viernes, abril 19, 2024
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Estados Unidos: Cárceles y cementerios se llenan de negros

Los recientes fallos de jurados de conciencia absolviendo a policías que acribillaron a tiros a ciudadanos negros levantan ola de indignación por el resurgimiento de un sentimiento racista en Norteamérica. La ONU expresa su preocupación y reclama reformas a la Justicia

Alberto Acevedo

Como una confirmación de la histórica e innegable orientación racista de las autoridades norteamericanas, especialmente por parte de la policía, la fiscalía y las autoridades carcelarias, fue interpretado el veredicto de dos jurados de conciencia, compuestos por ciudadanos blancos, que absolvieron a dos policías, de raza blanca, acusados de asesinar a dos ciudadanos negros.

En ambos casos, el fallo ratifica una concepción paranoica de la sociedad por parte de diferentes gobiernos de los Estados Unidos, proclives a llevar a cárceles y cementerios y a eliminar físicamente a ciudadanos de color o pertenecientes a otras minorías raciales, considerados peligrosos, como una medida de control social.

Esta tendencia histórica no cambió bajo la actual administración del presidente Obama, el primer ciudadano afronorteamericano en ocupar el despacho oval de la Casa Blanca. Por el contrario, según cifras suministradas por organismos defensores de derechos humanos, en los últimos años se han multiplicado los asesinatos, encarcelamientos, palizas y maltratos contra ciudadanos negros, a quienes se castiga por su condición social.

La nueva oleada de protestas antirraciales comenzó inmediatamente después de que un jurado de Nueva York diera a conocer, el 3 de diciembre, su veredicto en el que declaró inocente de cargos criminales al policía Daniel Pantaleo, que el 17 de julio dio muerte por asfixia, en una calle de Staten Island, al ciudadano de color Eric Garner, un hombre de 43 años, casado y padre de tres hijos, que se ganaba la vida vendiendo cigarrillos en las calles.

En la investigación de los hechos se estableció que Garner sufría de asma y al momento de confrontar al policía que le quitó la vida, estaba desarmado. El uniformado, con la ayuda de otros oficiales, sometió al vendedor y le aplicó una llave al cuello, que lo ahogó. En un video hecho público, se escucha que antes de morir Garner gritó muchas veces, casi implorando, “no puedo respirar”.

Estaban desarmados

El 24 de noviembre anterior, un jurado investigador del condado de San Luis, Misuri, también exoneró de cargos al policía Darren Wilson, quien el 9 de agosto anterior acribilló a tiros al joven negro Michael Brown, de 18 años de edad.

El 7 de diciembre, cientos de personas asistieron al funeral de Akai Gurley, un muchacho negro de 28 años, que días antes había muerto a manos de un oficial blanco, en un complejo habitacional de Brooklyn, pese a que, también en ese caso, la víctima estaba completamente desarmada, como lo pudo establecer después el propio jefe de la policía de Nueva York, Bill Bratton.

El jueves de la semana pasada, un oficial de policía de Phoenix disparó y mató a un hombre negro, desarmado, de nombre Rumain Brisbon. De acuerdo a las pesquisas, el agente creyó que el hombre tenía un arma de fuego.

El angustioso y desgarrador grito de Eric Garner, de “¡no puedo respirar!” se convirtió en consigna airada que miles de gargantas gritaron en las calles de Manhattan, Nueva York, Washington, Boston, Chicago, Minneapolis, Los Ángeles, Oakland, Ferguson y una veintena de ciudades más, que terminaron en duros enfrentamientos con la fuerza pública y un saldo de varios heridos y alrededor de 200 detenidos, según datos suministrados por la policía.

Un patrón de impunidad

“Sin justicia no hay paz”, “la vida de los negros importa”, gritaron también los manifestantes, que en respuesta a sus reclamaciones recibieron una andana de disparos de gases lacrimógenos, de granadas aturdidoras y la paliza de los bastones policiales.

En esta ocasión, la reacción social se ha extendido a un mayor número de ciudades de los Estados Unidos, y expresado en el rechazo a la política gubernamental de discriminación contra las minorías. Se han sumado amplios sectores de población, incluidos ciudadanos blancos, defensores de derechos humanos, académicos, artistas y trabajadores de la cultura.

Seis expertos independientes de las Naciones Unidas advirtieron por su parte que la muerte de jóvenes afro en Ferguson y Nueva York podría ser el indicio de un “patrón de impunidad de la brutalidad” policial por cuestiones racistas. “La decisión (de los dos jurados) ha dejado a muchos con la legítima preocupación sobre un patrón de impunidad cuando las víctimas del uso excesivo de la fuerza son de origen afroamericano u otras comunidades minoritarias”, afirmó la relatora especial de las Naciones Unidas sobre minorías, Rita Izsák.

La situación de abusos policiales es tan evidente que el propio alcalde de Nueva York, Bill de Blasio, se pronunció en forma favorable a una reforma a fondo de la policía, en tanto que el secretario de Justicia de los Estados Unidos, Eric Holder, admitió que la policía “practica un uso de la fuerza irracional e inútil”.

Reforma social

Un oficial de policía, de color blanco, recordó por estos días que en los enfrentamientos y confusiones, en los que un colega se pregunta si la persona que interpela está armada o no, “ninguno de ellos hubiera sido asesinado si hubieran sido blancos”.

En efecto, es desproporcionado el número de jóvenes negros y latinos asesinados, maltratados o encarcelados por distintos organismos de policía. Solamente en el condado de Los Ángeles, desde el año 2000 a esta época, el 27% de las personas asesinadas por cuerpos policiales son de raza negra.

Junto a estos enfrentamientos y manifestaciones de discriminación racial, yace una enorme brecha económica y educacional, en la que los ciudadanos de color o de origen latino llevan la peor parte. Por eso, sectores democráticos reclaman una profunda reforma social que garantice a las minorías de los Estados Unidos oportunidades de trabajo, de educación, de expresión cultural, en una política más incluyente que, desde luego, los norteamericanos no consiguieron alcanzar bajo el gobierno de su primer presidente negro.

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