jueves, marzo 28, 2024
InicioEdición impresaLa historia a contrapelo: ¿Cátedra de paz?

La historia a contrapelo: ¿Cátedra de paz?

A un mes de su entrada en vigencia legal, la “cátedra de paz” es una especie de huérfano social. Es posible que en plena temporada decembrina el Ministerio de Educación Nacional otorgue una reglamentación “definitiva” pero inconsulta.

Foto: 9 via photopin (license)
Foto: 9 via photopin (license)

Sergio de Zubiría Samper

La cercanía del 31 de diciembre de 2015, como fecha máxima para implementar la “cátedra de paz” en las instituciones educativas de Colombia, ha convertido la educación para la paz en tema acuciante de la agenda pública. La Ley 1732 de 2014 y el Decreto 1038 de 2015, hablan de esa cátedra obligatoria en el sistema educativo. Varios asuntos llevan a la perplejidad y cuestionan las condiciones de su nacimiento.

La primera sorpresa es la escasa consulta y limitada participación de la comunidad académica para construir consensos sobre sus finalidades, contenidos y referentes éticos. Parece una propuesta que va a nacer desde las oficinas de los ministerios y con sesgos altamente tecnocráticos. La bibliografía sobre el tema insiste en que la educación para la paz exige, quizá como ninguna otra, la apropiación de la sociedad en su conjunto; no puede tener un enfoque profesionalizante o fragmentario.

La segunda perplejidad es que no se ha avanzado en la reglamentación. A un mes de su entrada en vigencia legal, la “cátedra de paz” es una especie de huérfano social. Es posible que en plena temporada decembrina el Ministerio de Educación Nacional otorgue una reglamentación “definitiva” pero inconsulta. Llama la atención que el lanzamiento televisivo de la ley fue bajo el acompañamiento de la Confederación Colombiana de Consumidores, como si la educación y la paz fueran simples objetos del consumo mercantil.

El tercer desconcierto: los contenidos. Se concibe como una “asignatura” más de currículo, la cual empezará a ser evaluada “gradualmente” en el módulo de competencias ciudadanas de los exámenes del Icfes. En 2016 serán incorporadas a las Pruebas Saber 11 y se deben desarrollar al menos dos temáticas establecidas por MinEducación. Serán “objetivos fundamentales” tres temas: cultura de paz, educación para la paz y desarrollo sostenible.

La cuarta perplejidad es la conceptualización de los tres objetivos fundamentales, como si no existieran definiciones diversas y disensos sobre sus significados. La “cultura de paz” es la “vivencia de los valores ciudadanos, los Derechos Humanos, el Derecho Internacional Humanitario, la participación democrática, la prevención de la violencia y la resolución pacífica de los conflictos”. Una perspectiva legalista, ciudadanizada y pacifista de la vida cultural. La “educación para la paz” es definida como “apropiación de conocimientos y competencias ciudadanas”. El “desarrollo sostenible” como “aquel que conduce al crecimiento económico… sin agotar la base de los recursos naturales renovables”. Son visiones polémicas e institucionalistas de la educación y el desarrollo. Desafortunadamente, sólo queda esperar esa noche decembrina en que nos anuncien otros contenidos sobre esta inconsulta “cátedra de paz”.

Artículo anterior
Artículo siguiente
RELATED ARTICLES

Most Popular

Recent Comments