miércoles, abril 24, 2024
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“Fue un sendero para la humanidad”

En presencia de 32 jefes de Estado y delegaciones oficiales de 54 países, los venezolanos despidieron a Chávez y prometieron continuar su legado. “No podrán con nosotros jamás”, dice Nicolás Maduro al asumir jefatura de Estado

Multitudinaria despedida al compañero jefe. Foto Prensa Miraflores.
Multitudinaria despedida al compañero jefe. Foto Prensa Miraflores.

★ Alberto Acevedo

La ceremonia fúnebre de despedida del cuerpo físico de Hugo Chávez en Venezuela estuvo cargada de simbolismos y de promesas de que quienes lo releven en el mando seguirán cumpliendo su legado de construcción de una patria socialista en la que los ciudadanos rasos, los trabajadores del campo, los humildes, los obreros, las mujeres, sean los protagonistas principales de la historia futura de la patria de Bolívar.

Una réplica de la espada del Libertador, marchando frente al féretro, portada por un soldado vestido a la usanza de la campaña por la Independencia del yugo español; la presencia de 32 jefes de estado y de gobierno de países de los cinco continentes, de delegaciones oficiales al más alto nivel de 54 naciones más; esos 32 jefes de estado haciendo fila, para saludar y abrazar a la madre de Hugo Chávez.

El presidente de Irán, que viajó miles de kilómetros desde lejanas tierras para despedir al amigo y acompañar su féretro con un beso amoroso, las lágrimas de un hombre valiente y digno como Rafael Correa, las de Cristina Fernández, las de Piedad Córdoba, en fin, el dolor de un pueblo desgarrado en su corazón ante la partida del amigo y caudillo.

Inclinaron sus banderas

El gesto del gobierno cubano, de inclinar respetuoso sus banderas ante la memoria del compañero que se va. Esas banderas cubiertas de dignidad, que jamás fueron arriadas, ni siquiera por las embestidas de la mayor potencia imperialista de todos los tiempos, que jamás consiguió doblegarlas, y sin embargo, esta vez, con humildad, se inclinaron ante la memoria de uno de los hombres más grandes del continente en el último medio siglo.

La promesa del vicepresidente Nicolás Maduro, ante el féretro del compañero y jefe, de que seguirán trabajando por la patria que soñó Chávez, que se convertirá en un soldado para cumplir sus órdenes, de que las fuerzas de la reacción y del imperialismo jamás lograrán recuperar sus privilegios, fueron todos mensajes que se sucedieron como destellos de relámpagos, en pocos minutos, uno tras otros. Y que simbolizan la decisión, el coraje y la valentía de un pueblo, dispuesto a multiplicar sus esfuerzos e iniciativas para continuar la obra de transformaciones sociales iniciada 14 años atrás por el ‘compañero comandante’.

“Estamos para garantizar la paz, y que la revolución bolivariana continúe su rumbo socialista -dijo Nicolás Maduro en la ceremonia de despedida-, estamos aquí cumpliendo la orden del comandante en jefe y cumpliendo la Constitución, porque este es un mandato constitucional”.

El presidente de Irán, Mahmud Amadinejad, dijo que “Chávez no fue una personalidad física, fue un sendero para la humanidad”. Con su muerte, “están de luto no sólo los venezolanos, sino todos los pueblos del mundo”. El reverendo Jesse Jackson, pastor bautista norteamericano y destacada personalidad en la defensa de los derechos humanos, dijo que “Hugo alimentó al pobre, lo enalteció. Lloramos, porque hemos perdido mucho, pero todavía tenemos mucho. Nos levantamos, porque el suelo no es el sitio de los campeones”.

La capital venezolana no había sido jamás escenario de un acontecimiento político similar. Propios y extraños coincidieron en señalar que Chávez ha sido el líder político más carismático de las últimas décadas. El carisma de Chávez tuvo el mérito de impulsar un dinámico proceso de educación política de las masas venezolanas.

La historia contemporánea latinoamericana, cuando se refiera al legado de Chávez, deberá referirse necesariamente a hitos como la lucha por la redistribución de la riqueza, el proceso de integración regional, la construcción de un poder comunal que apunta hacia lo que Chávez denominó el socialismo del siglo XXI, el diseño de una política antiimperialista y la defensa de los recursos naturales, aspectos que alentaron el surgimiento de una nueva izquierda en el continente.

En lo relativo a la redistribución de la riqueza, durante los casi tres lustros de gobierno de Chávez se nacionalizó el petróleo, una parte de los bancos y empresas fundamentales y se dispuso de recursos económicos frescos para desarrollar un programa sin precedentes de inversión social en educación, salud, vivienda, infraestructura y lucha contra el analfabetismo y la pobreza. La creación de una red de comedores populares, la reducción de la pobreza extrema en un 40% y el incremento del salario mínimo de los trabajadores, son indicadores de esta política.

En materia de integración regional, Chávez fue artífice de un dinámico proceso de construcción de la Patria Grande, con la que soñaron Bolívar y Martí. El Alba, la Celac, Unasur, el Banco del Sur, Telesur, son entre otras, iniciativas en las que el mandatario venezolano puso su mayor empeño, al lado de importantes gestos de solidaridad con Cuba, Nicaragua, Ecuador, Argentina, Bolivia y otras naciones.

Estas y otras circunstancias, llevaron a mandatarios como el presidente del Ecuador a afirmar que “se ha ido un inmenso latinoamericano. Cuando se decanten las pasiones aparecerá la grandeza de un hombre extraordinario que dio la vida por la Patria Grande. Chávez seguirá más vivo que nunca. Los que mueren por la vida no pueden llamarse muertos”, puntualizó Rafael Correa. ★

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