Nelson Lombana Silva
El paro nacional agropecuario y popular continúa con fuerza en el departamento del Tolima. La inteligencia militar hace ingentes esfuerzos por relacionar la noble y justa protesta con el vandalismo. El mismo presidente Santos, al mostrar su extrema ineptitud para responder con iniciativas plausibles, acude torpemente a responsabilizar a los demás, en este caso a la Marcha Patriótica y a la misma insurgencia armada con los acontecimientos que se vienen sucediendo en distintas regiones del país.
No hay cosa más estúpida que relacionar el vandalismo con la protesta campesina y popular. Busca el Gobierno Nacional por todos los medios distanciar la protesta del pueblo colombiano, mermar el apoyo popular a las justas reivindicaciones que el pueblo humilde viene exigiendo.
Busca también dividir. Quiere obligar al pueblo a obedecer una mesa improvisada y nombrada a su gusto en Tunja. Trata de ignorar la mesa nacional agropecuaria y popular de interlocución y acuerdo, MIA Nacional, mesa que representa directamente los intereses de los pequeños y medianos productores del agro nacional. Representa los intereses auténticamente populares.
Los hechos son claros y contundentes. El verdadero vandalismo ha venido de los organismos de seguridad del Estado. Unos se colocan capuchas, otros se infiltran en la población, otros se hacen pasar de paramilitares y otros actúan abiertamente, caso del polizonte que asesinó a un campesino de Ataco en el corregimiento de Castilla. Según los campesinos que presenciaron el macabro suceso, el uniformado le disparó a menos de dos metros con pistola en la cabeza.
Otro campesino herido en Castilla, permanece en el hospital Federico Lleras Acosta, donde los galenos hacen ingentes esfuerzos por salvarle la mano derecha, exactamente la falange pulgar. Se trata de José Libardo España Popayán, un humilde jornalero natural de Pitalito (Huila), pero que hace más de cinco meses trabaja en el municipio de Dolores. Es un joven con escasamente 23 años de edad, que acompañó la protesta siete días, hasta cuando fue herido.
Sobre el comportamiento del Escuadrón Móvil Antidisturbios de la Policía (Esmad) y Ejército señala: “La verdad es muy grave porque la Fuerza Pública atropella a la ciudadanía de ahí, tira gases a las casas, adentro; no les importa si hay niños. Además de eso, ataca a los campesinos con bala, bombas aturdidoras, papas bombas, con de todo”.
El Esmad lo niega. José Libardo anota: “Para la Policía negar es grave porque la verdad cuando ellos salen y se van uno encuentra cascarones de fusil; entonces, ¿cómo van a decir que eso no es cierto? Además, para qué más pruebas que los heridos que salen a bala. Ellos dicen que son entre los mismos campesinos y eso son mentiras”.
Se rumora que algunos policías se infiltran de civil, ¿eso es cierto? “La verdad sí, hay mucha Policía que se infiltra entre los campesinos para investigar cosas y hacer cosas que perjudican a los campesinos”.
José Libardo España Popayán sintetiza esos siete días de lucha así: “La verdad no fue tan fácil porque la Policía era a toda hora amenazando a la gente y metiéndole miedo, que los va a sacar; les quita las cosas, los maletos, la remesa, le daña la comida con gasolina. Eso me parece grave”.
“Además, no dejan hacer marchas tampoco. Uno pide permiso para una marcha pacífica, lo impiden, no dejan hacer nada. Le impiden al propietario de la bomba de gasolina que nos venda gasolina, que es para cocinar. También están impidiendo el agua”, agrega.
Sobre el incidente en el cual fue herido, manifiesta:
“Fui herido el 28 de agosto, creo que fue con una papa bomba, la verdad no me di cuenta cómo fue, porque estaba descuidado cuando me cayó cerca de la mano y me explotó. Incluso no escucho bien por el oído derecho porque eso me sonó muy duro ahí al lado mío. Hasta donde yo me acuerdo era la Policía la que estaba arrojando eso”.
“Después de que fui herido me sacaron en la ambulancia y eso siguió más duro después. Seguían tirando más y más. Estaba agachado cuando sentí la explosión, estaba en la calle en la parte de la concentración de los demás campesinos. En ese momento no estaba haciendo nada, estaba paseando al lado de la guardia de los campesinos. Eso fue, me parece, a las 2:30 pm”.
En relación con la gravedad de la lesión, el campesino indicó: “Me hicieron una cirugía, una reconstrucción del dedo porque lo tenía muy dañado. La uña también me la intentó acomodar un poco porque la verdad me quedó fue en el aire”.
Ahora, sobre las razones que impulsaron a este joven a participar de la protesta nacional, dijo: “Asistí al paro porque creo que estamos reclamando algo justo. Claro, hay muchas cosas en este país que no son justas, lo que hace por ejemplo el Gobierno con tanta gente. Dolores es un municipio muy cafetero y los pequeños y medianos productores están trabajando a pérdida, porque los insumos son muy caros y el café muy barato. Toca colaborar con esa lucha, si no este país sigue peor”.
Sobre las perspectivas para el joven campesino, dice: “Los jóvenes quieren vivir en el campo, pero se han venido desmoralizando porque no hay las mínimas garantías, la juventud se ve precisada a hacer parte de una banda para robar, matar y eso no es justo”.
Acerca de la forma como el presidente Santos viene manejando la protesta, José Libardo señala: “No es correcto la forma como viene actuando el presidente porque el Gobierno se ha equivocado al decir despectivamente que el tal paro no existía. Es mentira: existe y casi todos vivimos del campo. Si no es por campesino no hay nada, no hay comida, no hay nada”.
¿Qué piensa después de todo lo que le ha ocurrido? “Ojalá este accidente que yo tuve sirva de algo; que ojalá este país cambie un poco de tantos heridos, tantos enfermos y muertos que ha habido hasta ahora. Le pido al Gobierno que escuche y negocie, porque la verdad es muy grave lo que estamos sufriendo todos. Él tiene la solución. Ahora, el llamado que le hago a los campesinos es un llamado de unidad”.
Carretera Panamericana bloqueada
A pesar de los rumores periodísticos que tratan de confundir y dividir la protesta nacional, los campesinos persisten en el departamento del Tolima. La concurrida Carretera Panamericana permanecía bloqueada en distintos puntos entre Ibagué y el alto de La Línea. Cientos de labriegos permanecen en la vía y se han inventado distintas formas de llamar la atención del Gobierno Nacional.
Pero hasta ahora la única respuesta del presidente Santos son la demagogia y la represión. Ayer fueron golpeados los campesinos ubicados en distintas partes de la vía. En el cruce de esta vía con el municipio de Líbano, parte norte del departamento, el Esmad les acabó ayer con los alimentos, sus ollas y detuvo a diez campesinos. Entre Ibagué y Cajamarca, al parecer en el sitio llamado Perico, fueron heridos varios campesinos, entre ellos al parecer Ómar Aldana, de la vereda Santuario, quien habría sido herido a bala.
De igual manera, estudiantes de la Universidad del Tolima denunciaron que ayer en horas de la madrugada varios policías intentaron sacar a la fuerza a estudiantes de las residencias universitarias, con intenciones desconocidas. Afortunadamente, se pudo dar la alarma y los estudiantes hicieron resistencia.
En horas de la noche ayer, se realizó un cacerolazo por la popular tercera de la ciudad de Ibagué. Así las cosas, la protesta crece y el Gobierno no tiene otra respuesta distinta hasta ahora que la represión y la desinformación.
