Los avances y los tiempos fueron los temas tratados en un encuentro político entre el legislativo y la delegación de paz de las FARC
Hernán Camacho
La segunda ronda de las Audiencias Regionales por la Paz, los tiempos de las conversaciones y la movilización social por un nuevo país fueron algunos de los temas tratados en la visita que seis parlamentarios de distintas vertientes le hicieran a la delegación de paz de las FARC-EP en La Habana. Así lo hizo saber el presidente del Senado Roy Barreras, en una rueda de prensa a la llegada del encuentro y lo confirmó la delegación de la insurgencia en un comunicado.
En un episodio de sigilos, misterios, especulación y malinterpretaciones se convirtió la visita de la comisión integrada por Roy Barreras, Iván Cepeda, Luis Mario Laserna, Alfonso Prada, Guillermo Rivera y Gloria Inés Ramírez para intercambiar perspectivas de país y avances del proceso con la delegación de las FARC-EP apostada en Cuba. Una jornada destacada por Iván Márquez y a la que su gran conclusión fue la férrea voluntad “hacer hasta lo imposible para la reconciliación”.
Avances firmes
Aunque se vieron optimistas tras constatar los avances del proceso, al punto de asegurar la redacción de algunas cuartillas de lo que sería el acuerdo, no cayeron bien las afirmaciones hechas por Barreras de la necesidad de apretar el acelerador y firmar un acuerdo de paz para antes de junio. Cuatro meses menos a los cálculos hechos por Juan Manuel Santos, quien dijo que habría humo blanco en las conversaciones para octubre de 2013.
Asegura Barreras que los tiempos de la legislatura y de las elecciones a corporaciones públicas están por iniciarse y solamente con un acuerdo firmado por las partes el Congreso podría empezar a ratificarlos y construir el estatuto regulador del marco para la paz y la refrendación de los mismos. Un tiempo denominado fatal para muchos analistas políticos si se tiene en cuenta que a lo largo de casi año y medio apenas se logró coincidir en seis temas de una Agenda de Conversaciones que, resulta poco creíble que los tiempos se estrechen cuando de por medio se debate el eje fundacional del conflicto, la tenencia de la tierra.
No obstante, llegar a un pronto acuerdo es un significativo alivio para el país, y para detener la conflagración, pero gestos de paz por parte del Ejecutivo siguen ausentes lo que enrarece un ambiente propicio para paz. Y faltan aún cinco puntos por abordar de no menor calado como la participación política, segundo en la Agenda. “Con el tiempo fatalista habría que debatir cada tema en un plazo máximo de un mes y eso es perjudicial para el proceso. Del afán no queda sino el cansancio” explicaron analistas a VOZ.
Los puntos de la agenda
La propuesta apresurada de firmar un acuerdo llamó la atención en otros sectores del país. Marcha Patriótica y la senadora Piedad Córdoba, aseguraron que el anuncio de esos tiempos es innecesario en el momento, pues las garantías para hacer política en Colombia son nulas para la oposición. Y para muestra un botón: El Congreso de la República y la Unidad Nacional llevan prorrogando un estatuto de la oposición desde el inicio del gobierno Santos y desde el ocaso de Uribe. ¿La razón?, no se conoce. Lo cierto es la evidente ausencia de voluntad política para emprender una concertación con la oposición colombiana y no hacer un estatuto ajustado a los intereses de quienes hoy ostentan el gobierno.
La reforma al sistema electoral, las circunscripciones especiales para el campesinado colombiano y los compromisos para el ejercicio real de la política, junto a la garantía de no repetición de acontecimientos trágicos para la historia del país como el genocidio de la Unión Patriótica, son temas latentes y de profunda discusión. Que apropósito ligan ese tema con las víctimas en lo cual el gobierno se resiste a reconocer la violencia oficial contra la izquierda en Colombia como sistemática.
Lo que si reconocieron los emisarios del Congreso fue el serio compromiso de la insurgencia en abordar las discusiones. Al interior de la delegación de las FARC-EP hay un puñado de guerrilleras y guerrilleros preparados para cada discusión y sin limitación temática. De hecho fuentes cercanas al proceso le dijeron a VOZ que parte del buen transitar de esas conversaciones estaba en la preparación de las discusiones por parte de todo el equipo negociador.
Es más, mientras en Colombia algunos enemigos del proceso hablan de qué se negocia en La Habana, vemos en cada aparición de la insurgencia un cúmulo de iniciativas como las ocho propuestas mínimas para el reconocimiento del derecho a la tierra y el territorio de las comunidades indígenas, afrodescendientes, raizales y palenqueras y de los territorios interétnicos e interculturales presentadas en el inicio de la séptima ronda de negociaciones.
Apertura a diálogos
El senador conservador Juan Mario Laserna, fue el más optimista frente a la visita a La Habana. Incluso públicamente Laserna invitó a sus copartidarios a animarse a acompañar el proceso de paz y respaldar la salida política al conflicto. “Ya vamos en Quito” reveló el comandante Jesús Santrich. Lo que indica que es el momento para involucrar de lleno al pueblo colombiano en las decisiones de la Mesa.
El propio expresidente Andrés Pastrana así lo hizo saber. Caguanizar el proceso de paz en este momento es la mejor manera de legitimar lo que se lleva acordado, darle fortaleza y entregarle el parte de tranquilidad al pueblo colombiano. En eso coinciden las FARC, cuando anuncian la invitación a recibir las opiniones expresadas en las Mesas Regionales de Paz, como también las consignadas en el Foro Política de Desarrollo Agrario Integral “Estos elementos han sido analizados todos por nuestra organización y tomados como componentes fundamentales de las múltiples propuestas presentadas por nosotros en la Mesa de Diálogos”.
