viernes, marzo 29, 2024
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Fórmula para la paz

El pasado 7 de marzo, Aída Avella y Jahel Quiroga se presentaron a la Registraduría Nacional para inscribir de manera formal la candidatura presidencial de la Unión Patriótica. Exigieron garantías para la justa presidencial mientras explicaban su plataforma programática. La campaña prende motores para la recta final.

La Unión Patriótica (UP) alcanzó a ser la tercera fuerza política del país cuando disputó la candidatura presidencial en cabeza de Jaime Pardo Leal, en 1986, aún sin despuntar con fuerza los embates violentos del paramilitarismo que decretó a sus militantes la muerte física para detener su aspiración de poder. Temieron el despunte de una nueva fuerza política. Dos décadas después del horror pasó lo impensable: renació y vuelve a disputar una nueva justa presidencial a la cabeza de una mujer que mantiene vivo el pasado y siembra esperanza en el futuro: Aída Avella.

La inscripción

El pasado 7 de marzo, de nuevo las banderas amarillas colmaron los pasillos de la Registraduría Nacional para inscribir la candidatura presidencial de la Unión Patriótica. Dos días antes se conocía que el Consejo Nacional Electoral autorizaba, después de dilatar el asunto, el traslado de recursos que por ley le corresponden a la campaña:

“A un día de las elecciones de Congreso y siendo el último partido en recibir lo estipulado nos vemos afectados y sin garantías de igualdad ante los demás partidos que iniciaron campaña con recursos hace tres meses. Las demás campañas compiten por cuál es el más opulento, mientras nosotros somos los campeones de la modestia en recursos y en propaganda. No van a ver una sola valla de la UP, nuestro voto lo ganamos con el trabajo político de nuestros militantes”, puntualizó la candidata presidencial.

Aída Avella, quien desde el V congreso de la colectividad había sido aclamada por sus copartidarios como candidata presidencial, llegó rosa en mano acompañada de otra mujer, tolimense, abogada e ingeniera, defensora de derechos humanos y la más reconocida representante de las víctimas de la UP, Jahel Quiroga, quien será su fórmula vicepresidencial.

“Representamos la resistencia a no dejarnos opacar y a la negación de las mujeres en la política. Nosotras siempre estamos ahí, invisibilizadas, y la campaña de la UP hace todo lo contrario. Por estos días se celebra el Día Internacional de la Mujer y lo reivindicamos con la inscripción de Aída que es un acto muy significativo. Ella es la oposición, ella es la defensora de los derechos humanos y es la ex constituyente”, manifestó Jahel Quiroga.

Aspiramos al poder

“Nunca antes dos mujeres encabezaron una aspiración presidencial”, destacó Aída Avella, mientras dejaba en firme su inscripción. Un mensaje significativo de los que acostumbró la UP al país. La fórmula de las mujeres reafirma la manera distinta de ver la política: “Venimos de un patriarcado desde antes de la época republicana y de la primera independencia, ahora las mujeres tomamos la rienda de la política y aspiramos al poder y a ser protagonistas de la segunda independencia”, comentó Avella a los periodistas.

Distintas resultaron las propuestas que socializó el binomio presidencial. La defensa radical del proceso de paz con las FARC en La Habana, el llamado a iniciar un proceso similar con el ELN, la implementación de los eventuales acuerdos con las guerrillas como también la democracia participativa donde la opinión del ciudadano sea vinculante al desarrollo local, regional y nacional, hacen parte del recetario programático de la UP.

Las propuestas de la UP

“El presupuesto nacional debe ser distribuido en las necesidades de los 46 millones de colombianos y no debe ser un factor de enriquecimiento personal. Creemos que también hay que replantear o revocar los tratados de libre comercio, nuestros campesinos no pueden seguir muriendo de hambre, como tampoco permitiremos que siga una tercera parte del territorio nacional titulado a las transnacionales para la explotación minera. Vamos a sacar del léxico la palabra regalías, porque ‘regalías’ es lo que les hacemos”, explicó Aída.

Pero no solo de paz y propuestas habló. Pidió no olvidar lo que se vivió en las pasadas décadas y que la obligó a partir al exilio. El genocidio upeísta, aún en la impunidad: “Los jóvenes tienen que saber qué pasó con nosotros, con los que aún estamos vivos y quisimos hace años competirle a los dirigentes de la política tradicional en las urnas y le ganamos y gobernamos y fuimos oposición en el Congreso y nos quisieron matar a todos. Esa deuda es del país para con la UP”, reiteró.

La asamblea nacional constituyente está dentro de las propuestas que le presenta la UP al país. El agotamiento de la Constitución de 1991, de la que Aída Avella fue protagonista, ha sido desbordada por la realidad nacional luego de ser transformada de una carta de derechos rica en capítulos modernos a una veintena de reformas que la desnaturalizaron. Pero además, para la ex constituyente, una nueva convocatoria al constituyente primario sería el mejor camino para refrendar los resultados de la mesa de conversaciones e implementar las reformas que en materia social reclaman los colombianos.

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