miércoles, abril 24, 2024
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Fútbol monopolizado

El grupo Ardila Lülle tiene cada vez más injerencia en el fútbol colombiano. Hinchas cuestionan el conflicto de intereses y la legitimidad del torneo

En mayo pasado, Nacional obtuvo su estrella 14. Desde que Postobón patrocina el fútbol colombiano, ha conquistado siete títulos oficiales.
En mayo pasado, Nacional obtuvo su estrella 14. Desde que Postobón patrocina el fútbol colombiano, ha conquistado siete títulos oficiales.

Redacción Deportes

El fin de semana pasado inició un nuevo campeonato del fútbol profesional colombiano (FPC), que desde el año 2010, por motivos de patrocinio, lleva el nombre de Liga Postobón.

La tradicional marca de gaseosas, propiedad del multimillonario santandereano Carlos Ardila Lülle, además financia y da el nombre a la segunda división, a la Copa Colombia y al campeonato juvenil. Esto también implica que Postobón sea producto exclusivo en los estadios donde se juegan dichos torneos.

El contrato (de 50 mil millones de pesos, extraoficialmente) tiene una vigencia de cinco años y fue firmado desde que la División Mayor del Fútbol Colombiano (Dimayor) debió cambiar el habitual patrocinador a causa de la legislación antitabaco. Ardila le ganó el pulso a otras grandes corporaciones interesadas, como Coca-Cola y el banco BBVA.

Pero además, el grupo Ardila también es dueño de RCN, el canal privado que posee los derechos de transmisión para señal abierta, y tiene participación en Win Sport, canal con los derechos para televisión paga. Y por si fuera poco, es dueña de uno de los equipos en contienda: Atlético Nacional, y de un porcentaje del Alianza Petrolera.

Todo este entramado ha causado críticas de los aficionados al fútbol por el conflicto de intereses que genera ser simultáneamente patrocinador del torneo, competidor y canal que lo transmite.

El moño se dio a conocer hace pocos días, cuando se anunció que Postobón, aparte de todo, será patrocinador secundario del Deportivo Cali y de Independiente Santa Fe, dos grandes y tradicionales clubes del FPC. Factor que se suma a que una de las marcas que comercializa la Organización Ardila Lülle vía franquicia, Pepsi, es la anunciante principal de Millonarios, otro de los grandes.

Este panorama ha generado que a lo largo de cada torneo, que despierta pasiones y rivalidades, se generen suspicacias sobre supuestas ayudas, arreglos y compras en los resultados y medidas administrativas.

Infundadas o no, el blanco de las críticas suele ser Nacional, equipo que ha hegemonizado el torneo, pues desde el 2011 ha ganado cuatro estrellas (las últimas tres de manera consecutiva).

Pero más allá de los supuestos beneficios “extra” a favor del cuadro verdolaga, la falta de juego limpio se encuentra en la desigualdad de condiciones en la que compiten los 18 equipos de primera.

Mientras que cada temporada Nacional invierte millones de dólares en pases de jugadores, sueldos e infraestructura deportiva, otros clubes hacen maromas para pagar la nómina a tiempo y subsistir.

En muchas oportunidades, algunos equipos se han visto obligados a transferir a sus jugadores sobresalientes a los equipos de chequera fácil, y recurrir a futbolistas desechados por otros equipos para reforzarse.

El infierno de la B

En la actualidad, equipos históricos y con arraigo en sus ciudades deambulan en la segunda división con problemas económicos y en riesgo de desaparecer. El caso más grave es el del Deportivo Pereira, que se encuentra en la quiebra y en proceso de liquidación.

Pero también otros equipos como Unión Magdalena y Atlético Bucaramanga llevan varias temporadas en la B, sorteando dificultades financieras y administrativas y apenas figurando en cada torneo.

Capítulo aparte requiere el América de Cali, que tras salir de la Lista Clinton y explorar cambios en su modelo administrativo, completa ya tres años en segunda división sin poder regresar a la A, donde ganó 13 estrellas. Hoy se especula sobre su posible venta al emporio de Carlos Slim.

¿Habrá cambio de patrocinio?

El contrato entre Dimayor y Postobón vence a final de año y nuevamente se buscará patrocinador para el FPC. Surge la duda entonces del objetivo de las últimas movidas de Postobón y la decisión que tomen los socios de la Dimayor.

¿Querrá Ardila arraigarse para continuar con el patrocinio? ¿Buscará posicionarse ante un eventual cambio de sponsor? ¿Es una simple estrategia publicitaria? ¿Pretende conseguir respaldo a su patrocinio y de paso neutralizar las críticas hacia Nacional?

Por ahora se disputará una nueva estrella, y cada vez que haya polémicas arbitrales o decisiones administrativas cuestionadas, se pondrá (una vez más) en tela de juicio la legitimidad del torneo.

Un campeonato que debería, de una buena vez, ponerse a la altura de los estándares de las mejores competiciones deportivas y de los requisitos de los organismos rectores, con clubes transparentes, sueldos al día y escenarios adecuados.

Ya la Selección Colombia, con su participación en Brasil, estuvo en lo alto del fútbol mundial. Corresponde ahora a la liga local hacer lo propio.

Intereses de Ardila en el FPC

-Liga Postobón: es la denominación del torneo profesional que disputan 18 equipos. Concede dos estrellas anuales, tres cupos a Copa Libertadores y otros dos a Copa Suramericana.

-Copa Postobón: originalmente llamada Copa Colombia, reúne a los 36 equipos de primera y segunda división. Otorga al campeón pase a la Copa Suramericana.

-Torneo Postobón: nombre de la segunda división o “primera B”.

-Campeonato Postobón: competición de equipos juveniles.

-Superliga Postobón: trofeo que enfrenta a los dos campeones de cada año. Fue cuestionada porque se creó cuando Nacional era campeón vigente y por ende la disputaría automáticamente. Desde este año otorga cupo a Copa Suramericana.

-Canal RCN: en el 2011 renovó los derechos de transmisión abierta por cinco años gracias a un acuerdo de unos 80 mil millones de pesos.

-Canal Win Sport: nace por convenio entre RCN y Directv para transmitir el fútbol por televisión paga. Para recibir su señal, los cableoperadores deben pagar una cifra según el número de afiliados.

-Atlético Nacional: fue adquirido por Ardila Lülle en 1996. En el 2012 recibió la inyección de unos 15 mil millones de pesos para aspirar al campeonato de todas las competiciones que disputara.

-Alianza Petrolera: firmó un convenio de cooperación con Nacional, por lo que utiliza jugadores juveniles de la nómina verdolaga. Aunque es oriundo de Barrancabermeja, juega provisionalmente en Floridablanca (Santander). Un porcentaje del club es propiedad del grupo Ardila.

El modelo mexicano

El modelo del FPC se asimila al caso de la liga mexicana, donde los últimos años han predominado las inversiones de Carlos Slim, uno de los hombres más ricos del mundo, dueño de la multinacional de telecomunicaciones Claro, entre otras empresas.

Inicialmente controlaba la publicidad estática en los estadios, y desde el 2012, hizo inversiones en varios equipos, como el Club León (el más reciente campeón), el Pachuca, entre otros.

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