viernes, abril 19, 2024
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El miedo a la verdad

La clase política tradicional, los medios de comunicación, los empresarios, los militares piensan como buenos cristianos que no han producido mal, que por el contrario han desarrollado el bien, no son culpables. Las atrocidades las han perpetrado otros, no sus causas, su ideología.

Foto: 141010-D-DT527-554 via photopin (license)
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Rubiel Vargas Quintero

La verdad no es una cosa fija, estática, es lo múltiple de interpretaciones de enorme multiplicidad de sujetos de poder, que colisionan entre sí, para imponer su verdad de los hechos históricos. La razón que logra dominar, que logra controlar, que logra vigilar, es quien detenta el poder. El poder puede ser político, económico, transnacional, o de una clase política determinada. Quien logra imponer su verdad lo hace de manera vertical. Hay luchas de distintas verdades, de correlación de fuerzas por imponer el dominio de la verdad. El poder que impone la verdad, lo hace de múltiples formas una de ellas, es a través de los medios de comunicación, revolución comunicacional (televisión, periódicos, radio, cine, teatro, la escuela, cultura dominante), que le permite moldear el pensamiento de una sociedad, creando identidades falsas, que por medio de ellos, condicionan formas de actuar, forman nuevas subjetividades en función de ordenar la vida cotidiana de la gente. La verdad no existe, lo que existe es la interpretación de hechos históricos de forma estática. La interpretación de la verdad de la clase dominante.

El modelo de lo estático, es el supuesto de una verdad de lo existente, que impone la clase dominante durante un periodo histórico, en una determinada circunstancia que logra interiorizarla en la sociedad como la única verdad para todos. La clase política en Colombia ha logrado imponer su interpretación, su verdad como verdad para todos, lo hace con mayor capacidad de tener todos los medios para interpretar su verdad, y sofocar las otras verdades. El fin último del poder dominante es sujetar la subjetividad de los otros, conquistarla, hacerla suya.

El sofisma

Lo verdadero o lo falso pertenece a esa clase de pensamiento, que se determina bajo el sofisma de todo es normal, perfecto. La izquierda es el camino del mal, es el camino a no seguir, obedecer sin protestar, la derecha es el único camino a seguir, la izquierda no sabe gobernar, es caos. Por lo tanto, la consigna a seguir es “todos somos neoliberales”, la privatización trae bienestar para todos, la seguridad es el principal problema de la sociedad. Todos estos elementos que se tiene por esencias propias, son verdades estáticas, no hay anormales. En lo aparente de la verdad está lo falso. Lo verdadero como contenido de un determinado pensamiento atrasado. ¿Cuál es la verdad que tenemos? ¿Se pueden saber falsamente las cosas? ¿Puede existir una relación entre lo ético y la verdad? ¿Saber de buena tinta qué fue lo que pasó en el pasado con perspectiva de esclarecimiento en el presente y acciones concretas de responsabilidad en el futuro? ¿Hay desigualdad entre ellas? Son preguntas que tenemos que responder.

Responsabilidad del poder político

Responsabilidad del poder político por cadena de mando (con estructuras jerárquicas fuertes y verticales: consejo de ministros, órdenes militares, etc.), la clase política, los empresarios, es decir la clase dominante, son los principales protagonistas de la implementación de la interpretación de la verdad. Son por ende los responsables directos de la implementación de la doctrina militar anticomunista en Colombia, de la implementación de la guerra contrainsurgente, de la creación de los grupos paramilitares, y de la penalización de la protesta social.

En este sentido son responsables los ex presidentes, los partidos políticos tradicionales, las multinacionales, los militares, los empresarios, los medios de comunicación, que le apostaron a este tipo de verdad del exterminio a lo nuevo. Para ellos lo nuevo produce miedo.

Anticomunismo

El anticomunismo debe ser reconocido como causa de violencia contra el pueblo, en sus aperturas en los años veinte del siglo pasado, implementaron formas contundentes de terror, con la masacre de las bananeras. Utilizando diferentes tipos de métodos, el uso de la fuerza y de la violencia como método de contrarrestar el avance del comunismo, como la restricción de la democracia, a través del exterminio y del genocidio, del desplazamiento de miles de campesinos, desapariciones forzosas, entre otros.

La clase política tradicional, los medios de comunicación, los empresarios, los militares piensan como buenos cristianos que no han producido mal, que por el contrario han desarrollado el bien, no son culpables. Las atrocidades las han perpetrado otros, no sus causas, su ideología. La creación del paramilitarismo, el exterminio de la UP, lo del Palacio de Justicia, fueron otros, no ellos. Están convencidos que la ejecución de la violencia en Colombia está por fuera de sus acciones.

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