajo la atención de medios internacionales como la CNN y la BBC advirtiendo que lo que está ocurriendo en los Balcanes es un desastre sin par en la historia reciente y que merece la atención y el apoyo internacional. A partir de ese momento -pero no solamente gracias a él, sino también a muchas otras personas- los medios internacionales empezaron a informar sobre lo que estaba ocurriendo.

Cada día más profesionales del mundo del cine, del deporte, de la música, de la literatura, etc. están pidiendo ayuda y solidaridad con los pueblos balcánicos. En muchas ciudades en el mundo se han organizado eventos humanitarios para colección de ayuda para los Balcanes. Numerosos países del mundo ya han enviado su ayuda, algunos desde el primer día. Y esa ayuda es imprescindible, ya que las consecuencias de las inundaciones son alarmantes y muy graves y los países afectados no tienen suficientes recursos para reparar los daños, tanto materiales como de otra índole.

El agua se irá, pero dejará detrás de sí muchas batallas por ganar.

Diario El Prisma

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