sábado, abril 20, 2024
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Guatemala: “Causas del conflicto están intactas”

Carlos A. Lozano Guillén

En Pau, Pirineos franceses, encontramos en los primeros días de abril del presente año a Aquiles Linares, ex dirigente del Partido Guatemalteco del Trabajo (como se llamaba el partido comunista), abogado experto en derechos humanos y promotor del castigo para los militares comprometidos en delitos de lesa humanidad durante la guerra civil, que duró 32 años y concluyó en 1996 con los acuerdos de paz firme y duradera, suscritos entre el gobierno de Guatemala y las guerrillas de la Unión Nacional Revolucionaria Guatemalteca (UNRG).

Foto: szeke via photopin cc
Foto: szeke via photopin cc

Participamos en el XXII Festival CulturAmérica, organizado por un grupo de solidaridad con nuestros pueblos, encabezado por Jean Ortiz, un personaje maravilloso, profesor universitario y colaborador del diario comunista L´Humanité. Con Aquiles sostuvimos una larga conversación sobre la paz en Guatemala, que nos deja importantes lecciones y experiencias.

Los comunistas se disolvieron en la UNRG e hicieron parte de la guerrilla revolucionaria, después de haber sido perseguidos y sometidos a la guerra sucia por las dictaduras militares. Para Aquiles Linares es la razón por la cual en la actualidad no existe un Partido Comunista, que en el posconflicto lidere el surgimiento de una fuerza unitaria y alternativa y exija el cumplimiento de los acuerdos de paz. “La oligarquía no quiere implementar aquellos que afectan sus intereses económicos y políticos”, dijo.

Acuerdos importantes

“Los acuerdos son una especie de tobogán –según Linares- los cumplen con altibajos”. Con el agravante de que hay impunidad en los delitos de lesa humanidad. Solo hace unos meses se abrió la causa contra el general Efraín Ríos Mont, quien presidió el país a sangre y fuego, y es responsable de múltiples asesinatos de las tropas bajo su mando. El abogado contó que fue hallada una “agenda militar” en un cuartel, en que aparecen 104 dirigentes comunistas y sindicalistas desaparecidos. Varios de los cuerpos fueron encontrados en una fosa común y dos han sido identificados, uno de ellos es su hermano.

Ríos Mont debe responder por 1.170 asesinatos, 30 mil desplazados y 15 masacres en 15 aldeas indígenas, así como el incendio en la embajada de España donde estaban refugiadas varias personas que murieron calcinadas. En aquella época de la bestialidad militar, los uniformados incendiaron dos iglesias con 50 personas adentro. “Fueron épocas de terror y barbarie”.

Los acuerdos de paz firme y duradera contienen bases esenciales para construir una sociedad democrática. “La conclusión de ambas partes fue que ninguna logró imponer su voluntad sobre la otra”, explicó. Sin embargo, el balance es negativo. La clase dominante se niega a cumplir los acuerdos. “La causas políticas y sociales del largo conflicto continúan intactas”, reconoció Aquiles Linares. “Aunque –dijo- la izquierda también tiene responsabilidad, porque fue incapaz de forjar una fuerza real y alternativa. En las últimas elecciones hubo dos candidatos de izquierda, y sumados los dos apenas llegaron al 6% de la votación”.

Las causas persisten en el país, hasta el punto que el neoliberalismo llegó a su antojo y continúa la persecución y represión del movimiento popular.

El actual presidente de Guatemala, general en retiro Otto Pérez Molina, es acusado de participar en la masacre de los pueblos indígenas y con el mayor cinismo se presentó a declarar en favor de Ríos Mont, quien recibió el beneficio de la detención domiciliaria. Gilberto Conde, ex dirigente de la UNRG, una especie de Villalobos el traidor salvadoreño del FMLN, también se presentó a declarar en favor del militar.

“Por lo menos”, para el abogado Linares, “estamos adelantando una lucha frontal contra la impunidad, desde distintos ángulos, incluyendo la Fundación de Antropología Forense que trabaja por la identificación de los restos encontrados en las fosas comunes de la dictadura”. “Entre tanto”, lo argumenta, “la izquierda debe trabajar con ahínco por encontrar el camino de la unidad y de un proyecto revolucionario para que se pongan en marcha los acuerdos de paz”.

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