sábado, abril 20, 2024
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Foro financiero: La deuda de la banca con la paz

Trabajadores bancarios retan a los conglomerados financieros a respaldar la paz. Los banqueros están divididos

Luis Carlos Sarmiento Angulo en la Bolsa de New York.
Luis Carlos Sarmiento Angulo en la Bolsa de New York.

Hernán Camacho
@camachohernan

Al cierre del pasado año el sector financiero reportó ganancias por el orden de 10.5 billones de pesos, de los cuales 9.5 corresponden a la banca. Pero ¿cuál es su aporte al posacuerdo? La pregunta se planteará en el primer Foro Financiero por la Paz que se llevará a cabo los días 19 y 20 de mayo, convocado por la Unión Nacional de Empleados Bancarios, UNEB, Global Unión, CUT Nacional y Fenasibancol.

La iniciativa ha sido impulsada por los trabajadores del sector financiero que se suman a la pedagogía por la paz y le proponen al país un nuevo diseño para la banca, más incluyente y beneficioso para la inmensa mayoría del país.

Banca acumulativa

Buena parte de las formidables ganancias que muestra el sector son facilitadas en la beneficiosa regulación que tiene si se compara con otros países. En Chile y Argentina, por ejemplo, la tasa de intermediación bancaria es de un 3%; en Colombia es de 7%, o sea más del doble de la referenciada. Eso explica las elevadas utilidades del capital financiero nacional.

La desregularización del sistema financiero, desde los años noventa con la aplicación del modelo neoliberal, hizo que algunos servicios bancarios, en especial aquellos créditos destinados al fomento, dirigidos a las capas más vulnerables de la población, decrecieron y salieron de los portafolios de servicio de la banca privada. Campesinos y microempresarios eran los primeros destinatarios de dichos créditos. Esa determinación tuvo incidencia negativa sobre los sectores que cuentan con menos posibilidades de acceder a préstamos bancarios y extrabancarios.

Las corporaciones financieras implementaron líneas de microcrédito para generar mayor rendimiento. Es tal vez uno de los servicios bancarios más onerosos, incluso puede estar por encima de créditos de libre inversión. La tasa de usura de los microcréditos supera en algunos casos el 50%. Y si a eso se suman servicios adicionales como los seguros, explican el hecho que casi el 90% de los procesos de emprendimientos en Colombia fracasan o se mantienen con bajos niveles de rendimiento.

Una banca menos monopolizada podría ser un instrumento útil para disminuir la desigualdad social que afecta el país. “Un significativo aporte para la paz, opina Sofía Espinosa, presidenta de la UNEB, tiene que ver con la modificación de la estructura del crédito en Colombia, el cual podría ofrecerse a largo plazo y a bajos intereses, así se favorecería a la ciudadanía”.

División de la banca

La mayoría de sectores empresariales de alguna forma se han pronunciado de manera favorable al proceso de paz que se adelanta en La Habana, en cambio el sector financiero no se ha manifestado claramente. “Los gremios se agrupan a la hora de negociar el salario mínimo de los trabajadores pero para asumir su posición frente a la paz, se aíslan y silencian intencionalmente”, explica Javier Francisco López, dirigente de la UNEB.

Asobancaria, gremio que agrupa a los bancos, ha preferido ignorar o silenciar su opinión frente a las conversaciones de paz. Las opiniones conocidas están divididas. De una parte están quienes consideran que el acuerdo de paz abre la puerta a una modificación del modelo económico.

Otras opiniones como la de Luis Carlos Sarmiento Angulo, quien representa el 25% del sistema financiero con los fondos de pensión y los bancos del Grupo Aval, ha mostrado un moderado optimismo haciendo reparos al proceso de paz y rechazando las opiniones de la insurgencia.

No obstante, la presencia del expresidente de Bancolombia Omar Yepes, en la reunión de los empresarios con la delegación de paz de las FARC-EP, muestra la otra cara de la moneda. Yepes se sumó al proceso y está interesado en visibilizar los avances del proceso de paz y orientar sus esfuerzos para apoyarlo.

Sofía Espinosa, asegura que al lado de Yepes está la banca internacional: “Algunos conglomerados del sector financiero no comparten el proceso de paz, ni la salida dialogada al conflicto. Lo de Yepes es una posición de un banco y del Grupo Empresarial Antioqueño. Sabemos que el presidente entrante de Bancolombia ha manifestado que seguirá esa línea como también otros presidentes de bancos de capital extranjero con asiento en el país, específicamente el BBVA, Citybank y Corbanca”.

Recursos de la paz

Pero hay una razón poderosa que puede mover a los apáticos. La torta de los recursos para el posacuerdo no es nada despreciable. Se habla de unos 60 mil millones de dólares destinados a la reparación de las víctimas, adecuación de la institucionalidad para la paz y la ejecución de estrategias, planes y programas que surjan del acuerdo. Recursos canalizados en la banca colombiana. Además del dividendo de la paz que calcula el Gobierno nacional en un punto de crecimiento en el Producto Interno Bruto que se reflejaría en mayores rendimientos.

Nueva banca

En opinión de los trabajadores la banca para la paz debe aportar su grano de arena para la edificación de un mejor país. “Debe haber un gesto de paz desde los actores del sector financiero y en especial de la banca colombiana”, expresó Javier Francisco López, dirigente sindical de la UNEB.

De ahí que los trabajadores bancarios sugieran cambiar el concepto de banca de acumulación a una banca con beneficios para los usuarios. Una especie de punto de quiebre frente a las concepciones económicas que han hecho del sector financiero el más rentable en la última década.

Apalancamiento

Proponen una mesa permanente de diálogo con los banqueros para el diseño de una política pública para el sector financiero que introduzca algunos elementos de lo que llaman la banca virtuosa, consistente en recuperar el aparato productivo vía banca de fomento, reestructurar el sistema de tasas de interés, redistribución del excedente que deja el sector financiero, acabar con el modelo de tercerización que impacta por igual a los trabajadores del sector financiero. Y un elemento de vital importancia: encausar la banca en función de los acuerdos de paz.

“Un sector financiero incluyente será clave para lo acordado en el punto de desarrollo agrario integral. Es decir, una banca al servicio del desarrollo campesino”, explica la presidenta de la UNEB. Pero también proponen la focalización del microcrédito, el fortalecimiento de los territorios de paz, zonas de reserva agroalimentarias o zonas de reserva campesinas.

“Cómo podemos desde la banca empujar iniciativas de desarrollo agrario en términos de alumbrado público, líneas flexible de crédito, apalancamiento de carreteras, transporte de producción y formalización de la propiedad de la tierra”, apuntó Sofía Espinosa, quien agregó: “Nosotros consideramos de buen recibo que las entidades financieras, los bancos, le den una respuesta de cara al país si están comprometidos con el proceso de paz. Pero le exigirnos la no repetición como en el acuerdo de víctimas. Aquí en el foro financiero se trata de no repetir la crisis financiera del año 90 que afectó a tres millones de personas por el sistema UPAC y que es parte de las causas del conflicto social y armado”.

Así, los trabajadores del sector le exigen al empresariado del sector financiero mayor compromiso con el proceso de paz y sus retos sociales.

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