sábado, abril 20, 2024
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Frente amplio por la paz: “Hay que superar el liderazgo individual”

La izquierda atraviesa un momento importante para su futuro inmediato: la unidad, el frente amplio y el proceso de paz, temas sobre la mesa

David Flórez
David Flórez

Hernán Camacho

David Flórez fue representante estudiantil ante el Consejo Superior Universitario en la Universidad Nacional, hizo parte del movimiento estudiantil que dio batallas importantes por la educación, y hoy es vocero de Marcha Patriótica; recorre el país por su labor política y de acompañamiento a las comunidades azotadas por el conflicto armado. Su última visita fue a San Juan de Lozada (Meta). En medio de reuniones propias de la agitada política nacional, VOZ conversó con él sobre las perspectivas del frente amplio, la imperiosa necesidad de la unidad de la izquierda y lo importante para el futuro del país del proceso de paz de La Habana.

–Lo invito a hacer una evaluación del proceso de conformación del frente amplio. ¿Cómo va?

–El frente amplio es una confluencia nueva y me parece que va caminando muy bien porque logró en el marco de la elección presidencial ubicar en el centro político el elemento más importante del país: el proceso de paz. Va bien, porque logró articular toda una serie de tendencias democráticas y de izquierda para detener la posibilidad de llegar a la presidencia un proyecto aun más autoritario y de corte fascista. Y el frente amplio va bien porque logró transcender la coyuntura electoral, entendió que su papel no se restringía a eso sino que va en dirección del proceso de paz de La Habana, el que hoy más que nunca requiere la mayor aceptación, la mayor pedagogía y eso es muy importante.

Carácter del frente

–Ya se puede caracterizar el frente amplio.

–Es un frente amplio por la paz, la democracia y la justicia social, y eso demuestra su rumbo. Es claro que el frente amplio levanta la bandera del cese al fuego bilateral, la exigencia del inicio formal de las conversaciones con el Ejército de Liberación Nacional, cesar la persecución contra el movimiento social y detener la agenda legislativa en contravía de los acuerdos alcanzados en el proceso de paz. Pero el frente amplio va más allá: Tiene la iniciativa de movilización por la paz.

–La paz es el centro de gravedad del frente amplio.

–Efectivamente. En el frente se han podido encontrar puntos en común entre las fuerzas de izquierda. Muchas de las reivindicaciones políticas de las izquierdas pueden estar conectadas con la agenda de discusiones del proceso de paz. No todas pero buena parte de ellas, por ejemplo el estatuto de la oposición. No hay izquierda que no lo reclame para participar en política. Muchas de las posibilidades de la izquierda están ligadas al éxito del proceso de paz y eso hace que se genere un apoyo y un interés en la defensa del proceso de paz.

Agenda del frente amplio

–A propósito del estatuto de la oposición, ¿el frente amplio tiene agenda política para el país?

–Sí. El frente amplio tiene una propuesta de país con visión programática que en el mediano y largo plazo aspira a convertir en una opción de poder. Desde los sectores democráticos y de izquierda se han recogido propuestas que, incluso, han sido temas de la agenda del proceso de paz, como la democratización del régimen político y una serie de iniciativas entre las que se cuenta la creación del estatuto de la oposición que le permita a la izquierda y a los sectores democráticos participar en la disputa del poder político en mejores condiciones.

Entre otras cosas, hemos hablado de exigir la anulación de la reglamentación que impide a movimientos políticos y partidos participar conjuntamente en las elecciones a corporaciones y cuerpos colegiales como el Congreso, las asambleas departamentales y los concejos municipales.

–Encajar las piezas de la izquierda colombiana siempre ha tenido dificultades. ¿Será el frente amplio un nuevo espacio de unidad?

–La unidad no es fácil y prueba de ello es la cantidad de intentos fracasados en ese propósito. Sin embargo, creo que en este momento hay una conciencia más fuerte dentro de los liderazgos de los diferentes procesos de la izquierda. Hay algo claro para todos: cada quien por su lado no va a transformar el país ni acceder a espacios de gobierno. Hay una conciencia avanzada en lo local de la unidad. Aquí necesitamos grandes liderazgos que tienen una trayectoria política de cara a la transformación del país, pero necesitamos que ese liderazgo logre un esfuerzo colectivo. Yo creo que en gran medida el éxito del frente amplio pasa por reconocer el liderazgo y empeñarnos en un objetivo común. Si superamos eso seguramente estamos un paso más cerca de la unidad.

Unidad necesaria

–¿El retroceso de la izquierda va ligado a no consolidar la unidad?

–El ejemplo más claro es la alcaldía de Bogotá. Independientemente de las valoraciones que uno tenga frente a los gobiernos del Polo o Progresistas, si la izquierda llega dividida al escenario electoral de 2015 va a perder esa elección. Que Francisco Santos, en cabeza del uribismo, sea el alcalde de la ciudad sería un retroceso con todo lo que ello implica. Hoy la izquierda debe tener mayor conciencia de la unidad para avanzar.

–¿En lo regional resulta más práctica la unidad de la izquierda?

–No solamente práctica sino importante. En los departamentos y las regiones está entendida la unidad y trabajan en esa perspectiva. Hay fuerzas locales de la izquierda que tienen una significativa aceptación y un trabajo local importante. Hay lugares en los que el movimiento campesino, indígena, afro o barrial tienen una fuerza vigorosa y pueden pensar en disputar los gobiernos locales pero que también necesitan de partidos políticos. Las dinámicas de la política local pueden adelantar unidades de la izquierda con serias posibilidades de ganar las elecciones.

Y para el éxito del proceso de paz las regiones, los departamentos, los municipios y las localidades son vitales. Pues, aunque Colombia es centralista, en las regiones se materializa la política, la economía, el ordenamiento territorial, en la posibilidad de llevar experimentos de paz, entendimiento y desarrollo distintos a las planeaciones nacionales. Pero con un hecho adicional: el uribismo le va a apostar todo a esas regiones solamente para torpedear el proceso de paz. Hay que ganar las regiones para ser poder nacional.

–Hablemos de la nueva geometría política que ubica al uribismo como una fuerza peligrosa para el país.

–El uribismo significa el militarismo, significa la imposibilidad de hacer cualquier cambio en la tenencia de la tierra, la imposibilidad de transformación del régimen político, de avanzar en escenarios de justicia, verdad y reparación de las víctimas. El uribismo es el enemigo de la paz y los cambios.

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