jueves, marzo 28, 2024
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El sí por trabajo y paz con justicia social

Organizaciones de formación sindical se unen por una causa común

Trabajadores en draga de minería de oro.
Trabajadores en draga de minería de oro.

El pasado 4 de agosto en las instalaciones de la Corporación Aury Sará Marrugo, se llevó a cabo el encuentro de escuelas de educación sindical y popular, para definir las acciones conjuntas en apoyo al sí en el plebiscito y las estrategias dirigidas hacia los trabajadores para la movilización social en la construcción de una paz con trabajo y justicia social.

Las escuelas que se integran a la campaña son Aury Sará, ENS, Corpeis, Ceis, Nepo, INES y el Colectivo de Jóvenes Trabajadores. Se destaca el sentido unitario al identificar que este espacio de encuentro se da en un momento oportuno y necesario por la situación política del país y en especial en el marco de los acuerdos de La Habana.

Agenda

Así pues, el problema de fondo sigue siendo la búsqueda y construcción de paz con justicia social; igualmente se considera que las escuelas deben jugar un papel protagónico en la actual coyuntura y ayudar a recomponer al movimiento sindical de la crisis ideológica y organizativa por la que viene atravesando. Se destacó la importancia de elaborar una agenda sociolaboral para el posacuerdo y construir una campaña con elementos que identifiquen al conjunto de las escuelas.

Igualmente se consideró necesario retomar temas como el estatuto del trabajo y la democratización de los derechos laborales, como un eje para el llamado a la movilización y a la lucha de los hombres y mujeres que viven del trabajo. Por consiguiente, se debe incentivar a los movimientos sociales para que luchen contra el imaginario del enemigo interno y la eliminación del otro como la forma de hacer política en el país, instaurada desde el establecimiento; para ello, deben avanzar en la reforma y el sistema de comunicaciones, desde los regionales, ampliando la radio y la TV comunitarias, reivindicando la movilización social y la huelga como escenario legítimo de las luchas.

Se vio la necesidad de entender la paz más allá del fin del conflicto, como un nuevo escenario de las luchas sociales de confrontación contra el capitalismo y, en el momento, contra el modelo neoliberal, visto este desde la perspectiva económica, ideológica y política; es necesario hacer una campaña para ganar al conjunto de las organizaciones sindicales y de los trabajadores en la lucha por la paz con justicia social. Por tanto se requiere integrar las acciones de los trabajadores del campo y la ciudad en este nuevo escenario.

De igual forma, poner metas medibles, hasta dónde podemos llegar y cuál es nuestro propósito en cada momento. Por consiguiente se debe abordar el trabajo con mujeres y jóvenes para ganarlos para la lucha social; viendo a éste como un espacio de unidad táctica, que nos reta y nos pone objetivos comunes.

Es necesario analizar por qué el movimiento sindical y de los trabajadores está ausente de la discusión sobre la paz, y en este análisis tener en cuenta que los dispositivos de terror que se han implementado históricamente contra los trabajadores han hecho sin duda mella a partir del miedo y han logrado generar niveles de desestructuración al interior del movimiento sindical; por tanto es deber del mismo asumir el reto de la construcción de paz a partir de la memoria histórica, decantando las razones por las cuales las élites (políticas y empresariales) incentivaron el terrorismo de estado.

Debe haber un compromiso de los trabajadores para que salga esta historia a la luz pública y retomar el debate en términos de reparación, justicia y verdad; que rompa con el terrorismo de estado.

Propuestas

En la campaña del sí, es primordial no dejarse encasillar en las pretensiones del Gobierno para legitimar su política neoliberal o en las pretensiones de la ultraderecha de hacernos ver que, si apoyamos el sí, estamos apoyando a Santos. Por tanto hay que despolarizar la campaña del plebiscito entre Santos y Uribe y centrarla bajo la consigna de trabajo y paz con justicia social; de igual manera, se confrontarán las políticas antipopulares del Gobierno de Juan Manuel Santos y contra el modelo neoliberal.

Las escuelas se comprometen a promover y profundizar el debate frente a la crisis organizativa, ideológica y política del movimiento sindical.

Así mismo, deben diseñar un plan de acción, que en el marco de la paz con justicia social se puedan adelantar objetivos a corto, mediano y largo plazo. En el corto plazo, la lucha por el plebiscito y por el sí, haciendo la diferenciación desde la perspectiva de los trabajadores; impulsar asambleas de trabajadores desde lo regional y apostarle a un gran encuentro nacional de trabajadores por la paz.

Posteriormente es necesario elaborar a mediano plazo una agenda sociolaboral de paz, incentivada desde las bases y los territorios, haciendo claridad que lo que se requiere, en el actual proceso, es ampliar los espacios democráticos que le permitan al pueblo colombiano avanzar en profundas reformas, que logren romper con el pensamiento retardatario en todos los niveles (ideológico, político, social y laboral). Igualmente, los derechos inmediatos a reivindicar, como las pensiones, la salud y eliminar toda forma de precarización laboral.

A largo plazo, se requiere darles una perspectiva de poder constituyente a los trabajadores, diseñar un estatuto de trabajo que surja de las bases; lo anterior solo será posible si se logra avanzar hacia un frente amplio, pues de lo contrario se estará repitiendo trágicamente la historia del país.

Es decir, es necesario trabajar la cultura política en los trabajadores, hacer un estudio de las nuevas relaciones capital-trabajo, donde se puedan analizar la variadas e intrincadas formas de relación que hoy se dan y entre lo cual se esconde la tercerización, la precarización laboral, la deslaboralización, la desalarización y la informalidad. Hay que trabajar por una nueva carta política, que reconozca realmente los derechos de los trabajadores a organizarse y tener pleno derecho del empleo digno.

Las escuelas deben tener presente también a los trabajadores no sindicalizados, a los desempleados y los sectores de la informalidad. La investigación y la elaboración de cuerpos teóricos nos van a permitir construir un nuevo puente con el nuevo proletariado. Los jóvenes trabajadores en el proceso de paz deben potenciar su participación, pues ellos han sido transversalizados por el conflicto armado.

Se debe apoyar la agenda juvenil que se viene construyendo a través del Departamento de Niñez y Juventud de la CUT, además de las apuestas de las otras centrales y recoger las banderas de la revisión de la ley del empleo juvenil, la desmilitarización de la vida juvenil y el desmonte del Esmad, garantías para la lucha social, la legitimación de la protesta social y la eliminación de la libreta militar como requisito para acceder al mercado laboral. Es necesario hacer un llamado al gobierno y al ELN a desentrabar el inicio del proceso de paz.

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