¿Podrá el gobierno griego cumplir sus compromisos con los acreedores? Aún hoy no sabemos la respuesta. Ni siquiera hay acuerdos sobre la naturaleza de la crisis que afecta a Europa desde el año 2008.
José R. Llanos
La prensa especializada en la información económica, así como también los medios de información en general, desde hace por lo menos año y medio fatigan al lector con las noticias sobre la situación económica de Grecia. El subtema predominante, reiterativo, la deuda griega y el eterno interrogante: ¿Podrá el gobierno griego cumplir sus compromisos con los acreedores? Aún hoy no sabemos la respuesta. Ni siquiera hay acuerdos sobre la naturaleza de la crisis que afecta a Europa desde el año 2008.
Hay por lo menos dos lecturas sobre la crisis. Los economistas y analistas que estudian y caracterizan el proceso desde la perspectiva del capitalismo y sus mecanismos para superar las crisis y consolidar el modo de producción, aun a costa de los sacrificios de las grandes mayorías, especialmente los asalariados y pequeños productores y campesinos. Los autores de esos análisis son los economistas que dirigen el Banco Central Europeo, la Unión Europea (UE) y el Fondo Monetario Internacional (FMI), los cuales son ampliamente difundidos por la prensa burguesa de Europa y de todo el mundo.
Otra visión de la crisis
Sin embargo, esa visión de la crisis contrasta con el estudio que realizan analistas que utilizan el marxismo para identificar los componentes del ciclo económico propio del capitalismo. El objetivo de estos estudiosos es determinar las acciones del pueblo que le permitan evitar los efectos nocivos de las políticas burguesas para hacer que los trabajadores y la clase media paguen los efectos lesivos de la crisis (Léase Los estragos de la crisis).
La deuda y la negociación
Como es sabido, la UE desde el año 2008 transita por una lesiva y prolongada crisis económica. Inicialmente se identificaba con el alto nivel de endeudamiento de los estados miembros, lo que suele llamarse la deuda soberana. Posteriormente se reconoció que el proceso era realmente una crisis financiera. Los países más afectados fueron España, Grecia, Chipre, Portugal, Italia e Islandia.
La deuda griega en el año 2007 era de 240 millones de euros, la cual representaba un 103% del PIB. El desarrollo de la crisis y las políticas impuestas por la Troika al Estado griego han elevado la deuda a 356 millones de euros, o sea 171% del PIB. De ese total, Grecia debe pagar a más tardar el 30 de junio 1.600 millones al FMI. La situación del país indica que muy probablemente no podrá cancelar esa deuda.
Las dificultades económicas del Gobierno heleno causan preocupaciones en los Estados Unidos y en los gobiernos europeos, por lo cual la Troika en las negociaciones exige profundizar la política de austeridad a Grecia, aumentar la edad para adquirir el derecho a pensionarse, mantener congeladas las pensiones y reducir aun más los salarios y rebajar los presupuestos de salud y educación. En total exigen un recorte de tres mil millones de euros para este año y un superávit fiscal de un uno por ciento del PIB.
La respuesta de Tsipras
La respuesta de Tsipras, primer ministro, es contundente: “Pedimos una negociación no con los acreedores, sino a más alto nivel político”. Esto lo ha logrado,la Cumbre que se reunió el lunes 22. Además, no negocia sino sobre la base de una reestructuración de la deuda. Dadas las consideraciones de algunos banqueros y tanques de pensamiento alemanes, también terminará teniendo éxito en esta petición. Al respecto, el economista teutón Marcel Fratzscher opina: “La deuda griega es insostenible. Europa debe reconocerlo de una vez y acordar una reestructuración a cambio de reformas”.
El hecho real es que la economía de la Unión Europea pende de un hilo, su talón de Aquiles, la deuda griega. Por esa situación, hasta el FMI terminó a última hora pidiendo reestructuración de la deuda. El director del Banco Central Europeo, Mario Draghi, solicitó en la Eurocámara concesiones, para evitar “un impago de efectos catastróficos”.
