jueves, abril 18, 2024
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Julio Antonio Mella, ejemplar revolucionario

José Ramón Llanos

La vida de Julio Antonio Mella se caracteriza por el corto espacio temporal en el cual discurrió: apenas vivió 26 años. Sin embargo, fue el tiempo suficiente para rubricar acciones, discursos y ensayos de tal calidad que han sido valorados como verdaderos hitos en la historia de la lucha antiimperialista y revolucionaria continental.

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Uno de los analistas de sus textos, el intelectual revolucionario antillano Fabio Grobart, lo caracteriza así: “Mella es el ejemplo de una vida dedicada íntegramente a la revolución. Asombra conocer su pensamiento fecundo y lo mucho que hizo, en una vida tan corta, por la libertad de Cuba y de los demás pueblos de América Latina”. Podemos afirmar que Mella, valioso intérprete y continuador del pensamiento de José Martí, estuvo a la altura de los retos que plantearon los problemas políticos, sociales y organizativos de Cuba en los años 20.

El intervencionismo estadounidense en Cuba

Dada la concepción estratégica de la política exterior norteamericana, intervinieron en la guerra de Cuba por su independencia para cobrar su innecesario aporte a esa lucha apoderándose de sus tierras, manejando la economía isleña y direccionando su política y prácticamente todos los asuntos del Estado. Las cifras validan estos conceptos: La inversión yanqui pasó de 50 millones de dólares en 1896 a 1.200 millones en 1923; el 75% de las empresas azucareras; el 35% de las tierras, las más fértiles; el transporte urbano, la generación de electricidad, el servicio de teléfono, estaban en manos estadounidenses.

A partir de 1902 se apoderaron de Guantánamo y construyeron una base militar; desde 1903 hasta 1924 ocuparon la Isla de Pinos. La expresión clara del intervencionismo norteamericano en los asuntos de Cuba, es la Enmienda Platt, mediante la cual se arrogan el derecho a intervenir militarmente cuando lo consideren necesario. Otra imposición fue el llamado Tratado de Reciprocidad Comercial, el cual convirtió al país en monoexportador de azúcar.

La acción política

Tan pronto ingresa, en septiembre de 1921, a la Universidad de La Habana, Mella inicia su incesante y fructífera acción política. Tan solo un año después de empezar sus estudios es nombrado administrador y redactor de la revista Alma Máter. Esa revista se convierte en la vocera del movimiento reformista de la universidad. Mella asimiló y difundió en su tierra los principios y la táctica utilizados por los estudiantes argentinos para lograr la radical reforma de la Universidad de Córdoba en 1918.

Mella identifica inmediatamente la urgencia de impulsar los cambios de las estructuras y normatividad de la universidad habanera. La situación de la institución fue certeramente diagnosticada por el intelectual Juan Marinello: “Encontré una Universidad retrasada y soñolienta… El retraso académico era hijo de una realidad nacional que no había roto con los moldes del colonialismo español”.

Mella, con su mística de trabajo, su disciplina y apoyo de los profesores comunistas, logró movilizar a la mayoría del estudiantado de la universidad para enfrentar la tarea magna de la reforma de la institución académica. Con el recién creado Directorio de la Federación de Estudiantes, que él funda y preside, organizan una huelga con participación de más de siete mil estudiantes universitarios y de enseñanza media. El petitorio contiene: reforma en los planes de estudio, renovación del profesorado; plena autonomía, participación de los estudiantes en la dirección de la institución.

El movimiento fue de tal entidad que la dirección de la universidad tuvo que conceder las peticiones del estudiantado.

Potenció su trabajo proponiendo la celebración del Primer Congreso Nacional de Estudiantes en marzo de 1923. El evento se reúne en octubre de 1923. Mella es elegido presidente del Congreso. En desarrollo del evento aprueba la fundación de la revista Juventud, órgano de los estudiantes renovadores de la Universidad de La Habana. Además, se aprueba la Declaración de Derechos y Deberes del Estudiante. Allí se consagra el deber del estudiante de socializar entre los obreros sus conocimientos para elevar el nivel de conciencia de los trabajadores “y fomentar una nueva sociedad libre de parásitos, donde nadie viva sino en virtud de su propio esfuerzo”.

Una consecuencia de ese contenido de la Declaración fue la fundación de la Universidad José Martí. El Congreso también tuvo expresiones antiimperialistas, contra la existencia de la Enmienda Platt y contra toda injerencia del gobierno de los Estados Unidos en los asuntos internos de Cuba. La organización del Congreso Nacional de Estudiantes contribuyó a la formación política de Julio Antonio Mella y aumentó su prestigio de honrado luchador revolucionario y antiimperialista.

Por esa razón, cuando se celebra el congreso constitutivo del Partido Comunista de Cuba, Mella con solo 22 años participa activamente en la construcción de la línea política y la táctica del partido al lado de veteranos luchadores comunistas. Sus antecedentes y su desempeño en las discusiones permiten que sea elegido miembro del Comité Central.

Julio Antonio Mella el 5 de marzo próximo cumpliría 101 años, ya que nació ese día del año 1903 en La Habana. Cuando transitaba por una calle de México con su gran amiga y fotógrafa revolucionaria Tina Modotti, fue herido con arma de fuego disparada por sicarios financiados por el dictador cubano Gerardo Machado, el 10 de enero de 1929. Falleció el 11. Tina recogió sus últimas palabras: “Muero por la revolución”.

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