viernes, abril 19, 2024
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La escueta y cruda realidad de la CUT ad portas del sexto congreso

La CUT ha perdido el horizonte clasista, ha sido cooptada por el régimen y pulula en su interior todos los vicios inherentes del capitalismo como la corrupción, el oportunismo, la falta de compromiso social y político. Cada quien hace lo que mejor le convenga al interés particular.

Camarada Luis Alfonso Velásquez. Foto Nelosi
Camarada Luis Alfonso Velásquez. Foto Nelosi

Nelson Lombana Silva

El consumado dirigente sindical y comunista Luis Alfonso Velásquez desnuda sin rodeos la realidad actual de la principal central obrera colombiana, la Central Unitaria de Trabajadores (CUT), la cual se prepara a desarrollar en Santa Marta el sexto congreso, en medio de una crisis de vastas proporciones.

Según el dirigente sindical, la CUT ha perdido el horizonte clasista, ha sido cooptada por el régimen y pulula en su interior todos los vicios inherentes del capitalismo como la corrupción, el oportunismo, la falta de compromiso social y político. Cada quien hace lo que mejor le convenga al interés particular. Se ha venido usando como plataforma de lanzamiento a altos puestos de la burocracia oligárquica, caso los Garzón, Carrillo, Obregón, entre otros.

Para el camarada Velásquez, el congreso de la CUT es antidemocrático y no consulta la realidad actual del sindicalismo colombiano donde sectores se robustecen como los cementeros, los campesinos, los mineros, el sector financiero, etc.

Cerca de 500 sindicatos quedaron por fuera del congreso. El 75% de los delegados son del magisterio, comportamiento más real en las zonas. Por ejemplo, en la CUT regional Boyacá, de los 15 miembros del comité ejecutivo, 13 son docentes; en el Tolima, de 15 son 14.

El problema –explica el líder sindical– no es que sea el magisterio. El problema radica en que los sindicatos de base no son atendidos oportunamente, como bien quedó demostrado en el debate realizado el pasado 9 de agosto en la ciudad de Ibagué.

Las escuelas sindicales que hacían énfasis en la ideología y la formación sindical hace rato desaparecieron. Como dijo un sindicalista de Ibagué: Los directivos se preocupan única y exclusivamente por la cuota pero no por la formación sindical de las bases.

La propuesta de un congreso alternativo con criterio unitario fue acogida por la mayoría de los sindicalistas presentes en el debate en Ibagué, aspirando con ello elaborar propuestas que ayuden a superar la crisis profunda de la CUT.

Luis Alfonso Velásquez rechazó de plano las especulaciones de que allí se iría a proponer la creación de otra central obrera, o de que se haría paralelismo. Nada de eso, anotó el dirigente sindical.

También le fue consultada su opinión sobre el discurso presidencial del señor Juan Manuel Santos Calderón. Para el líder sindical es un discurso supremamente derechoso y peligroso que dista mucho del proceso de paz. Discurso demagógico.

La entrevista concedida a las páginas web www.pacocol.org y www.semanariovoz.com es la siguiente:

—¿Cuál es la crisis del sindicalismo colombiano?

—Se han creado como unos agujeros negros entre la dirección ejecutiva de las centrales obreras (no solamente de la Cut), las direcciones intermedias y entre las direcciones intermedias y las bases, porque los métodos de elección y los métodos de promoción de programas y compromisos, no los entiende las propias bases. Se acabaron las escuelas de formación ideológica y política; tal vez la violencia impactó de manera severa a gran sector del movimiento sindical.

Digamos que los que tienen garantías se fueron burocratizando y las peleas más verracas en el movimiento sindical ahora son porque los nombren consejeros en la caja de compensación, porque los nombren responsable en la cooperativa. Digamos que en esencia el carácter reivindicativo y político que definió Lenin para las organizaciones sindicales se perdió totalmente, se perdió el criterio de clase, pero también se perdió la necesidad de disputarle el poder a la oligarquía para construir una patria distinta.

Las luchas son demasiado gremiales. El magisterio ha hecho peleas reivindicativas, pero son muy gremiales de su propio gremio o los campesinos. Pero una pelea integral como la que se señalaría a propósito entre los diálogos entre la insurgencia y el gobierno en representación del Estado que es el movimiento sindical, debería estar poniendo una propuesta de lo que significaría las relaciones de trabajo. La recuperación de los contratos con derechos debería estar ahí, porque si yo tengo un contrato de término largo de duración, tengo más garantías de afiliarme al sindicato y menos temores, que si tengo un contrato como los de ahora, que son de corta duración. Son contratos “basuras” en su mayoría.

—Hablemos un poquito de la crisis de la CUT. ¿Cuáles cree usted que son las principales causas de la crisis que vive la principal central sindical del país?

—La CUT se fue alejando paulatinamente de las causas que originaron su creación. Cuando nosotros creamos la CUT, la CUT formuló una declaración de principios y una plataforma de lucha que insinuaba como un plan de gobierno. Eso paulatinamente se fue desdibujando y cayó en unas batallas cada vez más individualistas, pero también, en términos de grupismo que hay al interior de la CUT, ha afectado de manera severa una dirección más colectiva. Se comprometieron a colectivizar las batallas pero terminaron dirigiendo cada uno de los compañeros que hacen parte de un departamento individualizado, que no hace parte del cúmulo de lo que sería el plan de trabajo, de movilización y de lucha de la central.

Esos micropoderes nos alejaron totalmente. Pero, además de eso, por ejemplo, de la CUT nacional, del ejecutivo y el presidente de la CUT, se tienen serias observaciones en relación con el papel que él jugó cuando liquidaron el sindicato de Bavaria, porque él jugó un papel de división al crear otra organización en plena huelga para entregarle a Sab Miller, pero además, también tenía observación, porque él no tiene bases. Él es funcionario de la UITA a nivel internacional o el secretario general, que es Fabio Arias, tampoco tiene base.

De la dirección, Wilson Petro, que es del MOIR, no tiene relación con ninguna organización de base. Esa ausencia de representación les ha quitado legitimidad. Y eso hace parte del problema que hay que resolver. Está el problema eleccionario que es terrible, porque digamos un dirigente hoy de los que hace trampa, fraude y reemplaza a los votantes, pues le queda más fácil pagarles a seis personas que se coloquen en unas ciudades donde haya muchos sindicalistas y poder allanarlos con los formatos de votación, los formatos que se utilizan para eso, que ir a hacer asambleas, a programar, a decirle a los trabajadores los compromisos programáticos y explicarlos. Es más fácil hacer el fraude a través de esas prácticas.

Además de eso, ni en las juntas nacionales tienen representación los sectores reales de la economía. El magisterio por ejemplo asiste en un 75% al congreso con sus delegados. No existe una representación de otros sectores. El sector cementero –por ejemplo– que está en pleno desarrollo en este país porque hay tres multinacionales muy fuertes, Cemex S.A., Argos y otra, y no tienen representación en la dirección, solamente en Boyacá que hay un compañero que está en la dirección regional de Antioquia de la CUT. Pero, en Boyacá ocurre lo mismo: De los 15 ejecutivos de la CUT, 13 son del magisterio; en el Tolima de los 15, son 14 del magisterio.

Lo malo de eso no es que sean los maestros, lo malo de eso es que, como explicaban aquí los compañeros, no atienden las asambleas de los obreros que se realizan los fines de semana o los festivos. No hay un compromiso real. No es que sean malos per se, sino que además utilizan toda una serie de garantías que han logrado siendo un sindicato fuerte y ellos mismos deberían estar tomando la iniciativa para permitir participar a otros sectores.

—¿Se podría decir que la CUT fue cooptada por el Gobierno Nacional?

—Sí, la CUT ha tenido procesos de cooptación muy severos. Desde Jorge Carrillo que fue su presidente inicial hasta la fecha, la mayoría de los dirigentes más destacados han sido cooptados. Angelino Garzón, que fue el secretario después de que Aída Avella saliera de la CUT, termina su período de vicepresidente totalmente cooptado incluso por el uribismo; Orlando Obregón que era de los seguros sociales terminó siendo ministro de Trabajo por el Partido Conservador, como cuota del Partido Conservador, no del movimiento obrero; lo mismo sucede con Luis Eduardo Garzón. Lucho Garzón no representa al movimiento sindical, él está ahí como ministro de Santos.

Eso ha generado mucha desconfianza. Porque todos los trabajadores ven que la CUT se ha convertido en una plataforma de lanzamiento de intereses personales y no de intereses colectivos. Eso nos ha creado serios problemas.

—El diagnóstico está hecho. ¿Cuál sería la propuesta para que la CUT salga de ese laberinto vergonzante?

—Nosotros hemos promovido una serie de reformas de los estatutos. Propusimos, desde la discusión de los sindicalistas comunistas, reformar un parágrafo del artículo primero que manifieste que solamente pueden elegir delegados a los congresos aquellas organizaciones que son por ramas de la actividad económica. Hasta este momento no hay ninguna, en cuyo evento el sexto congreso, de no reformarse, sería absolutamente ilegal a la luz de la juridicidad burguesa.

El otro tema es el de las circunscripciones especiales. Debe haber 17 organizaciones por rama de actividad económica, pero deberían en el tema de la circunscripciones especiales. En la dirección de la CUT debería haber un joven trabajador o una joven trabajadora, debería establecerse una prioridad para que la mujer participe más en las direcciones nacionales e intermedias y, obviamente, los sectores de la economía real.

El sector cementero de la construcción, de las maderas, etc., lo que anteriormente aquí se denominaba Sutimac es una organización fuerte. El sector financiero. Son sectores estratégicos en el marco de la economía. El sector de la minería, la agroindustria, el sector agrario. Esos sectores deberían estar participando en la dirección, igual que los jóvenes.

La participación de los maestros se volvió fue una batalla más gremial que realmente contra el modelo económico. En la región sucede lo mismo. Hay regiones donde pesca, caza, etc. Entonces, en cada región debería diseñarse unas direcciones con circunscripciones especiales para que puedan participar todos los sectores con mayor representación.

El tema eleccionario que tiene la CUT sería muy bueno si hubiese honestidad. Creemos que para salvar el voto directo debería reformarse ese sistema eleccionario de tarjetón y debería trabajarse mucho más en la dinámica del voto electrónico biométrico si se quiere llegar a mantener ese sistema de votación directa y debería revocarse a aquellos ejecutivos que cometieron el fraude, mucho más a la vista de todo el mundo. Esos deberían ser revocados en el congreso, para señalar que los que fueron quemados pudieran evidentemente, como el caso de Ómar Romero, ser reivindicados y establecerse una dirección provisional que prepare el evento eleccionario.

—Se viene proyectando un congreso alternativo al que va a hacer la CUT en Santa Marta. ¿Eso no es paralelismo?

—El encuentro alternativo inicialmente fue concebido para los sindicatos que no les daban participación en el congreso de la CUT, donde menos de 500 un afiliado. Pero ya en este momento hay sindicatos que están en la CUT, de naturaleza clasista, que quieren controvertir, que quieren ayudar, que quieren formular propuestas para llevar a la CUT y más allá del congreso de la CUT, pero también que sea el embrión del movimiento sindical de participación en el frente amplio por la paz con justicia social, que es lo que se tiene que ir cocinando desde los trabajadores.

No puede ser que este movimiento sindical burocratizado esté hablando de temas secundarios mientras que el país se desangra terriblemente por la aplicación del modelo y mientras el gobierno está diciendo que él no toca nada del modelo y los trabajadores sindicalizados al margen de ese debate. El encuentro debe promover es el elemento embrionario para la construcción del frente amplio, si se quiere frente social por la paz con justicia social, con propuestas del estatuto del trabajo. En fin, una serie de elementos de reformas profundas para poder ambientar un proceso de paz duradera y estable como es el cometido de que quienes están ahí representando a una parte de la población.

—¿Qué otros aspectos busca el congreso alternativo a realizarse los días 11 y 12 de septiembre en Bogotá?

—Digamos: como colocarle un megáfono a una serie de debates que hay en el movimiento sindical de carácter clasista, progresista y democrático. Fundamentalmente es eso.

—¿No es la idea crear una nueva central obrera?

—Ahora no es esa la idea. Creo que hoy salimos del evento de Ibagué convencidos de eso. Eso no quiere decir que si en el futuro haya la suficiente fuerza más allá de la CUT, se pueda realizar. Pero en este momento esa no es la idea central.

—Cambiando un poco de tema. ¿Qué opinión le merece el discurso reciente del presidente Santos en su posesión para otro cuatrienio?

—Es un discurso bastante derechizado. Es un discurso que pretende desconocer el mandato que le dio el pueblo en las elecciones del 15 de junio, porque fue el pueblo quien le dio el mandato en el propósito de paz y lo que él salió fue a amenazar la ruptura bajo cualquier pretexto. Entonces, se convierte en un discurso además muy peligroso. Pero además de eso, en materia de lo social de verdad quedó absolutamente endeudado.

Si bien es cierto en esta ocasión por primera vez se señala que el 0,8% de lo del presupuesto de la nación en educación supera el de seguridad, lo cierto es que sumado el de seguridad y funcionamiento de Fuerzas Militares, de policías y demás, puede sumar otro tanto de eso. O sea, no es verdad. Es un discurso bastante demagógico. No es verdad que no hay prioridad en la guerra, porque además de eso la población sabe que el gobierno a través de su ministro de Defensa acaba de firmar un convenio para hacer parte de los ejercicios militares en la OTAN. Es decir que detrás de eso y a espaldas del pueblo, se está cocinando una actitud bélica fuera de las fronteras.

Es decir, en vez de un posconflicto, las Fuerzas Militares se quieren preparar para otro tipo de actividad fuera de las fronteras. En eso hay muchas sospechas. Es decir, cómo se meten a la Organización del Atlántico Norte cuando está amenazando el imperio de manera seria a Venezuela, por ejemplo. Es factible que se estén cocinando cosas mucho más allá. Es decir, la ratificación del ministro de Defensa y de una serie de ministros que además de pendencieros son bastantes derechizados, pues es un mensaje absolutamente negativo.

No solamente el vicepresidente de la república, sino la mayoría de los ministros que ratificó que son la derecha y, tratando de buscar un mecanismo de empate o de equilibrio, pues entonces nombra a Cristo del Partido Liberal para tratar de mantener una Unidad Nacional que le garantice en el congreso llevar algunos proyectos para esta etapa final del desarrollo del proceso de diálogo. Creo que no van a ser muy positivos. Todas las señales son más a la derecha. Es decir, una paz sin ningún tipo de concesiones a favor del pueblo, ni siquiera para el movimiento insurgente. Es un discurso bastante pendenciero y demagógico.

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