jueves, marzo 28, 2024
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La historia a contrapelo: Foucault, 30 años

Su originalidad e influencia en los campos más variados del pensamiento le otorgan un lugar destacado en la filosofía occidental.

Foto: cicilief via photopin cc
Foto: cicilief via photopin cc

Sergio de Zubiría Samper

El 25 de junio de 1984 fallece Michel Foucault, uno de los filósofos más influyentes de la segunda mitad del siglo XX. A 30 años de su muerte el interrogante sobre su legado teórico y humano es tema de obligatoria reflexión. Su originalidad e influencia en los campos más variados del pensamiento le otorgan un lugar destacado en la filosofía occidental. A partir de sus reflexiones, el derecho, la psiquiatría, la historia, la sexualidad, la estética, la literatura, la ciencia, la política, la ética, han modificado radicalmente su estatuto teórico.

La construcción y resignificación de conceptos ha sido parte importante de su legado. El pensamiento crítico contemporáneo le adeuda nociones fundamentales como: formas de subjetivación, relaciones de poder, biopolítica, biopoder, microfísica, panóptico, dispositivo, heterotopía, medicalización, discursos y prácticas, episteme, arqueología, genealogía, confesión, genealogía del racismo, entre muchas otras. Conceptos que atraviesan ineludiblemente las reflexiones políticas y filosóficas de nuestra época.

La obra publicada de Foucault es extensa y heterogénea. Algunos de sus textos hacen parte de la formación básica del ámbito universitario, como Historia de la locura en la época clásica, El nacimiento de la clínica, La arqueología del saber, El orden del discurso, Vigilar y castigar, Historia de la sexualidad, La microfísica del poder, La hermenéutica del sujeto, El sujeto y el poder. El profesor argentino Edgardo Castro y Siglo XXI Editores han emprendido la tarea de traducir al español las obras completas y recientemente hemos conocido textos inéditos como Una lectura de Kant (2009), El poder, una bestia magnífica (2012), La inquietud de la verdad. Escritos sobre la sexualidad y el sujeto (2012) y Obrar mal, decir la verdad. La función de la confesión en la justicia (2014).

Su vida también fue un libro abierto y coherente, porque para él la filosofía era el diagnóstico de su propio tiempo. Sus luchas filosóficas son sus propios intereses vitales. Fue un activista político contra los excesos de cualquier forma del poder, crítico radical de los procesos de “normalización” o “patologización”, y luchador denodado contra el colonialismo. Experimentó en carne propia los hospitales psiquiátricos, vivió en Túnez, conoció las fronteras de los usos de las drogas, estudió y amó el erotismo homosexual.

Dos enseñanzas de su obra son relevantes: La primera, la conveniencia para el pensamiento crítico contemporáneo de realizar un diálogo crítico –aún aplazado- entre las teorías del poder de Marx, Engels, Lenin, Gramsci y el legado sobre el poder de Foucault. La segunda, establecer puentes entre la teoría del sujeto político del marxismo y la comprensión foucaultiana de las diversas formas de subjetivación. La tarea fundamental para la reflexión contemporánea es la lectura de sus obras.

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