miércoles, abril 24, 2024
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La crisis en Siria: Abierto el canal diplomático

La propuesta rusa de que Siria ponga a disposición de un organismo internacional su arsenal de armas químicas, frustra, de momento, las pretensiones intervencionistas norteamericanas

Cancilleres americano y ruso

Alberto Acevedo

Los planes de intervención militar en Siria, bajo el pretexto de que el gobierno de Damasco habría utilizado gas sarín y otras armas químicas contra la población civil, causando la muerte de centenares de personas, ha quedado de momento en suspenso.

Contra la orden ya dada por el presidente Obama de intervenir militarmente en Siria, se interpusieron varias situaciones: primero la propuesta rusa de que el gobierno sirio entregue las armas químicas que posee, a alguna agencia internacional. Segundo, el grado de oposición mundial a una nueva aventura militar por parte de los Estados Unidos, que fue creciendo con el correr de los días, en la medida en que la opinión pública recordó los pretextos de la Casa Blanca para justificar la invasión a Irak, que resultaron falaces.

En tercer lugar, la circunstancia de que la CIA, Arabia Saudita y Qatar, que han estado enviando armamento a los grupos “opositores” a Bashar al Assad, perdieron la cuenta de qué tanto armamento han enviado y les preocupa que este arsenal termine en manos de sus enemigos o de grupos fundamentalistas que podrían atomizar al país y convertirlo en una amalgama de feudos, inmanejables, como ocurrió en Libia. “Al Asad es mejor que Al Qaeda”, han comenzado a decir algunos aliados de Estados Unidos en la región.

En el campo de los opositores a una aventura bélica, ha tenido mucha fuerza la opinión pública norteamericana, que mayoritariamente rechaza la agresión a Siria. Obama, además, no está seguro de contar con los votos suficientes en la Cámara que autoricen la acción militar en el Medio Oriente.

En círculos periodísticos europeos corre la versión de que el presidente ruso, Vladimir Putin, le “cogió la caña” al vicepresidente norteamericano, que en Londres insinuó que una entrega de armas químicas por parte de Siria evitaría la confrontación militar. La propuesta rusa en ese sentido se conoció de inmediato.

Alcanzar la paz

Ahora, el canal diplomático ha prevalecido por encima de la confrontación y los cohetes Tomahauwk deberán quedarse en sus plataformas antes de ser lanzados contra el pueblo sirio. Lo que no quiere decir que las amenazas de intervención militar hayan cesado.

La vía de la negociación iniciada, no pone fin, de ninguna manera, al sufrimiento del pueblo sirio. Al Asad intentó condicionar la entrega del arsenal químico, a la idea de que Estados Unidos suspenda la ayuda a los grupos terroristas y anuncie públicamente que desiste de la agresión a Siria. Esto no se consiguió y el gobierno de Damasco debió aceptar la propuesta rusa sin más condicionamientos.

Pero el giro que ha tomado la cuestión siria, además de muchas otras enseñanzas, muestra que Estados Unidos ya no tiene el poder suficiente para hacer cumplir sus decisiones, una realidad que Obama se niega a aceptar. La era de la superioridad incuestionable de Estados Unidos ha terminado, así su dominio global no tenga rival. Washington ya no puede por sí solo marcar su camino, imponer su agenda. Y se evidencia además, que si la gente quiere la paz y se moviliza por ello, puede alcanzarla. Esto es válido en cualquier rincón de la tierra.

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