Imelda Daza es una mujer encantadora, una formidable lideresa que brilla más que nunca en el firmamento del departamento de Cesar y por qué no de Colombia. Es una mujer de unidad, es una mujer de paz y de grandeza.
Nelson Lombana Silva
La compañera Imelda Daza, ex candidata a la gobernación del departamento de Cesar, participó activamente del reciente pleno nacional del Partido Comunista Colombiano realizado en Bogotá.
Imelda sufrió el exilio durante 26 años debido a las amenazas del paramilitarismo; largo exilio que lo soportó con dignidad añorando todos los días poder regresar a su patria chica y respirar su propio aire en medio de su propio paisaje. Dos cosas le apasionan: La docencia y la política. “Mientras tenga vida seré política”, dice.
En Suecia militó en el Partido de la Socialdemocracia. Después del año 2000 se dedicó a fundar partidos de izquierda, entre ellos, el Partido Comunista. “En Suecia – dice – soy militante del Partido Comunista”.
La estadía en Europa y su dinámica de lucha le permitieron superar poco a poco defectos tan comunes en Colombia, incluso, en la misma izquierda, tales como: Sectarismo, grupismo, intolerancia, odio hacia la policía y el ejército, etc. “Allí, dice, aprendí a convivir en la diversidad”.
Califica de importante el ejercicio político que hizo en su departamento, ejercicio que le permitió obtener su candidatura 8.375 votos. “Ante estos resultados no siento desánimo, siento rabia y ganas de seguir trabajando. Siento que las 24 horas del día no son suficientes para trabajar”.
Esta segura que el pueblo es honesto, es honrado. No es capaz de traicionar a quien descaradamente le compra su voto. El pueblo está maniatado, amaestrado, alienado. Por eso, actúa como actúa. “El pueblo no es sensato porque quiera, el pueblo está manejado por los medios de comunicación”, señala sin ambages.
Imelda Daza no es una mujer que se rinde fácilmente. Sortea las más agudas contradicciones con serenidad y sobre todo con una sonrisa primaveral. Hay en su semblante optimismo, esperanza en el futuro. Dice que el camino para hacer realidad los sueños del pueblo es la unidad. “La unidad se nos impone”, manifiesta enfáticamente.
Movió a su pueblo hacia la paz. Lideró sendas movilizaciones en esa dinámica, convocando la convergencia de las demás expresiones de la izquierda en este ardiente departamento colombiano. Lideró – igualmente – el tema tabú de la diversidad sexual en la zona. Lo hizo con grandeza y perseverancia.
“Rompimos el silencio de 28 años que no se escuchaba en los medios nada de la Unión Patriótica y el Partido Comunista. Acabamos con ese largo silencio”, dice. Agrega, sin petulancia: “Soy factor de unidad y estoy dispuesta a asumir la responsabilidad que haya que asumir”.
Caracteriza sin rodeos la naturaleza de la Unión Patriótica: “No es propiedad de nadie, no es un partido de víctimas, es un partido revolucionario y transformador que puede aportar en sumo grado a la unidad de la izquierda colombiana”.
Destaca la enorme tarea que hay en la reorganización de la Up de cara al venidero congreso nacional. “La reorganización de la Up es tarea prioritaria de cara al próximo congreso”, subraya.
Imelda Daza es una mujer encantadora, una formidable lideresa que brilla más que nunca en el firmamento del departamento de Cesar y por qué no de Colombia. Es una mujer de unidad, es una mujer de paz y de grandeza. En sus manos la Unión Patriótica se desarrollará en la dinámica de ser un Partido revolucionario, un Partido de Esperanza y de cambio real en Colombia. Un Partido de unidad.
