Boletería para seis funciones por solo 30 mil pesos
Aradia
Durante 21 años la Corporación Colombiana de Teatro ha realizado el Festival Alternativo de Teatro con el único objetivo de fortalecer el movimiento teatral de este país.
Para este año el tradicional evento que va hasta el 25 de abril, trae países invitados como Cuba, Brasil, México, Argentina, Guatemala, Estados Unidos, España y Ecuador; 90 agrupaciones nacionales e internacionales, 130 funciones en 21 salas de teatro y 12 espacios no convencionales.
En el marco de la memoria y la paz que son las temáticas del festival para este año el público podrá disfrutar de aerodanza, danza contemporánea, conciertos, títeres, obras unipersonales, creaciones de víctimas de la violencia, comunidades afro y LGBTI.
Pese a lo maravilloso de este Festival Alternativo de Teatro, lo que ha significado para los bogotanos y para Colombia, pese a los reconocimientos, premios y a todo el esfuerzo que durante décadas han hecho la Corporación Colombiana de Teatro y el Teatro La Candelaria para que este no muera, lo cierto es que las instituciones nacionales no apoyan como debieran esta joya de la creación artística del país, que está a punto de morir.
VOZ habló sobre este delicado tema con Patricia Ariza, actriz y directora de la Corporación Colombiana de Teatro y del Festival Alternativo.
–¿Qué es lo que indigna a Patricia Ariza cada año cuando inicia la organización del Festival?
–Pues este año el hecho de que el Festival Alternativo de Teatro sobreviva ya es una sorpresa muy grande. Porque el tratamiento de la institucionalidad con este Festival es muy desigual, empezando por la diferencia de presupuestos que le dan al Festival Iberoamericano de Teatro y los que le dan al Alternativo. Nosotros no estamos en contra del Festival Iberoamericano ni que le den dinero a ese festival, estamos en contra de que haya un presupuesto tan excesivo para la guerra en Colombia, de lo que sí estamos en contra es de la desigualdad.
Hay una inequidad impresionante, eso no lo aceptamos, eso no es democrático, eso pertenece a una forma de pensar muy atrasada. Y por ello es muy difícil que el Festival pueda garantizar la continuidad. Las instituciones nos dicen que por favor no lo vayamos a acabar, que es muy importante este festival. Me lo dicen pero no lo expresan en las asignaciones presupuestales.
Los grupos que vienen desafortunadamente no los podemos tener durante todo el festival. A nosotros nos interesa que este festival sea un evento de encuentros, que los grupos puedan estar durante todo el festival, para que puedan ver todas las obras, pero no podemos hacerlo porque no tenemos dinero, entones los artistas solo pueden estar cuatro días en el festival. Eso es una infamia, eso no puede ser, eso es inadmisible. Si esto no cambia, no habrá más Festival Alternativo.
Colombia es unanimista en la cultura
–La Corporación Colombiana de Teatro es pionera en el teatro nacional y creadora del Festival Alternativo de Teatro, ¿cree que ese aporte se valora?
–Nosotros empezamos a hacer festivales mucho antes que el Festival Iberoamericano de Teatro, empezamos a hacer festivales en 1966 cuando se fundó La Candelaria que hicimos el primer Festival de Teatro de Cámara, después se llamaron Festivales del Nuevo Teatro, hasta hoy que se llama Festival Alternativo de Teatro y tengo que decirte que cada vez es más difícil. Cuando debiera ser más fácil, cada vez es más difícil.
Hay cada vez más reconocimiento por parte del público, nuestras salas se llenan, viven colmadas de público. Nosotros no nos quejamos del público, pero para informar a ese público se necesita un esfuerzo enorme de proyección, de publicidad, necesitan recursos y no contamos con el mismo apoyo de otros eventos.
Es un festival que representa al teatro colombiano, pero no es reconocido porque este país no es demócrata. Es un país unanimista en la política y en cultura también. Este festival es admirado muchísimo internacionalmente y muchos grupos de gran trayectoria quieren venir, pero es muy difícil con los presupuestos que nos asignan, así es muy difícil. Este es un país muy excluyente.
Recibimos reconocimientos que son un estímulo muy grande, es lo que hace que uno no se desanime del todo de estas circunstancias, pero creo que esos reconocimientos aquí en Colombia no interesan, no valen nada aquí, este es un país excluyente, totalmente.
–¿Es muy grande la diferencia en la asignación presupuestal de uno y otro festival?
–Las instituciones que asignan son el Ministerio de Cultura y el Instituto Distrital para las Artes de Bogotá (Idartes). A pesar de que Idartes nos ha incrementado el presupuesto, hay un mayor reconocimiento sobre todo a través de la información, pero no se puede comparar con lo que le dan al Iberoamericano.
Al Iberoamericano le dan 500 millones de preproducción, 500 millones de producción, más 1500 millones de pesos que le da una empresa del Distrito y algo más, son alrededor de tres mil millones de pesos los que el Distrito le da al Festival Iberoamericano, mientras que a nosotros nos da 160 millones y el Ministerio de Cultura nos da alrededor de 30 millones de pesos, para traer 90 grupos. Cualquier persona que organice un festival sabe de qué estamos hablando, y trabajamos durante un año para que este evento salga bien. Nos lleva un año organizarlo. No es posible y no es justo.
–¿Cuál es el llamado que usted hace al Estado?
–Nosotros vamos a poner un ultimátum, o las instituciones cambian su actitud excluyente y desigual, dan un salto a lo que representa este festival o lo suspendemos y que le den todo al Iberoamericano y queden tranquilos. Esa discriminación se debe a que somos personas de izquierda. ¿Por qué más va a ser? Nosotros no somos personas pintadas en la pared, somos pioneros del movimiento teatral colombiano.
La Candelaria es un grupo emblemático del teatro colombiano y la Corporación Colombiana de Teatro es una entidad que ha trabajado por más de 40 años sin parar por el teatro colombiano, tiene una gran autoridad moral en el montaje y organización de festivales, en la creación artística y en la defensa del movimiento teatral.
–¿Cree usted que la cultura es una herramienta para la paz?
–Tenemos que decir que acabamos de hacer un Foro por la Paz y la Cultura el cual fue organizado por la Corporación Colombiana de Teatro, por el Movimiento de Artistas por la Paz, con el apoyo de Idartes, y estamos trabajando en las conclusiones de este foro, para continuar con un gran movimiento por la paz.
Para que la cultura y el arte incidan en la paz, para construir paz desde el arte y la cultura, para otorgarle a la paz la dimensión cultural, y para hacer una gran campaña de cultura por la paz, porque todos estos años del uribismo han engatillado el imaginario de los colombianos, y por ello muchas personas creen que la única salida es la guerra, y nosotros creemos que la solución es política, social y cultural.
