La formación política española dio voz en la Eurocámara durante unas jornadas a las personas que trabajan sobre el terreno con las víctimas palestinas
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Los eurodiputados de Izquierda Unida, Ángela Vallina y Javier Couso, cerraron las jornadas de Solidaridad internacional con Palestina celebradas en el Parlamento Europeo los días 11 y 12, denunciando enérgicamente la “equidistancia” con la que trata la Unión Europea el conflicto entre Israel y Palestina, y la “complicidad” de las instituciones comunitarias al seguir apostando por mantener los acuerdos comerciales con Israel.
Bajo el título “Solidaridad internacional con Palestina”, estas jornadas, organizadas por Vallina y Couso con la colaboración del Grupo de la Izquierda Unitaria Europea (GUE/NGL), han servido para dar voz a una treintena de activistas sociales, representantes políticos, y a testigos directos de la ocupación y la constante agresión que los ciudadanos palestinos reciben por parte del Gobierno israelí.
El martes, los eurodiputados de IU contaron, con la aportación de Manu Pineda, coordinador de las Brigadas Internacionales Unadikum; del doctor Wajdi Yaeesh, director de la asociación Human Supporters; y el testimonio por videoconferencia del doctor Bashman M.A. Alashi, director del hospital Al Wafa en Gaza, al que le impidieron volar a Europa pese a tener el visado necesario.
Pineda, quien se felicitó por poder tener esta oportunidad para “dar visibilidad a las víctimas” y denunciar las relaciones comerciales entre la UE e Israel, explicó ante cerca de un centenar de asistentes cómo vivió sobre el terreno el último ataque del Ejército israelí sobre Gaza que terminó con más de dos mil palestinos muertos. “Estaban masacrando a la población por ser palestinos y el día 15 de julio este Parlamento aprobó una resolución que venía a tratar por igual a los desiguales, porque llegaba a depositar más culpa sobre las víctimas que sobre los verdugos”, relató.
El coordinador de Unadikum acusó al Gobierno de Mariano Rajoy de estar vendiendo armas a Israel pese a que el número de víctimas no dejaba de aumentar: “Nuestro Gobierno le vende armas a Israel. Debido a la presión, Rajoy hizo en agosto una moratoria para la venta de armas que levantó en septiembre”.
Yaeesh, por su parte, explicó el origen de Human Supporters, una asociación de paramédicos dedicada desde 2002 a trabajar con niños y jóvenes que han sufrido experiencias traumáticas por la ocupación y los bombardeos. “Cuando el Ejército israelí puso punto y final a la ocupación organizamos una fiesta con los niños, todos vestidos de payasos y nos dimos cuenta de que eso les ayudaba. Empezamos con fiestas regulares, que son el embrión de esta asociación, y después continuamos promoviendo actividades deportivas, de teatro, de música… Teníamos a los niños palestinos traumatizados. El círculo de la violencia hace que esto sea un círculo que no tiene fin”.
El director de Human Supporters denunció las constantes detenciones aleatorias que el personal de la asociación sufre por parte del Ejército israelí y los problemas que tienen para desplazarse a Jerusalén por su trabajo. “Jerusalén está vetada para mí”, dijo.
Finalmente, el doctor Bashman Alashi relató cómo el hospital Al Wafa, que atendía a cerca de seis mil personas al año, convirtiéndolo en vital para Gaza, fue bombardeado y derruido por la artillería israelí tras sufrir ataques diarios durante seis días.
Alashi, que calculó en 15 millones de dólares el valor del hospital, hizo un llamamiento “a la Unión Europea, a Naciones Unidas y a las organizaciones por los derechos humanos, a condenar el ataque criminal de las fuerzas israelíes contra todas las instituciones sanitarias de Gaza”. “Las fuerzas de ocupación israelíes deben asumir su responsabilidad”, dijo, antes de pedir que se lleve a los tribunales internacionales a los culpables, “por haber violado las leyes humanitarias internacionales y la Cuarta Convención de Ginebra”.
Durante el segundo día, todo el grupo de asistentes celebró una reunión en la que se expusieron dificultades y posibles soluciones para mejorar la visibilidad de las víctimas, el trabajo sobre el terreno y la coordinación de las diferentes iniciativas de apoyo al pueblo palestino.
Antes, en una rueda de prensa, la eurodiputada Vallina afirmó que, a su juicio, una de las cosas más preocupantes “es la complicidad que se manifiesta de continuo en esta institución cuando se trata del conflicto entre Israel y Palestina”. Tras denunciar la “chulería” del Gobierno de Binyamin Netanyahu, que desautorizó a la ONU cuando nombró a Palestina miembro observador del Consejo, la parlamentaria asturiana avisó a la UE de que “es hora de parar esta barbarie” porque si no, pasará a la historia “con las manos manchadas de sangre”.
Couso, por su parte, dijo sentir vergüenza cuando en plenos bombardeos, el Pleno de Estrasburgo “rechazaba todas las enmiendas del GUE” a una resolución “que ponía al mismo nivel a víctimas verdugos” y calificó de “increíble”, la permisividad de las instituciones comunitarias con Israel. “No hay ningún país del mundo al que se le permita lo que hace Israel con el pueblo palestino, que es la emulación o la superación del apartheid”.
Las jornadas, que terminaron el miércoles con un acto de protesta en la puerta del Parlamento y en la Plaza de Luxemburgo, también tuvieron la participación del coordinador federal de Izquierda Unida, Cayo Lara, que estaba de visita en Bruselas; de la vicepresidenta del Partido de la Izquierda Europea, Maite Mola; de los embajadores de Venezuela, Nicaragua y Bolivia, Antonio García, Lautaro Sandino y René Fernández; y del ministro delegado para Europa de la República Árabe Saharaui Democrática.
