Testimonio de un preso político que asume con firmeza la persecución del régimen
Nelson Lombana Silva
Desde el 9 de mayo de 2013, se encuentra detenido Floricel Buitrago Cangrejo, acusado de ser miliciano de las FARC y de haberles dado comida en alguna oportunidad a miembros de este movimiento insurgente. VOZ La verdad del pueblo fue hasta el municipio de Dolores para recoger su testimonio.
–¿Cómo se produjo su detención?
–Los hechos sucedieron el 9 de mayo, me encontraba en la finca de un tío la cual yo administro; en horas de la mañana llegaron miembros del ejército rodearon la finca toda, con tres helicópteros sobrevolando la zona. Llegué a almorzar, descansé una hora y cuando fui a salir a seguir el trabajo no pude, me lo impidieron. Llegaron los del CTI y la SIJIN con el cuento que tenían orden de captura, me esposaron y me llevaron a un sitio acá en la vereda, me tuvieron tres horas y al llegar el helicóptero me llevaron al municipio de Prado. Ahí nos reseñaron, nos sacaron fotos, todo el mundo nos fotografiaba; de allí, a las ocho de la noche nos llevaron al municipio de Purificación, nos tienen toda la noche. Es indignante que uno esté trabajando en el campo y vengan lo encadenen y lo metan a la cárcel. Es muy perjudicial para nosotros. En esas circunstancias, estamos desde el 9 de mayo hasta el momento.
–¿En el momento de detenerlo le leyeron la orden de captura y las razones de su detención?
–No, solamente me dijeron usted tiene una orden de captura, me mostraron unos papeles que no pude leer detenidamente y me detuvieron. Al otro día, en la audiencia en Purificación nos dijeron que nos detenían por rebelión. Esa rebelión es porque participamos en las marchas hacia Bogotá por la paz, porque participamos recientemente del paro cafetero. Nos vinculan también con actividades con grupos armados, cosa fuera de toda lógica y muy traída de los cabellos. No entiende uno la forma arbitraria como la justicia colombiana trata a los dirigentes campesinos.
Víctima del militarismo
–¿Es la primera vez que usted es hostigado por la ley y el militarismo?
–Hace rato he venido siendo víctima del militarismo. Durante el 2011 tuve una persecución por parte de la fuerza pública, persecución que denuncié en su momento, exactamente en el mes de marzo. Los testimonios contra mí son falsos, simple y llanamente porque soy defensor de Derechos Humanos en la zona, y hemos denunciado a la fuerza pública por serias violaciones de los derechos humanos contra los campesinos de la zona. Tengo código de desplazado porque he sido desplazado por la misma fuerza pública.
–¿Cómo ha sido el hostigamiento en otras oportunidades?
–La persecución fue más fuerte durante los meses de abril y mayo de 2011. Era constantemente hostigado para impedir mi trabajo. Salía de la sesión e inmediatamente me detenían dos y más horas en la inspección de policía. No me dejaban ejercer mi trabajo libremente. Sin embargo, no había una explicación, solo evasivas.
–¿Cómo lo afecta emocional y económicamente esta detención que bien podría decirse otro “falso positivo”?
–Emocionalmente cómo no me van a afectar, sobre todo cuando uno está enseñado a tener libre movilidad, tener contacto con la comunidad y le priven a uno la libertad de andar y expresarse con la comunidad o representarla con tantas necesidades que tiene. Eso para uno es muy duro. Ahora, económicamente muy difícil porque uno es líder campesino y los líderes campesinos somos todos pobres y vivimos de lo que se produzca durante el día, de eso comemos. La situación de nosotros es muy precaria porque nos ponen a aguantar hambre con la familia. Es una injusticia que hace el sistema judicial colombiano con los campesinos.
Acusaciones falsas
–¿Usted nada tiene que ver con la insurgencia que opera en la zona, nada con ese cuento de ser miliciano de las FARC?
–Me acusan de ser miliciano y de haberle dado comida en alguna oportunidad a la guerrilla. La guerrilla ha vivido históricamente en Colombia y en esta zona. No tenemos la culpa que la guerrilla esté en la zona, es culpa del Estado. Jamás he hecho parte de estas organizaciones armadas, solamente he defendido la paz con justicia social y la solución política al conflicto social y armado. Siempre hemos apoyado las marchas por la paz, hemos participado de los paros campesinos, porque es la única forma que el gobierno atiende nuestros derechos que a toda hora por las buenas nos lo niega.
–Usted hace parte del Partido Comunista y la Marcha Patriótica. ¿Esa sistemática persecución tendrá relación con esta posición política?
–Sí, claro. Cada rato me lo gritan agentes del gobierno que vienen y me dicen que soy comunista, que soy contrario al gobierno, porque no estoy de acuerdo y me dicen que en cualquier momento algo me puede pasar. Eso me lo vienen diciendo hace mucho tiempo y uno cree porque ya cumplieron una parte. Preocupado porque la otra parte que le dicen es que después de los militares llegarán los paramilitares. Ya lo han cumplido en otras zonas. Uno piensa qué podrá pasar más adelante.
–Le han dicho: Después de nosotros los militares vendrán los paramilitares?
–Sí, claro.
–Ante ese cúmulo de amenazas, ¿Se siente desmoralizado, derrotado? ¿Qué piensa?
–Desmoralizado por la injusticia de los mecanismos judiciales en Colombia, pero desmoralizado políticamente no, porque ni soy el primero, ni el único que en este país ha sido víctima de un montaje de esta naturaleza. Presentaré las pruebas suficientes para demostrar mi inocencia y limpiar mi hoja de vida y con más fuerza seguiré trabajando por el pueblo.
–¿Arrepentido de ser Comunista y de la Marcha Patriótica?
–En ningún momento. Por el contrario, me siento halagado porque cuando le hacen a uno una clase de montaje como este para sacarlo del camino, es porque seguramente uno ha hecho cosas importantes por el pueblo y lo que uno haga en beneficio del pueblo, nunca se debe arrepentir.
