Lo más grave es el hecho de que el Estado local, departamental y nacional haya permitido que durante años se hubieran arrojado miles de metros cúbicos de escombros que hacen de las excavaciones una tarea titánica. La verdad podrá emerger pero lo que se ve es que será demorado.
Redacción Análisis Urbano
5.900 metros cúbicos de escombros removidos y nada aún, no emergen los restos óseos de las personas asesinadas y desaparecidas por el contubernio criminal paraestatal. Hasta ahora, las excavaciones y búsqueda en La Arenera, solo han mostrado la aparición de algunos fragmentos de prendas y unos huesos que aparentemente no son compatibles con los de los seres humanos, según informa la Fiscalía General de la Nación, en cabeza de Carlos Fidel Villamil, director nacional de Justicia Transicional. Sin embargo, hay que reconocer que allí se ha plasmado voluntad política por parte de la Alcaldía de Medellín y la Fiscalía General de la Nación, obviamente obtenida por la incansable lucha de los familiares de las víctimas y de las organizaciones de Derechos Humanos que desde dentro y fuera han logrado develar la existencia de fosas comunes en la Escombrera.
¿Serán 70, 100, 300, los desaparecidos? Nadie parecería saberlo, lo único claro hasta el momento es que antes, durante y después del proyecto Orión —que sembró de paramilitares la comuna 13 y el resto del Medellín metropolitano—, La Escombrera, fue el lugar escogido para desaparecer personas. Pero si eso es grave, lo es más aún el hecho de que el Estado local, departamental y nacional haya permitido que durante años se hubieran arrojado miles de metros cúbicos de escombros que hacen de las excavaciones una tarea titánica. La verdad podrá emerger pero lo que se ve es que será demorado.
Al día de hoy, todavía se sigue haciendo es actividad, no hay poder humano que le haga entender a la institucionalidad la urgencia de que impida se sigan lanzando escombros como ocurre en la actualidad en el sector Bioparques, que se encuentra ubicado al frente de La Arenera, lugar donde se realizan las excavaciones.
Bioparques sigue activo, diariamente suben las volquetas a descargar escombros, lo grave es que hay serios indicios de que en ese lugar también habrían enterrado a buena parte de los desaparecidos. Un testigo afirma: “En La Arenera hay gente enterrada, en Bioparques, también”.
¿Será que la institucionalidad local no recuerda que la Sala de Justicia y Paz del Tribunal Superior de Medellín, en el año 2013, ordeno el cierre inmediato de La Escombrera, sector Bioparques?
Parece un absurdo pero Bioparques, a sabiendas de que en él yacen enterrados seres humanos, no será cerrado bajo el argumento absurdo y falaz de que se intervendrá el sitio para la búsqueda de cuerpos cuando termine su vida útil como escombrera. Entonces la verdad seguirá siendo sepultada durante años y luego dirá la institucionalidad públicamente que dispondrá de recursos económicos y voluntad política por el respeto a las víctimas.
La voluntad política queda demostrada en La Arenera, pero la indolencia en Bioparques refleja la ambivalencia de la política municipal. Igual pasa en otros temas de ciudad, por ejemplo, progreso y criminalidad, POT legal, POT ilegal, exclusión social, megaproyectos, Pacto del Fusil, reducción de homicidios, entre otros.
En la ambivalencia en la que se ha movido la administración municipal con el tema de víctimas, surge una pregunta, ¿en Medellín hay respeto por las víctimas del conflicto urbano? Eso hace rato se perdió en esta ciudad. Aquí parece valer más un criminal que una víctima, pareciera que solo se les respeta en los shows mediáticos que dan imagen a la ciudad innovadora, lo que lleva lamentablemente a que se perciba que de forma adrede la institucionalidad ha utilizado la burla a los derechos de las víctimas como una forma de desmovilizar su lucha. ¿Dignidad donde estarás?
Un mes después lo que queda claro es que lo más importante es encontrar los restos humanos de los desaparecidos, ya que en últimas aquí lo que menos importa es cuánto dinero, tiempo y escombros ha removido la institucionalidad, aquí lo verdaderamente importante para la ciudad humana, para las víctimas y para las generaciones venideras es saber dónde están los desaparecidos de la comuna 13 que dejó el terror paraestatal.
No nos queremos imaginar qué pasará si dentro de cinco meses no se encuentra un solo desaparecido, ¿cuál sería la arremetida de los enemigos de la verdad, la justicia y la reparación integral?
