No es nueva la posición del gobernador sobre temas como éste y la defensa del medio ambiente, pero lo que sí resulta “nuevo”, e incluso contradictorio, es el anuncio de otro batallón de alta montaña para el sur del Tolima.
Nelson Lombana Silva
Con el centro de convenciones “Alfonso López Pumarejo” de la gobernación del Tolima totalmente abarrotado de público, el gobernador Luis Carlos Delgado Peñón realizó la quinta audiencia de rendición de cuentas el día inmediatamente anterior, haciendo balance un tanto detallado de su gestión que viene desarrollando en los diversos campos del conocimiento como salud, educación, infraestructura, agrario, ambiente, la infancia y juventud, la mujer, el campesino, el indígena, etc.
Durante 120 minutos el mandatario explicó los alcances de su gestión y las perspectivas para lo que queda de su mandato e incluso, las próximas gestiones por cuanto dijo que el plan de desarrollo no había sido concebido para cuatro años sino para 12.
En la rendición de cuentas el gobernador Delgado Peñón ratificó la lucha inclaudicable contra las multinacionales y transnacionales que vienen a deteriorar el medio ambiente y colocar en peligro el recurso más preciado de la humanidad como es el agua. “No vamos a permitir la explotación minera que ponga en peligro cualquier arroyo por pequeño que sea”, señaló el mandatario.
Dijo que él no era enemigo de la minería. Era partidario de la pequeña minería que no colocara en peligro el medio ambiente y que se hiciera con responsabilidad y con sostenibilidad. Así las cosas, es una postura de rechazo absoluto a la presencia de multinacionales y transnacionales como Anglogold Ashanti, entre otras en suelo tolimense.
Especial aparte dedicó el mandatario regional al tema de la paz, señalando “el compromiso de todos los tolimenses con la paz de Colombia”. En ese sentido dijo que la suspensión de los diálogos de La Habana había que mirarlo por el lado positivo, “haciendo una profunda reflexión y análisis sobre este acontecimiento para abrir las posibilidades de mirar zonas de despeje o un cese bilateral de fuego y así poder terminar de concretar los puntos pendientes y poder firmar el acuerdo por la paz allá en Chaparral de los Grandes, que es una zona que lo merece por esa violencia que nació allí y por ese trajinar del campesino con temor en cada uno de los tiempos pasados”.
El mandatario fue vehemente en la defensa de los diálogos de paz de La Habana (Cuba) entre las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia, Ejército del Pueblo (FARC-EP) y el gobierno Santos: “A la paz hay que apostarle”, señaló, y agregó con elocuencia: “El primer requisito para la paz es creer en ella y al menos que de este recinto salga una credibilidad total en la paz de Colombia, que no va a ser fácil, 50 o 60 años de guerra no se van a solucionar en dos o tres años”.
Desde esa perspectiva Luis Carlos Delgado insistió en trabajar en la construcción de una nueva generación que ya no tenga el estigma de la guerra, sino el estigma de la paz y la mejor manera de hacerlo es trabajando seriamente con los niños y los jóvenes, subrayó.
No es nueva la posición del gobernador sobre temas como éste y la defensa del medio ambiente, pero lo que sí resulta “nuevo”, e incluso contradictorio, es el anuncio de otro batallón de alta montaña para el sur del Tolima. Eso cae como un baldado de agua fría en las comunidades que padecen en zonas militarizadas los rigores de la represión, el hostigamiento y los falsos positivos. Hay que desmilitarizar la población tolimense, hay que desescalar el conflicto con hechos de paz y no de guerra. Así lo debería entender Luis Carlos Delgado Peñón.
Finalmente, el mandatario insistió en la autonomía regional, en la necesidad de que las regiones tengan disponibilidad presupuestal para el cumplimiento de sus funciones. Se declaró optimista y dispuesto a seguir trabajando hasta el último día de su mandato como gobernador de los tolimenses con honestidad y transparencia.
