miércoles, abril 24, 2024
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Gustavo Machado, arquetipo del revolucionario integral

115 años de su nacimiento (19 de julio de 1898) y 30 años de su fallecimiento (17 de julio de 1983)

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El 19 de julio 1898, hace 115 años atrás, Venezuela le anunciará al mundo, y especialmente a su clase obrera, el nacimiento del arquetipo de revolucionario criollo: Gustavo Machado.

A pesar de provenir de una familia acaudalada que pertenecía a la oligarquía caraqueña, desde muy temprana edad ya era parte de épicas jornadas de lucha por la libertad y la justicia social.

Durante sus estudios en el bachillerato participa en jornadas de protesta contra la tiranía de Juan Vicente Gómez.

Como dirigente de la Asociación General de Estudiantes es designado orador en el acto principal del 12 de febrero de 1914, con motivo del centenario de la Batalla de La Victoria.

Gustavo Machado aprovecha ese espacio para lanzar prédicas contra la dictadura. Tres meses más tarde, con apenas 15 años de edad, tiene su primer encuentro con los barrotes de la prisión.

Su cumpleaños número 16 será entre las rejas de la temible cárcel La Rotunda, y al cumplir los 17 años de edad, es puesto en libertad.

Se inscribe en la Facultad de Derecho en la Universidad Central de Venezuela. Pero continúa conspirando. Ahora lo hace en una organización clandestina autodenominada “Los Espartacos”.

Luchador internacionalista

En 1919, participa en el movimiento insurreccional fallido del capitán Luis R. Pimentel, lo que hace que se enfrente a su primer exilio producto de la persecución gomecista. A bordo de un peñero toma rumbo a Curazao y de ahí a Estados Unidos.

En 1920 se traslada a Francia donde entra en contacto con la principal herramienta de lucha de la clase obrera mundial: el marxismo-leninismo; y asiste a la fundación del Partido Comunista Francés (PCF), en diciembre de 1920.

En París, se inscribe en la Facultad de Derecho de La Sorbona, donde recibirá su título de abogado en 1924.

Ese mismo año se traslada a Cuba, donde participó en la fundación del Partido Comunista, en 1925, y la Liga Antiimperialista, junto al gran combatiente Julio Antonio Mella.

En México, funda el Partido Revolucionario Venezolano (PRV), en 1927, uno de los precedentes del Partido Comunista de Venezuela (PCV).

Conforma el combativo comité Manos Fuera de Nicaragua (Mafuenic), instancia que logra grandes jornadas de solidaridad política y financiera con la lucha encabezada por Augusto César Sandino.

Como presidente del Comité, se le designa la encomiable proeza de entregar lo recaudado en las jornadas personalmente al “General de Hombres Libres” nicaragüense. Ingresa en sus filas y es oficial del Estado Mayor de la Guardia de Sandino, de abril a julio de 1928, empuñando el fusil y la pluma, combatiendo al enemigo imperialista y redactando proclamas de libertad.

En 1929 protagoniza la toma de Curazao junto a Miguel Otero Silva, Rafael Simón Urbina y 36 hombres más. Luego de tomar militarmente el Fuerte Ámsterdam y capturar el vapor “Maracaibo”, llegan a La Vela de Coro, en territorio venezolano del estado Falcón, pero la operación culmina en derrota.

En años posteriores, Gustavo Machado se hará una fuerte autocrítica, al comprender que lo importante no debe ser un “garibaldismo estudiantil”, sino una labor de organización del movimiento obrero.

Nuevamente el exilio es su destino, esta vez en Colombia, por lo que no puede participar personalmente en la constitución orgánica de las primeras células del PCV en 1931.

Este exilio dura hasta 1935, año en el que entra ilegalmente a Venezuela, pero es arrestado y enviado al Castillo de San Carlos.

Incansable combatiente

Liberado en 1936 participa activamente en la organización del novel Partido Comunista de Venezuela, y en marzo de ese año, en un mitin en el Teatro Municipal de Caracas, exclama a viva voz “¡Yo soy comunista!”, cuando todavía faltaban más de nueve años para que las organizaciones comunistas –y profesar ideas comunistas– dejaran de estar prohibidas por la Constitución.

Es deportado a México en 1937, y de ahí viaja de nuevo a Colombia, donde estará hasta 1944, fecha del retorno a su Caracas adorada.

En 1946 es electo, en representación del PCV, a la Asamblea Nacional Constituyente, donde demuestra su extraordinaria combatividad y capacidad oratoria.

En 1947 es candidato a la Presidencia de la República, con la tarjeta del Partido Comunista.

El 17 de febrero de 1948 –en aplicación de las resoluciones del Primer Congreso del Partido, realizado poco más de un año antes–, es el director-fundador de su más preciado tesoro: Tribuna Popular, dirigiéndolo con esmero, dedicación, modestia y compromiso militante durante más de 35 años, hasta su fallecimiento.

Desde la austeridad, con un equipo mínimo, logró posicionar al órgano del Comité Central del PCV como un referente de la comunicación revolucionaria, en legalidad y en clandestinidad.

En 1950, al inicio de la tiranía perezjimenista, es expulsado del país, hacia México, desde donde organiza e impulsa campañas de denuncia contra los crímenes de la dictadura y de solidaridad con los presos políticos.

En 1958 triunfa la política de amplia alianza antidictatorial y Gustavo Machado regresa a Venezuela. Es electo diputado al Congreso de la República para el periodo 1959-1964, en medio de una gran efervescencia de masas y un reconocimiento generalizado al papel cumplido por el PCV; son los tiempos de Caracas la Roja.

Mística, disciplina y modestia

La decisión de asumir la táctica lucha armada es utilizada como excusa propicia por el régimen betancourista para ilegalizar a los comunistas, violando previamente la inmunidad parlamentaria de Gustavo Machado y de los demás diputados del PCV y del MIR, siendo detenido el 30 de septiembre de 1963. Vuelve a la cárcel, al Cuartel San Carlos y con 65 años a cuestas, hasta el 21 de marzo de 1968.

Ese año es electo diputado por el partido Unión para Avanzar (UPA), fachada del ilegalizado PCV. Desde esa fecha hasta 1979, fue un destacado parlamentario revolucionario en el Congreso Nacional, levantando la voz en defensa de los derechos de la clase obrera, el campesinado y de todo el pueblo venezolano.

Un hecho que pasa desapercibido muchas veces, pero es de una gran relevancia moral, es que Gustavo Machado, líder heroico y precursor del PCV, no tuvo cargo alguno en el Comité Central del Partido. Fue en 1974 cuando se creó la figura de presidente del PCV, y fue nombrado como tal. En palabras de Jesús Faría: “estos hechos dan la medida en cuanto al carácter desprendido, de verdadero constructor de Partido que animaba a Gustavo”.

Apenas dos días antes de cumplir 85 años de edad, el 17 de julio de 1983, nos abandona físicamente el heroico camarada Gustavo Machado, Caballero y también General de la Revolución. Su agitada vida, la mística y disciplina de su trabajo en las filas del Partido Comunista, su profunda solidaridad internacional, sus más hondos y sinceros valores humanísticos y revolucionarios, su ferviente amor a la clase obrera y a los pueblos oprimidos, su repudio al imperialismo y a las tiranías, su condición simultánea de guía y aprendiz, con humildad y sencillez, valieron para que su camarada y dirigente del PCV, Eduardo Gallegos Mancera, considerara su vida como una “dulce trama de inconmovible acero”.

El mismo camarada Gallegos Mancera nos legó un juramento hecho frente al cuerpo de nuestro líder comunista, un juramento que cada militante comunista debe luchar cada día por hacer realidad: “Te juramos en esta hora postrera, camarada Gustavo, defender la unidad de nuestro Partido, defender la cohesión de nuestro Partido con las masas, mantener estrecho contacto con la clase obrera, a la cual le consagraste tus mejores afanes. Te prometemos cumplir con honor ese legado. Juramos, camarada Gustavo, que continuaremos tu obra contra el imperialismo y contra la oligarquía (…)”

¡Honor y Gloria al camarada Gustavo Machado!

Tribuna Popular

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